Recaudar el tributo de bienes inmuebles para las municipalidades se convirtió en un reto especialmente difícil con la llegada de la pandemia debido a la reducción de ingresos de personas y lo poco acostumbrados que estaban a la digitalización de pagos. Paralelamente los índices de morosidad aumentan con el paso de los meses.
EF consultó a varias municipalidades del país y coinciden que aunque el año no ha terminado, han podido observar un aumento en la morosidad del impuesto a bienes inmuebles debido a factores como el desempleo, poco acceso a tecnología de parte de los contribuyentes y principalmente la incertidumbre de la pandemia.
Los datos de la Contraloría General de la República más recientes son del 2018 y muestran que para el cierre de ese año el mayor porcentaje de morosidad en cuanto al impuesto sobre bienes inmuebles lo tuvo la Municipalidad de la Cruz de Guanacaste con un 69%, seguida de Nandayure, Matina y Parrita.
Por su parte, las municipalidades de Corredores, San Rafael de Heredia y Grecia fueron las que mostraron menores índices de morosidad, con 1,89%, 8,35% y 8,80 % respectivamente.
Francisco Sánchez, director de Servicios y Gestión Tributaria en la Municipalidad del cantón central de Heredia, aseguró que la recaudación ha sido un poco más lenta que en años anteriores y los índices de morosidad siguen en aumento. Esperaban una afectación mayor.
“Nosotros suspendimos la gestión de cobro desde marzo hasta noviembre para evitar aumentar el estrés de las personas durante la crisis, ahora lo retomamos pero conscientes de que todo ha cambiado”, agregó Sánchez.
Durante los primeros meses del año la recaudación de este impuesto marchaba con normalidad, los índices de morosidad no parecían ir en aumento, pero tan pronto golpeó la COVID-19 al país empezaron a ver una disminución en el pago de este tributo.
Pérez Zeledón inició el año con un porcentaje de morosidad del 19,8% pero a octubre pasado aumentó a 32,88%. De acuerdo con la información proporcionada por el municipio, el tributo por bienes inmuebles es el principal ingreso que obtienen y por lo tanto han realizado esfuerzos para propiciar un incremento y evitar el impago.
“Es claro que no vamos a lograr la meta de recaudación prevista para este 2020, pues teníamos previsto un ingreso por ¢1.932 millones y la proyección es que recaudemos solo ¢1.803 millones, es decir, ¢129 millones menos, un 6,67% menos, solo por este concepto”, comunicó la oficina de prensa de ese municipio.
Aseguran, además, que aún falta el mes más fuerte en el ingreso por concepto de este impuesto.
“El indicador se analiza de forma anual pero dadas la situación de la emergencia se espera un incremento en la morosidad ya que por diferentes razones los contribuyentes no tienen la posibilidad de atender sus obligaciones con la administración tributaria municipal”, aseveró Yolanda González, coordinadora Administración Tributaria en la Municipalidad de Desamparados.
En Desamparados la captación durante los primeros meses del año disminuyó considerablemente. Sin embargo, al cierre del segundo y tercer trimestre junto con los intentos de reactivación económica observaron un aumento.
Municipalidades como Coto Brus, Upala y San Pablo de Heredia reportan disminuciones superiores al 20% en la recaudación del impuesto de bienes inmuebles al comparar el primer semestre del 2020 contra el mismo periodo del 2019.
Por su parte en el cantón central de Cartago, el municipio proyecta recaudar el monto establecido como meta presupuestaria para este año 2020 en un 100% debido a que en noviembre los ingresos reales mostraban un comportamiento normal.
El alcalde Mario Redondo explicó que, junto a la gestión de cobro, apostaron por una estrategia de comunicación orientada a apelar a la conciencia de los contribuyentes que no se han visto afectados económicamente por la pandemia, la cual ha traído como consecuencia una recaudación exitosa.
En la misma provincia de Cartago, pero en el cantón de Oreamuno, el alcalde Erick Jiménez, aseguró que cuando llegó al puesto encontró un desfase tecnológico que ha sido uno de los principales retos en la gestión de cobro y el pago por parte de los contribuyentes. Sin embargo, confirmó que han hecho un esfuerzo para diversificar las estrategias de recaudación de los procesos de cobro del impuesto de bienes inmuebles.
A la fecha han recaudado ¢467,8 millones de los ¢473,8 millones que tenían planeado, es decir a un mes de finalizar el año han logrado captar 98% de su objetivo.
Pese a que han cumplido la mayoría de las metas establecidas a inicio de año, aseguran que el impacto de la pandemia sigue siendo el principal factor que ha movido los índices de morosidad. A diciembre del 2019 la entidad contaba con una morosidad de ¢826,6 millones, pero a noviembre de este 2020 el monto aumentó a ¢924,6 millones.
Como solución al desfase tecnológico el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal puso a disposición de los municipios su servicio de Red de Conectividad Bancaria. Este servicio es una plataforma desarrollada por el IFAM que permite conectar a los gobiernos locales con el Banco Nacional, el Banco de Costa Rica y con el BAC para la gestión de pagos en línea. Actualmente la plataforma está implementada en 31 gobiernos locales
Luis Alonso Coronado, coordinador tributario del cantón de Liberia, explicó que la morosidad en las cuentas sigue en aumento, pero han podido establecer espacios de comunicación con las personas para hacer arreglos de pago y otros acuerdos donde ambas partes de comprometen a hacer un pago oportuno de sus obligaciones.
Para esta nota también se le consultó a las municipalidades del cantón central de Limón y Puntarenas, al cantón de Turrialba y Alvarado, pero no hubo respuesta al momento de cierre.
Con lo que respecta al cantón central de Heredia y Escazú para el cierre de la edición no habían compartido los datos de morosidad pues indicaron que requerían de más tiempo para suministrarlos.