Este viernes 31 de agosto, el Poder Ejecutivo presentó a la Asamblea Legislativa el nuevo proyecto de presupuesto nacional para el 2019. En esta oportunidad, las erogaciones del Gobierno Central por motivo de intereses crecen 20,8%., cinco puntos porcentuales por debajo de lo visto hace un año.
En total, el pago de intereses supera ¢1,6 billones, cifra que representa el 15,3% del plan total (¢10,9 billones) para el próximo año.
Si el dato es comparado con los primeros presupuestos de los tres gobiernos previos (Óscar Arias, Laura Chinchilla y Luis Guillermo Solís), los intereses de la deuda tomaron una mayor porción de los recursos planeados únicamente en el gobierno de Óscar Arias (Presupuesto 2007). En el primer ejercicio económico del exmandatario la cifra llegó al 15.97%.
Sin embargo, el dato para el 2019 es el el más alto que se ha registrado en los últimos cuatro años.
El deterioro de las finanzas públicas queda demostrado en algunas cifras, ante el recurrente y creciente déficit fiscal.
De entrada, el presupuesto 2019 sin deuda mostraría un crecimiento de 1%, pero al agregarla muestra un dinamismo de 17,5% respecto al del año pasado.
Así, más del 50% de los gastos se financia con deuda. Es decir, las necesidades del Gobierno se financiarán más con deuda que con ingresos corrientes (impuestos), algo que no había sucedido al menos en los últimos cinco años.
¿A qué se debe esto? Por un lado, los ingresos del Gobierno no crecen y por otro, el país sigue sin aprobar una reforma fiscal, explicó Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.
El servicio de la deuda (intereses y amortizaciones) alcanzó el 41,6% del Producto Interno Bruto (PIB) para un monto total que supera los ¢4,5 billones.
Un año atrás la cifra fue de ¢2,9 billones, lo que equivalía un 32% del PIB.
Nuevamente esta proporción es levemente superada por el primer año de Óscar Arias, con un dato del 42%. Esto al compararla con el primer año de gobierno de las últimas cuatro administraciones.
“Terminaremos con un déficit financiero en el orden del 7,9%, generado por la caída de los ingresos”. Aunque el déficit sigue creciendo, si se compara con los últimos tres años, es el déficit que menos crece, explicó Aguilar.
La dificultad de captar recursos y sustituir vencimientos con instrumentos de largo plazo explica el crecimiento del servicio de la deuda. Es decir, el Gobierno cada vez debe fondearse más en el corto plazo.
Aguilar destacó que el presupuesto no contempla los efectos de una posible aprobación de la reforma fiscal. Si el plan es aprobado por la corriente legislativa, el Ejecutivo trabajaría sobre el documento presentado inicialmente y presentaría uno extraordinario.
Más del 65% de los recursos están concentrados en el servicio de la deuda y el Ministerio de Educación Pública (MEP).
La Asamblea Legislativa tiene hasta el 29 de noviembre para analizar este documento y presentar el dictamen.
Colaboró la periodista María Esther Abissi.