El economista José Rafael Brenes conoce todos los detalles de la Bolsa Nacional de Valores (BNV): la dirigió durante 17 años, pero esta semana anunció su salida de la entidad para atender proyectos personales.
La Bolsa Nacional de Valores de Costa Rica fue creada en 1976 y es la principal plaza bursátil centroamericana, que promueve el desarrollo del mercado de capitales en el país.
El anuncio de la salida de Brenes se dio este 1 de junio a través de un comunicado de prensa en el que se señaló que la dirección interina la asumirá Ricardo Hernández, actual director de asesoría legal de la BNV, por el período de tiempo que permita la realización del proceso de reclutamiento, selección y contratación de la persona que ocupará el cargo de manera definitiva.
El economista aseguró que uno de los mayores obstáculos en el país para llevar a cabo reformas que impulsen el desarrollo del mercado de capitales es que las propuestas se han enfocado en lo regulatorio y no en el mercado en sí.
“Implica hacer una revisión integral de los modelos de negocio y los objetivos de supervisión, de la manera en que ya la industria de servicios bursátiles enfrenta competencia de no solamente bolsas o actores en el ámbito bursátil, si no de otros participantes de servicios financieros y por lo tanto la regulación debería reconocer eso y abandonar un enfoque de regulación por sujeto y encaminarse más a un enfoque de regulación por objeto”, comentó.
EF conversó este miércoles con Brenes, quien dejará la silla de director general el próximo 30 de junio; aquí un extracto de la entrevista:
―¿Considera necesario modificar la Ley Reguladora del Mercado de Valores? ¿Estamos atrasados en legislación?
La ley la adoptamos siguiendo un modelo que en ese momento estaba cambiando. Se siguió lo que era la mejor práctica a nivel internacional, pero eso a la vuelta de dos años cambió. El principio de concentración de mercado luego le dio paso a una desregulación y se crearon diferentes instancias para lo que eran plataformas transaccionales alternativas y esto aunado al cambio tecnológico que pocos años después revolucionó la industria ha cambiado totalmente lo que son los contextos de los mercados de capitales y claramente nosotros no hemos podido hacer una transformación que nos permita ir evolucionando en esa línea.
Sí, es necesario hacer una revisión integral de la ley, partiendo primero de reconocer cuáles son las necesidades y las limitaciones de un mercado como el costarricense. Una de las observaciones o quejas es que Costa Rica no tiene un mercado de acciones y la pregunta que yo hago es ¿cuál economía del tamaño de Costa Rica tiene un mercado de acciones?
Solo si hay una política pública que le dé valor a que las empresas tengan acceso al mercado de capitales se puede valorar y siempre es necesario reconocer el tema de escala; creo que tiene más sentido pensar en crear condiciones para lograr una adecuada integración de nuestro mercado de capitales a las iniciativas regionales y no lo limitaría únicamente a Centroamérica.
A la ley hay remozarla y lo más importante es hacerlo viendo hacia adelante, ver cuáles son las tendencias a futuro y reconocer que el acceso a servicios financieros enfrenta competencia desde sectores no tradicionales como es el caso de las Fintech.
―¿Es necesario cambiar la conformación de la BNV?
Hemos ido teniendo una transformación de la Bolsa por vía reglamento por así decirlo. Originalmente la bolsa era una entidad autoregulada y conforme se fueron aprobando leyes se crea un aparato de supervisión y la estructura de la bolsa no se modifica.
De ahí eso es un primer indicador que definitivamente había que hacer un cambio y también es muy importante el reconocer que para poder liberar el potencial de innovación que la industria tiene es necesario también revisar su objeto único y por lo tanto también revisar la estructura de propiedad de la bolsa. ¿Cual es el modelo óptimo? Aquí no hay una receta, pero sí es un debate que tiene que darse.
―Durante su período hubo varios intentos por cambiar reglamentos para diversificar los participantes del mercado, pero aún continuamos con un mercado liderado por básicamente por el Ministerio de Hacienda. ¿Cuáles han sido los obstáculos para incorporar más participantes?
La gente piensa que es culpa de la Bolsa cuando en realidad es culpa de Hacienda, y no de este Ministerio de Hacienda sino de la situación fiscal. El mayor estrujamiento fiscal se da en el mercado de capitales y entonces no importa las reglas, simplificar los trámites de la Superintendencia… es más uno podría no poner requisitos para inscribir un prospecto que si el emisor tiene que ofrecer tres puntos por encima de Hacienda... ¿ahí que tiene que ver la estructura de propiedad de la Bolsa, lo que hacen los puestos de bolsa, las reglas de la Superintendencia? Nada y eso es lo que hemos vivido. Nos ha tocado antes de que se diera esta crisis, 10 años de las tasas de interés históricamente más bajas de la historia, donde los bancos locales con acceso a fondeo internacional siempre conseguían plata por debajo de lo que le costaba a Hacienda y así se lo ofrecían a sus clientes. Entonces ese es el principal obstáculo, todo lo demás es cuento.
