Varios factores se han conjugado para que la confianza entre los inversionistas presente una mejora hacia los próximos meses luego de una mayúscula caída de la economía nacional. Esto podría favorecer el proceso de recuperación de Costa Rica.
Además, existen expectativas generalizadas de un crecimiento más acelerado a nivel mundial, en especial de las economías más grandes como Estados Unidos.
¿Cómo es que, en medio de una pandemia y una crisis fiscal la confianza aumenta? Vidal Villalobos, asesor económico de Prival, explicó que dentro de la confianza de los inversionistas hacia los meses futuros se toma en cuenta un manejo distinto de la pandemia respecto a la que se dio en los meses de abril, mayo y junio del año anterior, lo que podría generar menores afectaciones económicas al corto plazo.
“Eso sí, los agentes económicos están confiando en que la pandemia se controlará en la medida en que tengamos una vacunación adecuada (...), que podría haber una tasa de vacunación mucho mejor en las próximas semanas”, comentó Vidal.
La mejora en la confianza por parte de los inversionistas es medida por el Índice de Confianza de los Agentes Económicos (ICAE) —básicamente son inversionistas— del Banco Central de Costa Rica (BCCR), que se encuentra en uno de sus niveles más altos de los últimos cinco años y tras la caída en varios trimestres a raíz del contexto generado por la pandemia de COVID-19.
De acuerdo con los datos del Central, el Índice se encontraba en 52,36 puntos para el primer trimestre del 2021; lo que coincide con la flexibilización de las medidas sanitarias y el acercamiento al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La confianza inició un camino ascendente a partir del tercer trimestre del 2020.
Este índice, medido desde el 2002, fluctúa entre 0 y 100 puntos; si el índice asume un valor de 0 indica que los analistas económicos perciben que no existe confianza para llevar a cabo las inversiones, mientras que un valor de 100 supone una confianza absoluta, es decir un clima idóneo para la inversión, según explica su metodología.
Asimismo, es una herramienta que se aplica en forma trimestral y es enviada a alrededor de 50 personas profesionales en economía (consultores y académicos) y a empresarios, con el fin de ser un instrumento de apoyo para la elaboración de trabajos que se realizan en la División Económica,
Por su parte, el gerente de INS Valores, Freddy Quesada, señaló que el avance en las decisiones respecto al manejo de la deuda pública y la situación fiscal son más claras este año, lo que colabora en el aumento de la confianza.
Quesada comentó que ante la incertidumbre del año anterior los inversionistas acumularon liquidez y pospusieron decisiones de inversión, pero a hoy se percibe un clima más favorecedor para la toma de decisiones.
Adriana Rodríguez, gerente de puesto de bolsa de Grupo Acobo, explicó que el sentimiento hacia las inversiones tanto financieras como en activos reales en la actualidad es materialmente mejor que al observado hace un año atrás, que tocó el punto más bajo en la década.
“Podríamos decir que, en general, el inversionista se ha movido desde un plano de pesimismo hacia uno neutral, y si bien ese movimiento se ha traducido en rentabilidades muy positivas para nuestros portafolios de inversión financieros, a partir de cierto punto las expectativas necesitan irse materializando en “hechos” para continuar alimentando al sentimiento de mejora”, dijo Rodríguez.
Otro de los factores se mueve por la vía del Ministerio de Hacienda, el manejo de la deuda pública y los resultados de las subastas. El lunes pasado el Gobierno logró obtener a los recursos que se habían planteado para el primer semestre del 2021 en el mercado interno.
“Uno de los elementos más importantes en la economía es la confianza y uno de los temas que nos tuvo engrillados en el 2017 y en el 2018 fue el tema fiscal, que va dando señales de mejora, como los resultados fiscales positivos de marzo”, apuntó Vidal.
Por su lado, el viceministro de ingresos del Ministerio de Hacienda, Isaac Castro, comentó que el avance en la discusión de proyectos legislativos como el de Empleo Público se ha traducido en los inversionistas como apertura para negociar en el mercado a tasas menores y financiar al país a mejores condiciones.
