La decisión de la OPEP de mantener sin cambios su techo de producción, pese al derrumbe de los precios del petróleo, generaba el viernes inestabilidad en los mercados e incertidumbre sobre sus consecuencias, en especial para Venezuela y las compañías energéticas de Estados Unidos.
Las acciones de Chevron, ConocoPhillips y Exxon Mobil cayeron más del 4%, y las de la británica BP retrocedieron 6%. Chesapeake Energy perdió casi 12%.
Los precios de referencia del crudo estadounidense cayeron casi 7% a $68,81 en las primeras horas de viernes. Si los precios caen 2% más, o sea algo menos de $2, el precio del barril de crudo caerá a niveles inéditos desde septiembre de 2009, cuando Estados Unidos caía en la crisis económica más grave desde la Gran Depresión.
En cambio, los títulos de las compañías aéreas -que tienen en el carburante el gasto más elevado- se disparaban. En Hong Kong, China East Airlines ganó un 6,98%, Japan Airlines un 5,28% en Tokio y la australiana Qantas más del 5% en Sídney.La reacción se presenta después de que el jueves, los ministros de la OPEP decidieron mantener su techo de producción en 30 millones de barriles diarios durante los próximos seis meses y renunciaron a reducir la oferta para sostener los precios, que han caído un 35% desde junio.
Ante ese derrumbe de las cotizaciones, algunos países del cártel --entre ellos Venezuela--pidieron en vano una reducción de la producción para volver a hacer subir los precios.
Pero las petromonarquías del Golfo --con Arabia Saudita y Kuwait a su cabeza--, que tienen grandes reservas en divisas, se negaron a ello. Además, con un objetivo claro: soportar precios bajos el tiempo necesario para competir con el emergente petróleo de esquisto, masivamente producido ahora en Estados Unidos.
"Los productores de petróleo de esquisto van a tener que hacer frente cada vez a más problemas con un barril por debajo de los $70" consideran los analistas de Commerzbank.
Pero tras esta decisión de la OPEP, la "verdadera víctima, hoy, es Venezuela", opina Christopher Dembik, economista de Saxo Bank en París.
Venezuela, que cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo, obtiene del crudo el 96% de sus ingresos y la caída en los precios se produce en momentos en que el país es golpeado por una inflación superior al 60%, escasez de alimentos y una aguda sequía de divisas.
Muchos analistas aluden regularmente a los temores de que el país se vea abocado a una suspensión de pagos, pero el ministro venezolano de Exteriores, Rafael Ramírez, aseguró que el presupuesto nacional está elaborado con un barril "a $60" y que por ello Caracas puede hacer frente a la situación.
"No lo logramos ahora (bajar la producción), pero lo lograremos y lo seguiremos intentando hasta que los precios lleguen hasta donde tienen que estar, alrededor de los $100" por barril, aseguró por su lado el presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La decisión de mantener su techo de producción le permite además a la OPEP preservar su cuota de mercado que otros países no miembros del cártel, como Rusia o Estados Unidos, le estaban disputando.
"Hoy hay muchos competidores, y la OPEP produce solamente el 30% de la producción mundial" de crudo, declaró el ministro kuwaití, Ali Omair. "Era inevitable tomar la buena decisión de no reducir la producción, ya que una reducción puede ser compensada por otros" productores fuera de la OPEP, explicó.
Los analistas de CM-CIC Securities consideran que "la caída de los precios va a mantenerse en los próximos meses, lo que tendrá consecuencias importantes para la economía mundial".
Es "una muy buena noticia para las economías occidentales que los precios del petróleo bajen. Ello genera potencialmente más poder adquisitivo que cualquier medida tomada por un gobierno", asegura a la AFP Régis Bégué, directivo de Lazard Frères Gestion.