―¿Pero entonces qué hacer? ¿Están de manos atadas para diversificar los participantes?
No, de hecho la estrategia para poder ampliar la participación es trabajar en mejorar la gestión de la deuda pública, porque en la medida en que la deuda pública tiene mayor liquidez y una curva de rendimientos bien estructurada y mayores plazos el Ministerio de Hacienda está en capacidad de bajar esas tasas y como prueba lo que ha hecho el actual ministro de Hacienda. Si ve nuestro plan estratégico el componente número uno es desarrollar un plan de acción junto con Hacienda para mejorar todo lo que es la gestión de la deuda pública.
Esto no quiere decir que no se puedan hacer otras cosas, en el mercado de capitales el costo no siempre es el factor crítico, en el 80% de los casos es; pero en áreas como puede ser el tema de titularizaciones y bonos verdes que son otras que hemos venido usando hay posibilidad de ir desarrollando productos que son de más largo plazo y con una demanda específica que están en capacidad de pagar ese costo soberano que el la calificación de riesgo país nos impone.
―Hablaba usted anteriormente de los emisores privados, ¿cuáles han sido los esfuerzos para incorporarlos al mercado de capitales y qué queda pendiente por hacer para impulsarlo? ¿Cuál es el reto que le queda a la próxima persona en asumir la dirección de la BNV?
Se ha trabajado de la mano de la Cámara de Emisores, se identificaron en su momento 500 compañías que tenían posibilidades por su tamaño y su perfil de emitir en bolsa. De esas 500 compañías se trabajó con 37 y de esas 37 en su momento se lograron inscribir en emisiones tres compañías y le cuento que esta realidad no es muy diferente de la que se da en otros mercados. Por ejemplo, en una economía mucho más grande como la mexicana hicieron exactamente el mismo ejercicio como 300 compañías de gran tamaño y terminaron con cinco emisores.
Pero de camino se han identificado otros factores que cuando se dan las ventanas de costo oportunas como en la que podríamos estar entrando ahora se han venido atendiendo; uno tiene que ver con el régimen de oferta pública donde con la Superintendencia se han venido simplificando los requisitos de información, se han creado instancias como son los programas de emisión; sí se han tomado acciones para facilitar el acceso cuando las condiciones de costo así lo permiten.
―El proceso de gestión de deuda pública es algo lento y que depende de muchos factores y de una agenda muy marcada por parte del Ministerio de Hacienda que supone riesgos, ¿podríamos o no esperar cambios en la diversificación de participantes en los próximos cinco años?
Durante los 17 años que me ha tocado estar en la BNV hemos venido luchando precisamente por eso; se agudiza la crisis fiscal o cambia el ministro responsable, eso es un riesgo. Por eso es importantísimo darle visibilidad al tema de la gestión de deuda pública como un objetivo de política pública.
En algunos casos como el colombiano eso está establecido en la ley del Ministerio de Hacienda, hay un viceministro que se encarga de eso y se define la liquidez de la deuda pública como un precio que le fija el nivel de riesgo para el resto de participantes del mercado de capitales, es algo que explícitamente se tiene que trabajar. Se tiene que hacer un balance entre el costo del fondeo y la liquidez de la deuda, es una reforma necesaria y eso escapa al control de la BNV.
La BNV, los intermediarios y las autoridades de supervisión lo que pueden hacer es marginal en tanto el tema de la deuda pública no se ordene.
―Sobre los inversionistas, ¿debería Costa Rica permitir más apertura para que los inversionistas lleguen directamente a la Bolsa, aunque sea para transar bonos de deuda, como la idea de una cuenta simplificada que se pueda acceder desde una entidad bancaria?
Es muy importante, hace cinco años le hicimos un propuesta a la Superintendencia de Valores de la necesidad de tener una cuenta simplificada de valores y recientemente se aprobó una cuenta simplificada de custodia que es nada más la mitad del camino. Sé que de parte de la Sugeval hay interés de seguir avanzando. Es esencial.
Parte de la transformación tecnológica permite que un segmento de la población que conoce mucho mejor la tecnología esté empezando a invertir sin ningún tipo de guía o sin ningún tipo de protección en activos financieros riesgosos como las criptomonedas o que están sujetos a costos transaccionales altísimos. Entonces nosotros deberíamos como mercado poder ofrecer una alternativa, la Bolsa lo ha reconocido y está dentro de nuestro plan estratégico y ya hemos enviado propuestas a la Superintendencia. Claramente hay una oportunidad y de hecho hemos venido impulsando desde hace tres años una solución de onboarding digital que con el tema de la pandemia tomó otra vez preponderancia, es la oportunidad de abrir una cuenta de valores a través de firmas electrónicas avanzadas y mecanismos de reconocimiento biométrico.
