Costa Rica debe distribuir mejor los beneficios del “impresionante” crecimiento económico que ha registrado en los últimos años.
De un extremo a otro. Si bien algunos indicadores de desarrollo económico y social del país –como el nivel de vida y el acceso a la educación– han alcanzado posiciones de liderazgo, entre las naciones de Latinoamérica y el Caribe, otros rubros que muestran rezagos importantes.
En otras palabras, el país evidencia una desigual distribución de los réditos de una pujante economía y debe ejecutar acciones para subir escalones en aquellas áreas con deficiencias. Los desafíos van desde el déficit fiscal, pasan por el mercado laboral y llegan hasta el sistema financiero.
Esta fue la principal conclusión a la que llegó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe de estudios económicos para el país, en el que destaca los avances y retos de la economía costarricense.
Para ubicarse al margen de los miembros de la OCDE, este órgano alerta de al menos seis grandes desafíos que debe atender con prontitud Costa Rica. Las alarmas van en línea con el déficit fiscal, la política monetaria, la productividad, el mercado laboral, la educación y por último, el emprendedurismo.
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País dinámico con retos
El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de esta economía ha aumentado en los últimos años, pasó de cerca de 25% en 2000 a poco más de 32% en el 2017, y se ubica en la mitad superior de los miembros de la OCDE.
Este órgano estima que Costa Rica tendrá un crecimiento de 3,7% para los años 2018 y 2019, cuando sus miembros se ubican por debajo del 2%.
La apertura comercial y la inversión extranjera directa explican buena parte del exitoso modelo que le ha dotado de buenos resultados.
Esto le ha permitido dotar a la población, respecto a los países que forman parte de la OCDE, de una alta esperanza de vida al nacer y una baja tasa de pobreza absoluta.
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También gracias a esos resultados, el país da acceso casi universal a sus habitantes a la educación, la atención médica y las pensiones, aspectos que han contribuido a que la población refleje altos niveles de satisfacción con la vida.
Esa es parte de la cara positiva de un país de poco menos de 5 millones de habitantes, que ha dado pasos de gigante a pesar de su pequeño tamaño pero que debe dar saltos aún mayores para alcanzar la dinámica de competidores a los que quiere seguirles el ritmo.
Del informe de la OCDE, se pueden señalar cinco grandes temas.
1. Déficit fiscal
En primera instancia, está la urgencia de solucionar el déficit fiscal.
El país debe olvidar los incentivos que aplicó durante la crisis del 2009 –y que no ha revertido–. En ese momento, inyectó dinero a la economía al subir los salarios de los trabajadores del sector público y las transferencias a instituciones autónomas, especialmente a la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS).
Las disposiciones rígidas para la asignación de fondos con destino específico, la fragmentación del sector público, la poca capacidad del Gobierno para coordinar y dirigir, los aumentos del gasto establecidos por ley y la falta de acuerdo en la Asamblea Legislativa para adoptar reformas han impulsado el déficit.
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A pesar de estas piedras en el camino, Costa Rica debe reducir en al menos tres puntos porcentuales el déficit fiscal (la mitad de la cifra actual) de aquí al 2020, si quiere mantener o mejorar su imagen internacional.
Para ello, debe aumentar sus ingresos vía carga impositiva pero también debe reducir los gastos.
En esta última línea, la OCDE recomendó adoptar una definición más amplia de servicios educativos y que todo el gasto en educación y atención de la primera infancia, el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y la capacitación para el servicio civil, sea clasificado bajo la misma sombrilla del gasto obligatorio en educación que está consagrado en la Constitución (equivalente al 8% del PIB).
Lo anterior, permitiría reducir los gastos obligatorios en 1,08% del PIB.
2. Política monetaria y sistema financiero
Seguidamente, está la necesidad de fortalecer la política monetaria y atender las deficiencias de gobernanza en instituciones públicas.
Las autoridades han logrado mantener una inflación baja, pero los desafíos están en la dolarización y las carencias del sistema financiero.
Cerca del 40% de los depósitos y créditos están en moneda extranjera y el 70% de esas deudas pertenecen a personas no generadores de dólares.
Recientemente el Banco Central aplicó medidas como el alza de su Tasa de Política Monetaria (TPP) y la reactivación de Central Directo, pero la OCDE recomienda evaluar el impacto de estas medidas.
Por el lado del tipo de cambio, el órgano multilateral recomienda fortalecer la independencia del Central y que el país avance gradualmente a un régimen cambiario más flexible.
Además, destacó los casos del Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) y otros que han dado señales de deficiencias de gobernanza en los bancos estatales y otras empresas del estado.
En esta línea, la recomendación es dar rigidez a los nombramientos de juntas directivas.
Del sistema financiero, también señaló que es necesario que la banca estatal sea más eficiente, ya que cuenta con altos márgenes de intermediación explicados por la asignación obligatoria de recursos.
3. Productividad lento y 4. Mercado laboral estancado
El tercer puesto es ocupado por el bajo ritmo de la productividad, ligado al cuarto punto de un estancado mercado laboral y de trabajadores que requieren de mejoras en sus destrezas.
Según la OCDE, la productividad ha ganado cierto impulso pero sigue tiene un ritmo lento que mantiene una brecha significativa respecto a países del órgano.
Es ahí en donde entran los obstáculos que vive el deteriorado mercado laboral.
El dinamismo del empleo también está estancando y el desempleo continúa por encima de los niveles previos a la crisis (pasó de 10,3% en 2011 a 9,1% pero está muy por encima del mínimo del 4,4% observado antes del 2007), con una mayor afectación en la juventud y en los trabajadores poco calificados.
Así, en contra de lo que ocurre en el resto de América Latina, la informalidad y la desigualdad suben escalones.
Y es que mientras crece la demanda de personal calificado, el sistema educativo intenta alcanzarle el ritmo pero no lo ha logrado.
Así, la informalidad es alta (alrededor del 43% de los trabajadores desempeñan labores de este tipo), como fuente de desigualdad y obstáculo para la productividad.
5. Alto gasto en educación sin resultados
Ese desalentador panorama está asociado a resultados educativos “deficientes”, a pesar de las altas sumas de dinero presupuestados para este segmento, arista que ocupa el quinto puesto de este listado de alertas.
La OCDE señala puntualmente la necesidad de que Costa Rica mejore la calidad de la educación, ampliarla en edad temprana y reorientas el gasto hacia la educación pre-terciaria.
Con un 7.9% del PIB, el gasto en educación del país está por encima que todos los países de la OCDE, pero ese egreso es ineficiente en términos de aprendizaje y de desigualdad.
Por un lado, pruebas internacionales como PISA evidencian que una tercera parte de los estudiantes no cuentan con competencias básicas y por otro, las tasas de repetición y deserción escolar son altas.
“Tenemos que entrar con unos rayos x, un scan a ver si se está usando bien ese dinero y se está asignando bien”, afirmó Ángel Gurría, secretario general de la OCDE.
6. Trabas al emprendedurismo
Por último, el reto de eliminar regulaciones que frenan el emprendedurismo.
En esta arista, la rigurosidad de las regulaciones y un alto control estatal en muchos sectores son los principales temas por atender.
Esto se refleja en las bajas tasas de apertura de nuevas empresas y el alto nivel de informalidad.
Los obstáculos al emprendedurismo en Costa Rica también son importantes debido al sistema para la obtención de licencias y permisos, las cargas administrativas a las pequeñas empresas, las exenciones antimonopolio y las restricciones en los sectores de las redes.
La ruta para que ser una nación con mejor distribución de sus recursos puede transitarse en un largo periodo pero la OCDE sí reconoce que el país va por buen camino.