Washington. El Fondo Monetario Internacional (FMI) acentuó este lunes 22 de enero su optimismo con relación al desempeño de la economía mundial en 2018, apuntalado en el corto plazo en la reforma fiscal adoptada recientemente en Estados Unidos.
En su revisión de las expectativas que había publicado en octubre pasado, el FMI elevó de 3,7% a 3,9% su previsión del crecimiento de la economía global para este año y el próximo, en una revisión al alza de 0,2 punto porcentual para cada período.
De acuerdo con la entidad financiera internacional, esta revisión al alza en las expectativas es “reflejo de un fortalecimiento de la tendencia de crecimiento y el esperado impacto de las reformas fiscales aprobadas recientemente en Estados Unidos”.
Los técnicos del FMI apuntaron que un grupo de países que representan “tres cuartos del PIB mundial registraron un crecimiento en 2017″, situación que significa “la más amplia recuperación a nivel global desde 2010”.
La entidad estimó que Estados Unidos deberá cerrar este año con crecimiento de 2,5%, un importante aumento de 0,6 punto porcentual con relación a las previsiones divulgadas en octubre pasado.
Para 2019, el FMI estimó un crecimiento de 2,7%, también en alza con relación a octubre (0,4 puntos porcentuales).
La reforma del sistema fiscal estadounidense deberá “estimular la actividad, con un impacto en el corto plazo apuntalado en la respuesta de las inversiones al recorte de los impuestos a las corporaciones”, según el informe del FMI.
Ese crecimiento de las inversiones deberá traducirse en un crecimiento suplementario de 1,2 punto porcentual hasta el año 2020, para reducirse gradualmente a partir de ese momento ante la naturaleza temporaria de algunas de las medidas.
“Los efectos de este paquete en Estados Unidos y sus socios comerciales contribuye con aproximadamente la mitad de la revisión acumulada del crecimiento global para 2018-2019”, apuntó el FMI.
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El Fondo también mejoró en 0,3 puntos porcentuales la expectativa de crecimiento de la Zona Euro, aunque redujo marginalmente la previsión para España ante el escenario de incertidumbre sobre la situación política en Cataluña.
La entidad, en tanto, mantuvo sin cambios su previsión de un crecimiento de 1,9% para la región de América Latina, pero revisió sensiblemente al alza su expectativa de desempeño de sus dos economías más importantes, las de Brasil y México.
La entidad destacó que México se beneficiará de una fuerte demanda estadounidense y elevó la previsión de 1,9% a 2,3%. En tanto, señaló una “recuperación más firme de Brasil”, donde aumentó la expectativa de crecimiento este año de 1,5% a 1,9%.
Además, el FMI señaló que existe un escenario de “mejoras en los precios de commodities y también condiciones más fáciles de financiación en algunos de los países exportadores de materias primas”.
La entidad financiera señaló que esas condiciones compensan “las previsiones a la baja para Venezuela”, pero no detalló las expectativas del desempeño económico en el país petrolero.
Pero si el FMI mantuvo su visión de optimismo con relación al corto plazo, reiteró que la economía mundial debe mantenerse atenta a la situación general para evitar retrocesos.
En una declaración, el economista jefe del Fondo, Maurice Obstfeld, señaló que hay “buenas noticias. Pero los líderes políticos y los responsables por el diseño de políticas deben recordar que el impulso de crecimiento está ligado a la convergencia de factores que deberá durar mucho tiempo”.
En su visión, la gran crisis financiera mundial verificada luego de 2008 puede “parecer haber quedado a la distancia, pero sin medidas rápidas para atacar los obstáculos estructurales al crecimiento (...) la nueva tendencia negativa llegará más rápido y será más difícil de combatir”.
Incluso, la reforma fiscal estadounidense, con su impacto positivo en el corto plazo, podría empeorar el déficit presupuestario de ese país.
Así, una desaceleración más allá de 2022 podría en la práctica anular los beneficios del corto plazo.