―Por otro lado, ¿los bonos temáticos realmente son una opción que pueden dinamizar el mercado de capitales de Costa Rica?
Por supuesto. En el tema de mercado de capitales uno tiene que impulsar iniciativas que en su conjunto generen una masa crítica; el tema de los bonos temáticos es muy atractivo primero porque nuestro país tiene un posicionamiento a nivel internacional que lo hace muy atractivo, le da mucha credibilidad a las iniciativas de sostenibilidad que desarrollemos.
En segundo lugar, la movilización de recursos que se requiere a nivel de país para poder cumplir con los objetivos del acuerdo de París pasa por el mercado de capitales, porque por el plazo y los riesgos no todo se puede financiar a través de los bancos. Y en tercer lugar hay una demanda cautiva que exige este tipo de inversiones que cada vez se van ampliando más. Estos tres factores se alinean para que haya una oportunidad interesantísima que la BNV desde hace cuatro años ha tomado acciones para posicionarse en ese espacio.
La semana pasada hicimos la primera emisión de bonos verdes que hizo el Banco Popular y tenemos otras dos emisiones que ya están en camino, así que creo que es algo que en el mediano plazo va a ser un seguimiento muy interesante de renta fija.
―Fueron 17 años en la BNV, ¿que destacaría de su informe de labores? ¿Cuáles serían los hitos más importantes de su gestión?
A lo largo de estos años se hizo una inversión muy importante en tecnología que nos ha permitido mantener un estándar de servicio de primer nivel, en estos 17 años nunca hemos tenido una sesión de bolsa que no se haya podido cumplir. Parte de esa inversión ha sido desarrollar una infraestructura de continuidad de negocio que era inexistente y en el último año logramos una cosa muy importante que fue migrar nuestros sistemas core a un ambiente en la nube de clase mundial. Eso nos da la tranquilidad y seguridad de que tenemos los mejores estándares, esa transformación es algo que me hace muy orgulloso, por el trabajo que ha hecho el equipo de la Bolsa.
El otro tema tiene que ver con el posicionamiento de la Bolsa en relación con el resto de los sectores de la economía. Me refiero a que nosotros hace más de 10 años iniciamos buscando vincular a la Bolsa con las medianas y pequeñas empresas de este país. Hoy en día el compromiso de la Bolsa de Valores para buscar una alternativa de financiamiento a esa necesidad de capitales de las compañías es algo que es parte su ADN y que lo estamos operativizando en los últimos dos años a través de servicios y facturas que ya han logrado dar financiamiento por casi ¢4.000 millones.
El otro tema también que ha transformado a la organización en este plazo es lo relacionado con el tema de los estándares de gobernanza (...), al principio era algo inexistente en la industria y la BNV no solo adoptó las mejores prácticas sino que se ha convertido en un referente líder para todo lo que tiene que ver con liderar la transparencia en esas tres dimensiones de sostenibilidad, social y gobernanza.
Para mí también es muy importante que hemos logrado crear una cultura de trabajo a lo interno donde el tema de innovación, gestión de riesgo y rendición de cuentas es parte del día a día de los funcionarios, esa madurez institucional es el resultado de muchas personas.
―Usted deja la Bolsa a finales de junio, ¿cuáles son los retos a los que se enfrentará la persona que asuma la dirección general?
Lo primero es el tema de transformación tecnológica y la migración de plataforma, eso le va a permitir el mercado de valores estar de tú a tú a la hora de poder atraer inversionistas internacionales. Eso es un reto incluso a nivel legal, para facilitar la participación de inversionistas internacionales, lo que va a favorecer mucho no solamente la liquidez de la deuda si no también el costeo del Ministerio de Hacienda.
Además la Bolsa tiene que buscar formas de seguir innovando para poder responder a ese entorno cambiante que hablábamos del acceso de servicios financieros a nuevas generaciones.
En un mediano plazo, plantear el tema de una reforma legal más integral.
―En la comunicación de su renuncia se señala que deja la BNV para atender proyectos personales de negocios, ¿en qué se enfocará luego de su salida? Además, ¿pretende entrar al campo político?
En el pasado me he involucrado en la parte política siempre desde el lado de la parte programática, en la campaña pasada apoyé a Álvaro Trejos coordinando el programa económico del Partido Unidad Socialcristiana (PUSC) y en esta campaña electoral todavía están las cosas un poco verdes pero sí me gustaría participar con algún grupo que sea afín a mis principios y mis ideales de una mayor participación ciudadana y con reglas más claras para el sector privado y siempre procurando la mayor inclusión para bajar la pobreza en el país. Pero no procurando tener un cargo público si no participar en el proceso de la discusión política.
En la parte de mis proyectos personales tengo iniciativas relacionadas al mercado de capitales a través de proyectos que buscan facilitar la inclusión financiera con gente que tiene tecnología para hacer eso y en su momento me gustaría darle la visibilidad que requiere.