Washington. La Reserva Federal redujo el miércoles 18 de setiembre las tasas de interés por segunda vez este año, mientras afirmaba que está preparada para seguir haciendo lo que considere necesario para sostener la expansión económica de Estados Unidos.
El paso del banco central estadounidense reducirá su tasa de referencia en un cuarto de punto adicional, hasta un rango del 1,75% al 2%. La tasa de interés clave de la Reserva Federal influye en muchos préstamos al consumidor y a las empresas.
La economía parece sostenible en su undécimo año de crecimiento, con un mercado laboral aún sólido y un gasto de los consumidores constante. Sin embargo, la Fed está tratando de contrarrestar algunas amenazas, como la incertidumbre causada por la guerra comercial del presidente Donald Trump con China, el menor crecimiento mundial y la caída de la industria manufacturera estadounidense. La Reserva Federal advirtió en su declaración que "la inversión fija de las empresas y las exportaciones se han debilitado".
La acción de la Reserva Federal fue aprobada en una votación de 7-3, con dos funcionarios argumentando a favor de mantener las tasas de interés sin cambios y uno argumentando a favor de un recorte mayor, de medio punto. Ese fue el mayor número de disidentes de la Fed en tres años.
Aun así la medida molestó a Trump, quien ha insistido en que el banco central reduzca las tasas de interés más agresivamente.
"¡Jay Powell y la Reserva Federal Vuelven a Fracasar! ¡Nada de agallas, nada de sentido, nada de visión! ¡Un terrible comunicador!" tuiteó Trump.
Los pronósticos de la economía y de las tasas de interés emitidos el miércoles por la Fed muestran que siete de sus 17 directivos vaticinan otra reducción de las tasas este año, y no las dos o más que los inversionistas esperaban. Para el 2020 el panorama luce más turbio: por lo menos dos de los funcionarios creen que habrá entonces un incremento de las tasas.
Ninguno de los funcionarios cree que las tasas caerán por debajo del 1,5% en el 2020, indicio de que los responsables consideran que la turbulencia producto de las guerras comerciales y de la desaceleración económica es manejable.
En julio, el banco central estadounidense redujo la tasa de interés referencial a una banda de entre 2% y 2,25%. Esa fue la primera vez en más de una década en que el instituto redujo las tasas, e intimó que en el resto del año tomaría medidas similares.
La mayoría de los economistas sospechan que la Fed reducirá las tasas una o dos veces más este año, debido en parte a una suavización de la retórica entre Estados Unidos y China y la posibilidad de que se reanuden negociaciones comerciales. Otros factores son la creencia de que se mantendrán altos los precios del petróleo, que la inflación está finalmente donde la Fed quiere y la solidez fundamental de la economía estadounidense.
Trump ha mantenido una ofensiva verbal contra la Reserva Federal, acusando a su titular Jerome Powell de “enemigo” y a los miembros de la junta de directiva de “idiotas”. A pesar de un robusto mercado laboral y una fuerte tasa de consumo, el mandatario ha insistido en que el banco central reduzca más la tasa referencial _incluso debajo de cero, como lo ha hecho el Banco Central Europeo_ para debilitar al dólar estadounidense y hacer más competitivas las exportaciones.
Nadie cree que la Reserva Federal llegará a ese extremo. Powell ha indicado que la institución se mantiene enfocada en su misión primordial, de animar la expansión económica y de mantener estables los precios, sin presión foránea.
Powell, subrayó que la institución no estaba inclinada a usar tasas negativas en caso de recesión.
“No pienso que preveamos usar tasas negativas. No pienso que eso estará en el tope de nuestra lista”, declaró en una conferencia de prensa, al tiempo que subrayó que la Fed se preparaba para actuar en forma “agresiva si es necesario”.