La calificadora de riesgo Moody’s sometió a revisión la nota de los bonos soberanos de Costa Rica.
Las calificaciones de emisor a largo plazo Ba2 del Gobierno de Costa Rica, y la de bonos no garantizados senior Ba2 están en análisis y el resultado tiene solo dos posibilidades: mantenerse en el nivel actual o bajar.
Dos razones impulsan a este organismo a revisar las notas del país. Primero, las perspectivas de un empeoramiento continuo de los indicadores fiscales y de deuda pública, sumado a la evidencia de un aumento de las presiones de financiamiento.
En segunda instancia, las reservas sobre la capacidad del gobierno para implementar un plan de consolidación fiscal efectivo y revertir las tendencias fiscales negativas.
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“Moody’s evaluará la probabilidad de aprobación de una reforma fiscal integral que resulte efectiva para detener la tendencia al alza persistente en los indicadores de deuda del gobierno”, explicó el comunicado de la calificadora.
La revisión también incorporará cuáles son los escenarios de financiamiento para el Gobierno de Costa Rica, dado su acceso restringido a los mercados.
Moody’s prevé presiones continuas, dado que las necesidades del Gobierno se mantendrán por encima del 14% del PIB en el periodo 2018-2019, en comparación con el 11% de los cinco años previos.
La sombra de las dificultades que enfrenta el Gobierno para aprobar una reforma fiscal forma parte de lo que valora la calificadora.
Los gobiernos han fallado repetidamente en promulgar esfuerzos efectivos en la consolidación fiscal.
El Partido Acción Ciudadana (PAC) tiene solo 10 de los 57 puestos de la Asamblea Legislativa y obtener votos suficientes para aprobar la iniciativa podría ser una ardua batalla a pesar de sus mejores esfuerzos, afirmó Moody’s.
¿Qué puede cambiar la calificación?
Moody’s analiza el contenido del paquete de la reforma fiscal y su impacto en la deuda del Gobierno, así como la viabilidad de ser aprobada.
Dada la perspectiva negativa que sostiene la calificación, es poco probable que se mejore la nota. Sin embargo, un camino sería la estabilización de la perspectiva.
Es decir, una opción es que se mantenga la nota tal cual está ahora.
¿Qué debe pasar para que la calificación permanezca igual? El Gobierno tendría que adoptar ajustes presupuestarios estructurales que combinaran el aumento de los ingresos fiscales y el recorte de los gastos.
El efecto de la reforma tendría que ser suficiente para “detener, y eventualmente, revertir la tendencia del deterioro en las finanzas públicas”, explicó Moody’s.
El otro camino sería una reducción de la nota.
Esta será la vía que adoptará la calificadora si el país no aprueba la reforma fiscal o aprueba un proyecto de ley menos integral.
La reducción de la calificación podría ser de “múltiples niveles”.
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Otro aspecto que podría generar una baja en la nota sería un aumento significativo en el nivel de dolarización financiera o la presencia de estrés en el sistema bancario.