A partir del 2024, a las Cooperativas de Ahorro y Crédito (CAC) se les aplicará el Encaje Mínimo Legal (EML). Este cambio viene a nivelar la competencia entre bancos y cooperativas, aunque podría tener un impacto en las tasas de interés que pagan los usuarios.
Le explicamos de qué se trata este ajuste y cuáles consecuencias podrían aparecer.
¿Qué es lo que cambia?
Las CAC supervisadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) serán sujetas al encaje mínimo legal, figura de la cual estaban exentas desde 1997 y, en su lugar, debían mantener una reserva de liquidez.
Así lo acordó la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica (BCCR) el pasado 25 de mayo. La aplicación se dará de manera gradual a partir de abril del 2024, empezando por un 1,5% y subiendo 1,5 puntos porcentuales cada seis meses hasta llegar al 15% en octubre del 2028.
¿Cómo se diferencia del funcionamiento actual?
A la fecha, los intermediarios financieros que operan en el país deben trasladar una reserva líquida de sus pasivos en colones y dólares (un 15%) a cuentas no remuneradas del Banco Central, esto es lo que se conoce como el EML. Sin embargo, las cooperativas de ahorro y crédito supervisadas, en cambio, deben mantener una figura llamada reserva de liquidez.
La reserva de liquidez funciona de una manera similar: las cooperativas deben reservar un porcentaje de sus pasivos en ambas monedas (15%) en canales del Banco Central, no obstante, estas entidades pueden hacerlo en instrumentos que sí pagan intereses, a diferencia de los intermediarios encajados. Es decir, las CAC obtienen una ganancia por mantener una reserva de liquidez que no tienen los demás supervisados como los bancos, mutuales y financieras, a pesar de que todos ellos realizan intermediación financiera.
¿Por qué se realiza el cambio?
La aplicación del EML a las cooperativas tiene que ver con “nivelar la cancha”. Originalmente se eximió a las cooperativas del EML debido a que el Central consideró que encajar entidades pequeñas contribuiría poco a la absorción monetaria y encarecería la labor de control monetario.
Sin embargo, eso cambió. En los últimos años las cooperativas han crecido en porcentajes importantes. Mientras en diciembre de 1997 el saldo de sus activos representó el 3,5% de los activos totales del sistema financiero nacional, en diciembre de 2022 esa relación alcanzó el 10,7%, según datos del BCCR.
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De hecho, a mayo del 2023, hay catroce cooperativas que tienen una cartera de crédito más grande que al menos uno de los 15 bancos que hay en el país.
Además, este cambio también significa un ahorro para el Banco Central, ya que no tiene que pagar intereses a las CAC por la reserva de liquidez obligatoria.
Al 30 de abril de 2023, las cooperativas de ahorro y crédito mantuvieron como parte de su reserva de liquidez Bonos de Estabilización Monetaria (BEM) del Central por ₡429.000 millones. Esos montos representaron el 31,7% del saldo total de los BEM. Esto tiene un impacto en el déficit financiero del BCCR.
A febrero del 2023, el Banco Central calculó una tasa del 9,13% en las subastas de sus BEM de hasta tres años.
¿Qué impacto tendría para las cooperativas?
Básicamente, se les cerrará la entrada de ingresos pasivos que les daba la reserva de liquidez, lo cual, dependiendo de cómo lo maneje cada cooperativa, podría traducirse en un golpe en la rentabilidad.
Adrián Álvarez, gerente de Coopenae, dice que en el caso de esta cooperativa no prevén un impacto importante dentro de los excedentes, esto debido a que “hay espacio suficiente para trasladar el efecto del EML a tasas de interés”.
Adrían Rodríguez, gerente de la Federación de Cooperativas de Ahorro y Crédito, dice que este lineamiento podría interpretarse como una voluntad política para eliminar asimetrías de mercado. “Esto debe llevar a las CAC a operar en condiciones de mercado similares a las entidades bancarias. Ese es el cambio más relevante que esperamos”, dice.
¿Cómo influiría en los usuarios?
Al tener una entrada menos de ingresos, las cooperativas tendrán que buscar formas para hacerle frente al cambio y esto podría traducirse en mayores tasas de interés para sus usuarios, tanto en las activas (en los préstamos) como en las pasivas (en los depósitos).
Rodríguez considera que el cumplimiento del EML lleve a que las cooperativas puedan ampliar su oferta de servicios, lo cual debería influir a mediano o largo plazo en los usuarios, sin embargo dice que todavía es temprano para cuantificar la dimensión de los efectos.
“Tendrá un impacto en tasas de interés activas, tasas pasivas o rentabilidad. Dependerá de cómo cada cooperativa decida enfrentar el cambio”, dice Álvarez.
¿Influirá a todas las cooperativas por igual?
Aunque el peso de las CAC ha crecido en el sistema financiero, todavía hay una asimetría importante entre los tamaños de cada una.
La cartera de Coopenae, la CAC que más dinero presta, representa un 2,72% de la cartera total de los bancos, mutuales, financieras y cooperativas. Coopecar, la más pequeña, representa apenas un 0,03%.
“Los impactos pueden ser diferenciados por tamaño o modelo de negocio de cada CAC, por eso hemos sugerido al BCCR que este cambio de EML no aplique a cooperativas bajo el reglamento de regulación proporcional”, considera Rodríguez.
El reglamento que menciona el gerente de la Federación es uno que el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) mandó a consulta el pasado 25 de abril. En esta propuesta se establece una regulación más flexible y proporcional para las cooperativas de menor tamaño, específicamente a las que tenían activos netos totales por debajo de los ¢80.000 millones.
A diciembre de 2022, solo siete CAC registraron activos totales mayores a ¢80.000 millones, según datos disponibles en el sitio web de la Sugef. Estas son las siguientes:
- Coopenae
- CS Ahorro y Crédito
- Coopealianza
- Coope Ande
- Coocique
- Coopecaja
- Coopemep
En el documento enviado a consulta en el mes de abril no se hicieron referencias ni al encaje mínimo legal ni a la reserva de liquidez entre los cambios que proponía el Conassif.