Bruselas. La Unión Europea (UE) cumplió este viernes 22 de junio con su anuncio de responder a los pesados aranceles impuestos a su acero y aluminio por el Estados Unidos de Donald Trump, quien ya amenazó con responder con mayores derechos de aduanas para los vehículos del bloque.
Si “los aranceles y las barreras comerciales impuestas desde hace largo tiempo a Estados Unidos, sus grandes empresas y trabajadores por la Unión Europea (...) no se levantan rápidamente, impondremos un arancel de 20% a todos los automóviles que lleguen a Estados Unidos que hayan sido construidos allí”, tuiteó el mandatario.
Horas antes, a las diez de la noche, los nuevos aranceles europeos a productos estadounidenses como el bourbon, los jeans o el tabaco habían entrado en vigor, la única “opción” de respuesta, según Bruselas, a la decisión “injustificada” de Washington de imponer aranceles siderúrgicos a sus socios comerciales.
Donald Trump decidió no prolongar la exención temporal otorgada en marzo a la UE, México y Canadá, y les impuso el 1 de junio aranceles del 25% a sus exportaciones de acero a su país y del 10% a las de aluminio, como ya hizo previamente con China por motivos de “seguridad nacional”.
La imposición este viernes de aranceles de un 25% de media a una lista de productos estadounidenses, publicada la víspera por el Diario Oficial de la UE, sigue los pasos de México, que adoptó medidas de represalias a principios de junio, y se anticipa a Canadá, que prevé hacerlo en julio.
Y aumenta los temores de una guerra comercial de alcance mundial, en plena tensión entre Estados Unidos y China. “Trump abrió dos frentes y los dos podrían conocer una escalada que acabe fuera de control”, dijo a la AFP John Ferguson, experto del Economist Intelligence Unit.
Para el economista del banco sueco SEB, Robert Bergqvist, la guerra comercial “se intensifica”. En declaraciones a la AFP, alertó además del eventual impacto en los mercados de valores y, a continuación, en la economía mundial.
Con su amenaza a los vehículos, el mandatario estadounidense apunta directamente a la primera economía de la zona euro, Alemania, en el punto de mira ya de Washington por su excedente comercial y por su escaso, a juicio de Trump, gasto militar en la OTAN.
Las medidas “de reequilibrio” de la UE, comunicadas a mediados de marzo a la Organización Mundial del Comercio (OMC), entran así finalmente en vigor y apuntan en algunos casos a los Estados norteamericanos, esencialmente agrícolas, que votaron por Donald Trump en 2016.
Además de algunos productos siderúrgicos como determinados tipos de acero laminado, la UE aumenta sus derechos de aduana para productos agrícolas como maíz o arroz; ropa y calzado; vehículos de motor; e incluso maquillaje, puros, cigarrillos o bebidas alcohólicas.
“Si hemos escogido productos como Harley-Davidson, mantequilla de maní, bourbon es porque existen alternativas en el mercado [europeo]”, explicó el jueves el vicepresidente de la Comisión, Jyrki Katainen, para quien estos productos tendrían “un fuerte alcance simbólico”.
Los europeos siguen los pasos de los mexicanos, que el 5 de junio impusieron aranceles por un valor de casi $3.000 millones a productos de acero y aluminio estadounidenses, así como la carne de cerdo, manzanas, quesos, arándanos, uvas y whisky.
La decisión de Washington de imponer aranceles “va contra toda lógica e historia”, subrayó el jueves el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, defendiendo que la respuesta de la UE, cuyas medidas son por un valor de 2.800 millones de euros, “debe ser clara pero mesurada”.
La UE, que estima que los aranceles de Trump al acero y aluminio europeos le causarían pérdidas por 6.400 millones de euros, también llevó el caso ante la OMC y estudia imponer medidas “de salvaguardia” para proteger su mercado ante las exportaciones siderúrgicas de terceros países.
El conflicto comercial supone un nuevo revés a las tradicionales relaciones transatlánticas, ya deterioradas por la decisión del mandatario de Estados Unidos de salir del Acuerdo de París sobre el clima y del pacto nuclear con Irán, así como por sus críticas en el pasado a la OTAN y sus aliados.