Los mercados financieros recibieron con escepticismo este lunes la compra de Credit Suisse por su rival UBS, una operación de rescate orquestada por las autoridades suizas ante el temor de una desestabilización del sistema bancario global.
Los mercados asiáticos cerraron con pérdidas este lunes (Hong Kong -2,7%, Tokio -1,4%, Shanghái -0,5%), y a la apertura en Europa las plazas siguieron la tendencia negativa.
En París la bolsa caía 0,63%, en Fráncfort las acciones perdieron 1,10% y en Londres el mercado cedía 1,17%. En Madrid el Ibex-35 operaba a la baja con una caída de 0,90% y en Milán la plaza bajaba 2,73%.
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La tendencia negativa se debe principalmente a la caída de los títulos de los bancos, lo que muestra el recelo de los inversionistas en un contexto en el que el colapso de dos entidades estadounidenses desató temores.
Las pérdidas bursátiles se producen tras una semana de tensión en los mercados y en un contexto en el que los inversores están expectantes sobre qué postura tomará la Reserva Federal en Estados Unidos.
Existen opiniones divergentes sobre si la Fed va a seguir subiendo las tasas, ya que muchos señalaron que el colapso del banco estadounidense SVB está vinculado al aumento de los costes del endeudamiento en el último año.
Tras una maratón de negociaciones que se extendió todo el fin de semana, el mayor banco suizo UBS accedió el domingo a comprar a precio de saldo a su rival en dificultades Credit Suisse.
La entidad aceptó la compra después de que el gobierno de Berna aportara garantías y que el banco central suizo, la BNS, también le asegurara liquidez.
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La fuerte caída de las cotizaciones del petróleo y la subida de los “valores refugio”, que son el oro y el yen, constituyen más indicios que sugieren que los inversores “todavía están asustados”, destacó Stephen Innes de SPI Asset Management.
Garantías de las autoridades
Credit Suisse sufrió una debacle bursátil la semana pasada y tuvo que ser asistido por el emisor suizo. Pero, luego de que esta ayuda no frenara su descalabro en la bolsa, las autoridades lanzaron una negociación que terminó con la compra por parte de su rival.
Finalmente UBS aceptó pagar 3.000 millones de francos suizos (3.020 millones de euros, $3.250 millones), un tercio de lo que valía el banco el viernes, antes de la negociación.
En las discusiones, se estableció que UBS se beneficiará de una garantía del gobierno de 9.000 millones de francos suizos, como seguro, por si surgen problemas con la cartera de Credit Suisse.
Además, el emisor suizo puso a disposición de ambos bancos una línea de liquidez de hasta 100.000 millones de francos suizos.
Los reguladores y el gobierno federal actuaron bajo la inmensa presión de los principales socios económicos de Suiza para sanear la situación antes de que contagiara al mundo entero.
Ambos bancos sufrieron un embate bursátil en la apertura este martes y Credit Suisse cayó un 62% y UBS más de 13%.
En este ambiente, los grandes bancos centrales de Estados Unidos, Suiza, Reino Unido, Canadá y Japón anunciaron que adoptarán esfuerzos coordinados para mejorar el acceso a la liquidez.
Pero Innes señaló que “cuanto más se involucran los responsables políticos, los inversores temen que haya malas noticias, lo que crea una espiral de retroalimentación”.