El Banco Central de Costa Rica anunció, la tarde de este miércoles, que a partir del 26 de noviembre pondrá en circulación nuevos billetes, los cuales cataloga como “más seguros y de mayor calidad”.
La circulación del nuevo papel moneda se iniciará el 26 de noviembre con la denominación de ¢20.000. Para el 1.º de diciembre saldrán a la calle los de ¢2.000 y ¢5.000; mientras que para el 2021 quedarán los de ¢1.000 y ¢10.000.
Pablo Villalobos, gerente interino del BCCR, aseguró que la introducción de estos nuevos billetes responde a un compromiso del Banco Central por innovar y mejorar con tecnologías que sean, a su vez, amigables con el ambiente.
Las denominaciones que circulan actualmente se mantendrán vigentes durante un “periodo de convivencia”; el Banco Central no especificó la fecha en la que los retirará pero aseguró que tan pronto tengan la fecha definida la comunicarán.
Los nuevos billetes estarán impresos en sustrato de polímero, con esto el Banco pretende facilitar la comprobación de la autenticidad del billete y combatir la falsificación.
Por ejemplo, las cinco denominaciones incorporan una ventana transparente como la que tiene el billete de ¢1.000 pero más amplia y visible. Además, se mantienen los mismos personajes, motivos, tonalidades y tamaño respecto a los que circulan actualmente.
De acuerdo con Marvin Alvarado, director del Departamento de Emisión y Valores del BCCR, para realizar ese cambio las autoridades iniciaron un estudio desde el 2017 en el que consideraron cinco factores.
En primer lugar, se fijaron en la durabilidad del nuevo material pues, según Alvarado, tiene una vida útil de aproximadamente 64 meses, es decir, al menos cuatro veces más que los billetes de papel algodón.
Lo anterior se logró apreciar en los billetes de ¢1.000, únicos que en la actualidad son en este material.
Una vez retirados de la economía por deterioro, el material de desecho es 100% reciclaje, convirtiéndose en otros productos como bancas, barandas para parques nacionales, basureros, entre otros productos.
El segundo factor fueron los costos, ya que la elaboración de los nuevos billetes representará un ahorro del 74% para el Central, respecto a las anteriores versiones. Adicionalmente, el Banco consideró exitosa la experiencia de este tipo de material en billetes de otros países.
Finalmente, la seguridad, la cual consideran es uno de los factores más relevantes y según los especialistas, lo de polímero son más difíciles de falsificar.
“Durante los nueve años que estuvieron en circulación los billetes de ¢1.000, el Banco Central no recibió ninguna falsificación”, destacó Alvarado.