La inflación está contenida mayoritariamente en los productores, lo que implica que el consumidor final no está observando el efecto en su presupuesto o por lo menos no en una mayor medida.
Así lo afirmó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR) la mañana del lunes 1 de noviembre durante la conferencia de prensa de la presentación del Informe de Política Monetaria.
En el contexto nacional como en el internacional las diferentes economías se enfrentan a grandes presiones inflacionarias, las cuales han sido descritas como temporales. Sin embargo, según el análisis del Central además de ser un efecto transitorio, quienes reciben el principal impacto de estas presiones son los productores y en menor medida los consumidores.
Es decir, los aumentos no han sido trasladados por completo de las empresas a los precios en que ponen sus productos o servicios ante el consumidor.
No obstante, el economista y exministro de Hacienda, Fernando Naranjo, advirtió que los consumidores no salen de la zona de peligro, por el contrario, advirtió que la situación de la mayoría de empresas es bastante difícil y eventualmente trasladarán el aumento en sus costos a los consumidores.
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El BCCR describe la inflación como el aumento generalizado y sostenido del nivel general de precios de los bienes y servicios de una economía en un periodo.
El índice de precios al productor de la manufactura inició su senda al alza en junio del 2020, desde entonces ha aumentado diez puntos porcentuales (p.p.) hasta alcanzar su cifra máxima en setiembre de este 2021 la cual fue de 11,03%.
Por su parte, el Índice de Precios al Consumidor solamente aumentó 1,78 p.p. de junio 2020 a la fecha.
Es decir, que mientras los productores ven el efecto de las presiones inflacionarias en sus actividades, los consumidores solo observan una pequeña parte de este shock sobre su consumo.
“Hemos visto un repunte significativo y sostenido en la inflación. No obstante, al descomponer el índice en los diferentes agregados, nos damos cuenta que son los precios al productor de los bienes intermedios los que han venido creciendo rápidamente, pero los precios a la puerta de la fábrica de bienes de consumo final no se ha acelerado tan visiblemente”, explicó Rodrigo Cubero, presidente del BCCR.
Cubero, por su parte aseguró que los precios a nivel de consumo final no han aumentado tan fuertemente como otros componentes de precios al productor.
De hecho, explicó que los consumidores observan el efecto inflacionario debido al aumento de los combustibles, pero en el caso de la cadena de producción de manufactura los diferentes eslabones de incremento de precios han sido absorbidos por márgenes de operación en las mismas empresas y no los han pasado a los bienes de consumo final.
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Presiones inflacionarias
Los datos proporcionados por el Central muestran que hay tres factores que están presionando al alza la inflación y estos se trasladan a la economía nacional, que junto con el tipo de cambio impacta el índice de precios al productor de manufactura.
Uno de los principales factores es el aumento fuerte y sostenido en el precio de las materias primas, como granos básicos, metales, combustibles. Otra circunstancia determinante es el incremento en los costos de los fletes marítimos. Ambos factores proporcionan un incremento en la inflación internacional.
Por ejemplo, el aumento en el precio de las materias primas implicó un deterioro de 5,9% interanual en los términos de intercambio de la economía nacional.
Adicionalmente los cuellos de botella en los procesos de logística están empezando a incidir en las cadenas de valor y en el mercado laboral donde algunas industrias tienen desafíos para encontrar la mano de obra que requieren. Estos aspectos ponen presión al alza en los salarios en ciertos sectores en algunos países, lo que su vez alimenta el crecimiento de la inflación.
“El incremento de los precios de las materias primas, el aumento en el costo de los fletes y en el tipo de cambio, hacen que los precios de los bienes importados, sobretodo las materias primas puestas en Costa Ruca y denominadas en colones, hayan venido creciendo”, agregó Cubero.
El economista y gerente general de FCS Capital, José Luis Arce explicó que las presiones de los precios de materias primas y de transporte no se trasladan directamente a los consumidores por varias razones, una de ellas es que los mercados de los bienes finales son competidos y la demanda débil, entonces las empresas prefieren defender participación de mercado en lugar de márgenes.
Además hay un peso importante de las expectativas y su nivel de anclaje (dentro del rango meta), lo anterior debido a la conducción de la política monetaria que contribuye a evitar que el traslado sea inmediato.
“Las presiones pueden ir creciendo conforme pase el tiempo y el impacto perdure o cuando las empresas empiezan a tener presiones de precio al tener que reponer inventario a precios más elevados” agregó Arce.
Riesgos para el consumidor
Pese a los riesgos y presiones que enfrentan los mercados, de acuerdo con el Central, los factores que han compensado las presiones son las fuerzas internas desinflacionarias.
Es decir todavía hay una brecha de producto negativa y una alta tasa de desempleo con expectativas de inflación todavía contenidas, esto es lo que contrarresta el aumento.
También existe el riesgo de que los productores sigan absorbiendo los altos precios en sus operaciones y eventualmente los trasladen en mayor medida al consumidor, pues aunque se puede percibir como temporal no es sostenible mantener ese impacto inflacionario en el mediano plazo, sin pasarlo al consumidor.
Según Cubero, si bien se estima que ese aumento en los precios al productor sea absorbido en parte por los márgenes de operación de las empresas, este comportamiento no es sostenible en el mediano plazo.
“Si las presiones en los costos fueran muy persistentes o duraderas, no se puede descartar un traslado del aumento en los precios al productor hacia los precios al consumidor final”, agregó Cubero.
Naranjo explicó que eventualmente ese efecto se verá en los bienes de consumo final, pues no hay empresa que aguante esos rangos inflacionarios sin reflejarlo en el consumidor.
Arce, por su parte, coincidió en que es posible, dependiendo de la magnitud y la persistencia del fenómeno de presiones inflacionistas externas.
“Entre más intenso y duradero sea el fenómeno, se aumenta la probabilidad del traslado. Además hay que tener en cuenta los mercados con más competencia o compradores grandes como las cadenas de supermercados son los que “ordenan” el mercado para mantener participación activa”, expresó Arce.
Otro riesgo que podrán observar los consumidores es una mayor presión de los combustibles, que tienen un gran peso sobre el índice de precios al consumidor y pueden impulsar al alza la inflación.
Cubero también explicó que hay un riesgo de “inflación de segunda ronda”, la cual hace referencia a una situación en la que un aumento temporal en la inflación, por ejemplo causado por un choque en los precios de las materias primas, provoca un aumento en las expectativas. Esto podría desencadenar una espiral más duradera en la inflación, que requeriría de acciones de política monetaria para contenerlos.