Las mayoría de microfinancieras del país además de brindar pequeños créditos para emprendimientos a las mujeres de zonas urbanas y rurales del país en condiciones vulnerables, acompañan el proceso con capacitaciones de temas como liderazgo femenino, educación financiera y negocios para potenciar las capacidades financieras y oportunidades laborales del segmento.
Según datos de la Red Costarricense de Organizaciones para la Microempresa (Redcom), sus 11 microfinancieras afiliadas mantienen una cartera de aproximadamente 26.000 clientes, de la cual el 43% son mujeres excluidas del sistema financiero nacional.
Una de las microfinancieras que mantiene programas de capacitación para el segmento es Adapte, dirigida por Kenlor Howells, quien explicó que la metodología que utilizan incluye un proceso de formación en áreas como mercadeo, contabilidad, administración y temas de actualidad económica y social.
“Todo esto, antes, durante y finalizando su crédito, con una promotora que los acompaña en todo momento hasta la finalización del crédito y posible opción de un nuevo crédito”, mencionó.
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Tanto Grameen, como Fundecoca, ADRI, Fundebase, Fundación Mujer, Asopro San Ramón y Acorde, todas microfinancieras afiliadas a la Redcom, también brindan acompañamiento y capacitaciones a la población que atienden para potenciar el crecimiento económico, el liderazgo y las oportunidades de negocio.
Fundación Mujer, por ejemplo, trabaja con personas refugiadas y solicitantes de dicha condición así como con mujeres en proceso de resinserción económica a través de capacitaciones de gestión empresarial, cursos técnicos y habilidades blandas, para promover el crecimiento de los emprendimientos. Para ello cuenta con un Centro de Formación Integral que utiliza plataformas electrónicas para ofrecer los talleres tanto de forma asincrónica como sincrónica.
“Con estos proyectos se ha logrado la entrega de capital semilla a 700 personas y brindar procesos de formación a más de 11.900 personas”, señaló la directora ejecutiva de Fundación Mujer, Zobeida Moya.
Por su parte, Grameen, una microfinanciera que trabaja exclusivamente con mujeres, acompaña el proceso de financiamiento con visitas cada 15 días a diversas comunidades del país, donde brindan acompañamiento y capacitaciones a sus clientas.
“A lo largo de ese tiempo (15 años) hemos financiado los emprendimientos de estas mujeres, además hemos capacitado y apoyado a más de 27.000 mujeres y actualmente tenemos casi 7.000 mujeres activas alrededor del país”, señaló su gerente general Douglas Reynolds.
Condiciones crediticias
Algunas microfinancieras también cuentan con programas dirigidos a mujeres emprendedoras, algunos de ellos con condiciones crediticias diferenciadas. La microfinanciera Fudecosur es una de las que destina un programa especial de crédito para mujeres en condiciones vulnerables y mantiene un 37% de la cartera compuesta por mujeres de escasos recursos de la región Brunca.
Según explicó su gerente general, Leonardo Azofeifa, en el 2016 la microfinanciera desarrolló el producto de microcrédito llamado “Mujer Emprendedora”, que es complementado con capacitaciones en educación financiera.
Dentro del proyecto, según mencionó Azofeifa, se ofrecen condiciones favorables en comparación con otros tipos de créditos de las microfinancieras, como una tasa de interés del 10% anual; además se lleva a cabo con recursos del Programa Nacional de Apoyo a la Microempresa (Pronamype) y que pueden ser avalados por el fondo de avales del Fideimas.
Sin embargo, para las mujeres que no califican para dicho fondeo especial, se ofrecen recursos de otras fuentes de financiamiento, pero con tasas mayores que van desde el 13,5% al 20% anual.
“En el caso del modelo de crédito de Fudecosur, además de tener acceso a crédito productivo, las mujeres pueden participar de los comités de crédito de su comunidad, con lo que se produce liderazgo femenino en las comunidades”, comentó el gerente de la microfinanciera.
Asimismo, Fundecooperación creó en el 2020 un crédito específico denominado “Crédito Mujeres Natura”, que nació con el objetivo de brindar oportunidades de financiamiento y a la vez integrar la perspectiva de género, la igualdad y el empoderamiento de las mujeres en emprendimientos relacionados con biodiversidad.
“Con este producto algunas de las actividades que podrían financiarse son: turismo sostenible, agricultura y ganadería sostenible, desarrollo de actividades porcinas, caprinas, avícolas, pesca responsable, apicultura; así como fabricación de productos cosméticos, medicinales, comestibles y demás a base de productos naturales”, comentó Marianela Feoli, directora ejecutiva de Fundecooperación.
Dentro del programa las condiciones se definen a la medida de la actividad productiva; como los períodos de pago diferenciados y de gracia total o parcial hasta por seis meses.
En otros casos como el de Fundecoca, actualmente no cuentan con condiciones especiales para el segmento de mujeres. No obstante, su director ejecutivo, Jovel Chaves, mencionó que el desarrollo de productos diferenciados para el segmento de mujeres emprendedoras forma parte del plan estratégico que están trabajando, por lo que se espera tener a disposición nuevas condiciones a inicios del 2022.
Ruth Obando, directora ejecutiva de Acorde, también explicó que a la fecha no mantienen condiciones diferenciadas para mujeres respecto a los créditos, pero sí han trabajado en programas exclusivos para este segmento para actividades como la red cuido.
Obando señaló que las condiciones dependen del “fondeo” que logren conseguir para dirigir a los créditos y que son escasos los programas tanto a nivel nacional como internacional que se dirijan únicamente a esa población y que permitan disminuir las tasas de interés.
“Si las microfinancieras en el país tuvieran el respaldo del gobierno y de las diferentes instituciones creadas para atender este segmento, las condiciones para las clientes pudieran ser mejores”, opinó Reynolds sobre el financiamiento.
En el país, instituciones como el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) y el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) brindan financiamientos a este tipo de microfinancieras.
De acuerdo con información suministrada por el SBD, a la fecha se brindan recursos bajo la modalidad de segundo piso a 11 organizaciones que operan como microfinancieras, distribuidas en todo el territorio nacional y con diferentes metodologías de crédito. El monto colocado al 30 de abril es un total de ¢10.788 millones y el crédito promedio por beneficiario fue de ¢1.800.000.
Generalmente, las microfinancieras del país manejan tasas de interés por encima de las que se encuentran en el sistema financiero nacional, por factores como las condiciones de los financiamientos a los que deben acceder para brindar microcréditos a sus clientes; no obstante, son una de las pocas vías que mantiene el sector informal o el segmento de población excluido del sistema financiero para acceder a créditos para sus negocios.
“El empoderamiento de las mujeres a través del financiamiento de sus actividades productivas las convierte en personas que generan ingresos y toman decisiones en sus comunidades, y contribuyen a reducir el desempleo al mejorar sus oportunidades económicas mediante este apoyo a sus empresas emprendedoras”, apuntó Juan Pablo Montoya, director ejecutivo de ADRI, sobre la importancia de las fuentes de financiamiento.