El pasado mes de febrero se autorizó un nuevo fondo de capital de riesgo (FCR) que planea invertir hasta ¢150.000 millones en proyectos de infraestructura. En un país donde este tipo de fondos no son comunes, su llegada plantea un desafío único, ya que busca encontrar su lugar en un mercado poco familiarizado con esta clase de vehículos de inversión, pero que históricamente ha necesitado de una mayor diversificación y sofisticación de iniciativas privadas.
Para lograr calar en el público, el fondo viene con el espaldarazo de contar con CAF Asset Management (CAF-AM) como gestor, una filial del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF, antiguamente Corporación Andina de Fomento) que posee experiencia en el desarrollo de este tipo de proyectos en Sudamérica.
La administración del instrumento estará en manos de la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SAFI) del BAC.
Le explicamos qué es este nuevo fondo, qué busca, cuáles retos tiene y cómo va a funcionar.
¿Qué es el fondo?
Bajo el nombre de Fondo de Inversión de Capital de Riesgo Senior para Infraestructura en Costa Rica BAC - CAF-AM I, este instrumento buscará financiar proyectos de infraestructura costarricenses en 17 sectores como energía, combustible, aeropuertos, medios de transporte, telecomunicaciones, agua y saneamiento y turismo.
El FCR tiene el objetivo de seleccionar proyectos en los que se pueda canalizar el ahorro privado para poder darle financiamientos a este tipo de obras y generar un rendimiento a largo plazo a los inversores.
¿A quién está dirigido?
El fondo apunta exclusivamente a inversores institucionales como operadoras de pensiones o aseguradoras. El vehículo está pensado para coincidir con los altos montos de emisiones que necesitan estas entidades y con el largo plazo en que buscan rentabilizar. El BAC lo ve como una oportunidad para “llenar el mercado local de activos que coinciden con ese horizonte de inversión”, según comunicó la entidad a este medio.
Este es un instrumento de 20 años plazo y la participación mínima es de ¢1.500 millones.
CAF-AM le confirmó al periódico La Nación que el CAF aportará un 10% de los ¢150.000 millones que busca levantar.
El fondo tendrá un manual de crédito en el que se enumeran las condiciones que deben tener los proyectos en los que se invierta, sin embargo el BAC detalló a El Financiero que todavía no estaba aprobado por la junta directiva, así que aún no podía darse a conocer.
¿Cómo va a funcionar?
El fondo financiará las obras por medio de deuda exclusivamente y no por acciones. El prospecto permite dos tipos de financiamiento. El primero es más tradicional: el FCR asume el papel de un pequeño banco, por ponerlo en términos sencillos y, por medio del fondeo que viene de los inversores institucionales, define las condiciones de esa deuda en términos de plazo, periodos de amortización, tasas y garantías.
La segunda modalidad es la de invertir en deuda pública por medio de la compra de bonos emitidos por las empresas que lideran los proyectos, siempre y cuando cumplan con la política de inversión. Este FCR no puede invertir más de un 30% de sus fondos en instrumentos de empresas públicas, pero sí puede destinar un 100% a deuda privada.
Además, los fondos no pueden entregarse a entidades estatales. Esto, sin embargo, no significa que no pueda invertirse en infraestructura pública ya que esa posibilidad está abierta por medio de alianzas público-privadas.
Es decir, para la construcción de una carretera, por ejemplo, no financiaría al Ministerio de Obras Públicas, sino a la empresa que se alió con el Ministerio para la elaboración del proyecto.
¿Cuáles retos tiene?
Costa Rica no tiene un problema de falta de inversores —solo en los fondos de pensiones hay más de un 25% del PIB—, tiene el problema de que hay poco dónde invertir fuera del Ministerio de Hacienda y el Banco Central de Costa Rica. Uno de los reclamos más habituales que hacen los inversores institucionales es que han existido pocos proyectos de infraestructura viables para que entidades como las operadoras de pensiones puedan invertir en ellos.
“Muchas veces se dice que los fondos (de pensiones) deberían invertirse en infraestructura, y sí, todos lo pensamos, pero nadie ha estructurado absolutamente ningún vehículo que puedan adquirir los fondos”, dijo Rocío Aguilar, superintendenta de Pensiones, en una entrevista con El Financiero en julio de 2022.
Ante consultas hechas por este medio, el BAC menciona que a pesar de esas debilidades que ha tenido históricamente el mercado, el fondo viene a darle una “capa de seguridad” al inversionista por medio del renombre de CAF-AM.
Menciona que esta entidad, al ya tener experiencia en este tipo de inversiones en Sudamérica, puede darle la confianza al inversor de que hubo un análisis técnico adecuado sobre cada proyecto, su potencial, capacidad de repago, riesgos y que habrá un acompañamiento durante todo el periodo de vida.
Es decir, busca mitigar la mala reputación del país con el sello de confianza de que el fondo será gestionado por una entidad con experiencia internacional.
Según información compartida por CAF, el CAF-AM ha manejado fondos —principalmente de pensiones— en Uruguay y Colombia por más de $1.200 millones. “Estos fondos han hecho posible el avance de proyectos en carreteras como las 4G de Colombia y más de 200 instituciones educativas, proyectos viales y el ferrocarril central en Uruguay”, mencionó CAF por medio de un comunicado de prensa.
Además de los problemas históricos en el diseño de proyectos, el FCR tiene que saber venderse bien al mercado, ya que es un instrumento que no tiene pasado en el país.
Actualmente solo hay tres fondos de capital de riesgo inscritos en la Superintendencia General de Valores, pero este es el único que se enfoca exclusivamente en el financiamiento de infraestructura.
Este tipo de fondos cuentan con el riesgo de que pueden invertir en empresas que no están supervisadas por ningún regulador ni inscritas en ningún mercado organizado.
Los otros dos FCR del país son administrados por la SAFI de Grupo Mutual y están enfocados en financiar pymes.
No obstante, esta nueva iniciativa tiene la ventaja de que está en una coyuntura de nuevas oportunidades. El Ministerio de Hacienda —el mayor aspirador de inversiones del país—, tiene una menor necesidad de financiarse en el mercado local, lo cual hace más probable que los grandes inversores estén anuentes a valorar propuestas alternativas de instrumentos costarricenses.
BAC espera que la incorporación de este instrumento empiece a “sofisticar más el mercado” y que así pueda existir una oferta más amplia para los inversores institucionales con horizontes a largo plazo y que necesitan diversificar su portafolio.
¿En qué etapa está?
El fondo ya fue registrado en la Bolsa Nacional de Valores y en la Sugeval. Actualmente está en la etapa del roadshow (promoción) para dar a conocer el FCR a los posibles inversores.
Según le confirmó el BAC a este medio, ya hay reuniones agendadas con diez inversores institucionales. Las conversaciones se darán individualmente para poder explicar con mayor claridad las particularidades de este instrumento en lugar de un evento masivo.
Se espera que a partir del segundo semestre del año pueda contar con los compromisos de inversión para poder avanzar con los proyectos que se seleccionen.