Paris. ¿Crac puro y duro? ¿O corrección pasajera de una moneda virtual errática? El bitcoin se desplomaba este viernes 22 de diciembre casi con tanta fuerza como subió las semanas pasadas y los expertos de las finanzas no saben explicar realmente por qué.
La criptomoneda más famosa se situó hacia las 10:55 GMT en torno a los $14.300, según datos compilados por la agencia Bloomberg, en tanto que el lunes estaba cerca de los $20.000.
El bitcoin, que no dejaba de subir desde que empezó 2017 alrededor de los $1.000, perdió aproximadamente un cuarto de su valor en una semana.
La corrección a la baja es especialmente brutal, incluso para una divisa virtual acostumbrada a variaciones fuertes y que no encaja en los marcos monetarios internacionales.
Al contrario que el dólar o el euro, el bitcoin no se emite por ningún banco central, sino que se “mina”, o se crea, de manera descentralizada por ordenadores que utilizan algoritmos complejos para producir una cadena de bloques de transacciones codificadas y autentificadas, una tecnología denominada “blockchain”.
Para Neil Wilson, de la sociedad londinense ETX Capital, es “difícil saber si se tocó techo”.
Las últimas semanas trajeron casi tantas noticias malas como buenas para el bitcoin.
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Sin duda, ganó una cierta legitimidad con el lanzamiento en Estados Unidos por conocidos operadores de instrumentos especulativos basados en el bitcoin.
Por otra parte, según Bloomberg, el gigante bancario Goldman Sachs preveía lanzarse al comercio de bitcoines, lo que según los criterios del mundo de las finanzas sería una especie de reconocimiento.
Pero se sigue criticando mucho al bitcoin, acusado de servir a todo tipo de tráficos ilegales.
El miércoles, su bonanza empezó a opacarse debido a las informaciones sobre el pirateo de una plataforma de intercambio de criptomonedas en Corea del Sur, Youbit. Y el jueves, Haruhiko Kuroda, gobernador del Banco de Japón, un importante mercado para el bitcoin, consideró “anormal” el alza de la moneda virtual.
A eso se suman los recurrentes rumores sobre la creación de otras criptomonedas competidoras y de las rivalidades entre “mineros”.
Para los expertos, nada de eso es suficiente para explicar su brutal caída.
“Parece que llegó el momento en que los inversores obtuvieron sus beneficios para gastárselos en Navidad”, se limita a señalar Neil Wilson.
En realidad, no es posible comprar los regalos ni la cena de Navidad con bitcoines, cuyo uso comercial es muy marginal. Para gastar los bitcoines, hay que cambiarlos por otra divisa, lo que hace caer su cotización.
Alexandre Baradez, analista de IG France, no encuentra “una explicación específica” para esta caída y recuerda que la cotización del bitcoin siempre fue errática. Su volatilidad “es 20 veces superior a la volatilidad euro/dólar”, subraya el experto.
Recuerda también que la criptomoneda sigue siendo un mercado muy pequeño en comparación con otras grandes divisas, y que, por tanto, solo hace falta que unos pocos propietarios de peso vendan para que la cotización se venga abajo.
En opinión de Stephen Innes, jefe de intercambios en Asia-Pacífico de OANDA, los inversores del bitcoin se enfrentan a “una vuelta a la tierra”.
“Una demanda desenfrenada” asociada a una disponibilidad limitada “llevó a que los inversores con poca experiencia se vieran en aprietos”.
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Rebecca O’Keeffe, de Interactive Investor, espera a ver si el bitcoin vuelve a subir o si se desinfla definitivamente en beneficio “de otras monedas virtuales menos costosas”.
La “vuelta a la tierra” mencionada podría tener sus límites, no obstante.
Más allá del bitcoin, el entusiasmo por las criptomonedas y por la tecnología informática que le sirve de base, el “blockchain”, sigue siendo muy fuerte, por no decir irracional.
Como ejemplo, el simple hecho de que el vendedor de tés helados Long Island Tea Corp decidiera cambiar su nombre por Long Blockchain Corp. sirvió para que su acción se disparara casi 200% el jueves en Wall Street.