La fiebre de los bitcoines, que cotizaban el viernes por encima de los $15.000, aviva el debate sobre si la criptomoneda es el llamado oro digital o una apuesta muy arriesgada, cuando los inversores se enfrentan a la pandemia de la COVID-19.
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El bitcoin, que ha ganado más del 30% en dos semanas y media y parece acercarse a su máximo de diciembre de 2017 (de casi $20.000) comenzó a despegar el 21 de octubre, cuando el gigante de pagos en línea Paypal anunció que lanzaba un servicio que permite “comprar, conservar y vender criptomonedas”.
"Es la validación de un mercado que todavía era relativamente incierto hace unos años", dice Simon Polrot, presidente de la asociación para el desarrollo de activos digitales.
Cuando fue creado en 2008 por una persona anónima, el bitcoin aspiraba a ser una alternativa a las monedas tradicionales, no regulada por un banco central y emitida por una red no centralizada.
Según Polrot, la llegada de actores más tradicionales al mercado de los bitcoines, como Paypal pero también Mastercard, son "señales muy importantes".
Y el sector no es el único que lo afirma: después del anuncio de Paypal, los analistas del mayor banco de inversión del mundo, JPMorgan, compararon el bitcoin con el oro.
“El bitcoin podría competir con el oro como moneda ‘alternativa’ en los próximos años a medida que una nueva generación de inversores tome una participación cada vez mayor en el mercado”, estiman.
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También señalan que la capitalización en el mercado de las criptomonedas es diez veces inferior a la del oro. Lo que los medios especializados inmediatamente interpretaron como una predicción del potencial de crecimiento del bitcoin, lo que hace dos años, Jamie Dimon, el presidente director general del banco, estimó como una “estafa”.
JPMorgan estima que el bitcoin tardará unos años en reemplazar al oro, pero lo cierto es que el precio de la criptomoneda subió otro 8,81% el jueves, mientras que el oro subía 2,45%, bajo el efecto de la incertidumbre en torno a las elecciones estadounidenses. Esto hizo que se volviera a comparar los dos activos.
¿Oro digital o start-up?
"Las criptomonedas podrían constituir una forma de valor refugio en un contexto en el que la confianza en la moneda fiduciaria se ha debilitado un poco", pronostica Polrot.
Al igual que el metal amarillo, el bitcoin se beneficiaría de la política de los grandes bancos centrales, que multiplican los esfuerzos para contrarrestar los efectos devastadores de la pandemia del nuevo coronavirus, aún arriesgándose a reducir el atractivo de sus monedas.
Sin embargo algunos hacen hincapié en el carácter todavía muy volátil y especulativo de la estrella de las "criptomonedas", y muchos observadores de los mercados tradicionales se niegan a abordar el tema.
“No hay espacio para el bitcoin en una cartera de divisas”, zanja un corredor de bolsa, que por este motivo no quiere ser mencionado en un artículo sobre el tema. “En marzo, el bitcoin perdió casi un 25% de su valor. Para un operador de activos de divisas, que usa el oro para equilibrar el resto de sus inversiones, el bitcoin tendría un efecto devastador”.
Pero para Charles Morris, cuya compañía Bytetree está especializada en las criptomonedas, el “bitcoin se comporta como una acción de una empresa tecnológica, la correlación más fuerte es con los grupos de las redes sociales” como Facebook.
“Es un activo que está menos directamente relacionado con el mercado. Hay muchos, como el arte, el vino... Pero la ventaja del bitcoin en comparación con ellos es su liquidez”, estima.
Y destaca que el uso que se hace del bitcoin es semejante al del oro: en Irán, Venezuela o Turquía en los últimos años algunos internautas han utilizado la criptomoneda para protegerse de la inflación galopante de su país.