Los altos rangos de dolarización financiera que enfrenta el país ha llevado a que organismos internacionales mantengan en la mira la evolución de la economía local y su exposición a riesgos macroeconómicos.
Tanto Moody’s y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), aseguraron que el alto grado de dolarización del país es un tema al que se le debe prestar especial atención, además de que expone al país a múltiples riesgos, asociados a fuertes cambios en el tipo de cambio y pérdida de confianza sobre el valor de la moneda nacional.
En las economías hay dos tipos de dolarización: la financiera y la real.
El primer tipo responde a lo que se observa dentro del sistema financiero nacional (SFN), es decir, los créditos, ahorros e inversiones en moneda extranjera. Mientras que en el caso de la dolarización real se toma en cuenta los productos y servicios que se adquieren en dólares. Es decir, el pago de mensualidades de colegios, universidades o condominios, el pago de productos en tiendas por departamento en dólares, entre otros.
La dolarización financiera es medible a través de los indicadores del Sistema Financiero Nacional (SFN), mientras que la real es más difícil de cuantificar pues el país debería efectuar un estudio estadístico que contemple estos detalles, ya que actualmente no hay ninguna entidad que regule la expansión de la misma en el territorio nacional.
El economista Melvin Garita explicó que la integración a los mercados internacionales de bienes, servicios, financieros y de capital hace que tanto personas como empresas realicen transacciones en dólares, guarden riqueza en esa moneda y contabilicen sus deudas y patrimonio con esta divisa, por lo que para una economía pequeña e integrada internacionalmente como la costarricense, es esperable contar con niveles de dolarización mayores respecto a otras, sin importar su tamaño.
Riesgos
El proceso de expansión de la dolarización en el sistema financiero nacional genera una serie de riesgos para la economía costarricense.
“El alto grado de dolarización de la economía de Costa Rica expone al país a riesgos asociados con movimientos bruscos del tipo de cambio, que podrían derivarse de un endurecimiento inesperado de las condiciones financieras globales”, explicó la OCDE en su informe de perspectiva de crecimiento para Costa Rica.
En primer lugar está la presión cambiaria. Rafael Arias, economista del colegio de Ciencias Económicas de Costa Rica explicó que actualmente una de las principales presiones que tiene el mercado cambiario costarricense es la expectativas de los agentes económicos por hacer inversiones o movimientos de dinero en dólares.
Los altos niveles de dolarización repercuten directamente sobre el mercado cambiario generando así una mayor demanda de divisas y devaluando la moneda nacional.
“Parte de las presiones cambiarias actuales se explican por el bajo premio por invertir en colones, lo que incentiva a que una parte del ahorro se realice en dólares y no en colones, lo que tiene presiones directas al alza en el tipo de cambio”, agregó Garita.
Este factor repercute directamente sobre la confianza en la moneda nacional y las reservas del Banco Central de Costa Rica. Es decir que si los costarricenses siguen colocando sus inversiones, ahorros y créditos en dólares el colón seguirá devaluando con respecto al dolar, el Central se verá forzado a ser más participativo en el Monex bajando el nivel de reservas.
Moody’s explicó que Costa Rica también enfrenta un riesgo de posibles controles de transferencia y convertibilidad en caso de incumplimiento dado el alto nivel de dolarización nacional.
Dolarización financiera
Datos del SFN confirman que el proceso en el país ha ido avanzando en los últimos dos años, impulsado principalmente por la pandemia y la incertidumbre que genera la misma.
Garita explicó que las condiciones financieras en dólares tienden a incentivar a las personas y empresas a tomar créditos en dólares aún cuando no sean generadores de dólares, lo cual no es recomendable.
Las cifras de crédito al sector privado reflejan esta preferencia. Por ejemplo, antes del 2020 los préstamos en moneda extranjera venían disminuyendo, de manera que de la cartera total en del SFN los créditos pasaron de representar el 39% a tener un 36% para finales del 2019.
No obstante, a partir de enero del 2020 la cartera de créditos en moneda extranjera empezó a aumentar y para agosto del mismo año ya representaba un 38% del total de créditos, desde entonces se mantiene así.
Los datos de la variación interanual muestran que después de tres meses (julio, agosto y setiembre) de contracción en los montos de créditos en dólares de las entidades bancarias, a partir de octubre volvieron a aumentar.
En el caso de otros intermediarios financieros donde el Central contempla cooperativas, mutuales y demás instituciones, la variación interanual de estas se ha mantenido al alza desde abril del 2020.
“Tanto las personas como las empresas deben recordar incorporar el riesgo cambiario en sus decisiones de endeudamiento”, agregó el Garita.
Donde es aún más evidente la penetración de la dolarización financiera en el país es en las cuentas de depósitos a plazo, cuentas corrientes y cifras de liquidez.
La brecha de liquidez entre moneda extranjera y moneda nacional están cada vez más cerca de cerrarse. A febrero del 2020 (previo al impacto de la pandemia) las cuentas de liquidez en colones tenían ¢15 billones mientras que la de dólares ¢7,7 billones. Sin embargo, para noviembre de este año ambas cuentas aumentaron pero la de dólares superó a la nacional en ¢1.000 billones
Por su parte en las cuentas corrientes también se observa un impacto significativo sobre la dolarización debido a que a partir de febrero de este 2021 los montos de las cuentas en dólares crecieron mientras que la de colones se mantuvo estable.
En términos de inversiones a largo plazo los dólares también han recuperado camino mientras que los colones se estancan.
Los depósitos en moneda nacional muestran contracciones en sus variaciones interanuales desde marzo del 2020, mientras que la divisa al ser calificada como una moneda “fuerte”, es decir que se devalúa menos, tiene variaciones interanuales positivas desde octubre del 2020 a la fecha.
Estos son el tipo de movimientos que le generan presión al mercado cambiario y por lo tanto devalúan la moneda nacional.
“La dolarización oficial de una economía es una decisión política, que por lo general se toma cuando el Banco Central no hace bien su tarea de garantizar la estabilidad interna y externa de la moneda local. Las implicaciones efectivas para las personas, familias y empresas dependen básicamente de qué también haga su trabajo el Banco Central respecto a generar estabilidad monetaria para todos”, finalizó Garita.
Para esta información se consultó al Banco Central de Costa Rica. Sin embargo, para el cierre de esta edición no brindaron una respuesta.