“Cada vez que desde el ambiente político se van marcando los hitos que acompañan la materialización de la estrategia fiscal, cada vez lo reconocen más. Y si eso lo acompañamos con que el plan que se va trazando se va cumpliendo con las cifras fiscales, pues entonces los operadores empiezan a decir ‘en la próxima subasta voy a asegurarme de quedar dentro’”, comentó el viceministro.
Sobre el papel de Hacienda en la confianza de los inversionistas, Quesada aseguró que se puede fortalecer desde varias aristas de trabajo, una de ellas es el envío de mensajes claros al mercado respecto a las condiciones de captación y un buen manejo de la deuda pública.
“Un mensaje claro podría ser, por ejemplo, decir que si se va a captar a 10 años a una tasa de un 7,5% no se puede cambiar el discurso a la semana siguiente y subir la tasa al 7,8% o al 8%. Debe haber una línea en el discurso de la gestión, que la ha mantenido”, ejemplificó Quesada.
La gestión del gasto público y la mejora en la recaudación de impuestos son dos de los elementos adicionales en el que los inversionistas ponen atención, para valorar la ruta de alivio fiscal del Gobierno.
Castro recalcó que cuando se avance con la aprobación de los proyectos legislativos necesarios para el alivio fiscal así como con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) la confianza irá aumentando en los próximos meses.
Mejoran índices
Si bien el Índice de Confianza del Agente Económico medido por el Banco Central mejoró en el último trimestre, su nivel ha sido bajo desde años anteriores.
La confianza débil, en general, no es cuestión de la pandemia, pues los bajos niveles se dan desde años atrás. Incluso, en el 2018 cayó a su nivel más bajo (19,71) en un periodo de cinco años. Ese año, el contexto costarricense se marcó por múltiples protestas sociales ante la discusión legislativa de la reforma fiscal y problemas económicos en el Gobierno que incluso dificultaron el pago de aguinaldos.
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica, explicó que el aumento en la confianza de los agentes económicos es fundamental para la recuperación económica del país, porque incide en el consumo y la inversión, especialmente la sensible a las expectativas del mercado.
“El factor confianza y el factor expectativas son siempre muy importantes en el crecimiento económico y en el caso de Costa Rica hemos tenido varios años de confianza débil por parte de consumidores y empresarios; la mejora que estamos viendo es un factor positivo sin duda”, comentó.
Eso sí, advirtió Cubero, dicha confianza dependerá en los siguientes trimestre en la evolución de la pandemia así como en la aprobación de los proyectos legislativos necesarios para el ajuste fiscal planteado por el Ministerio de Hacienda.
Otros indicadores, como el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registrado febrero del 2021, a casi un año de experimentar en el país los efectos del COVID-19, se ubicaba en 36,7 puntos, magnitud que, en una escala de 0 a 100, refleja pesimismo hacia la economía nacional.
No obstante, el Índice aumentó significativamente, pues creció de 34,8 a 36,7 puntos, cuantificando una ganancia de 1,9 puntos y al tomar en consideración seis meses atrás (últimas dos encuestas), el incremento de la confianza es de 8,4 puntos (de 28,3 a 36,7 puntos).
Dicha encuesta es un estudio periódico que realiza la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (UCR), a través de encuestas corridas a 729 personas mayores de edad en todo el territorio nacional.
El estudio es una medida del grado de confianza que están experimentando los consumidores hacia la economía nacional. De acuerdo con la metodología, se asume que el optimismo hacia la economía genera confianza entre los consumidores y, como consecuencia, aumenta el deseo de realizar gastos y contraer deudas, y que, por el contrario, la incertidumbre produce pesimismo y, por ello, el deseo de reducir los gastos y reorganizar las reservas financieras.
Expectativas económicas
La proyección de crecimiento de la economía nacional se revisó al alza a finales de abril y el Banco Central prevé que crezca un 2,9% del PIB (según las proyecciones publicadas en enero, el crecimiento se ubicaría en 2,6%). El cambio se debe, principalmente, a mejores expectativas de crecimiento económico a nivel mundial.
Cubero resaltó que se ha mantenido el proceso de recuperación económica los primeros meses del 2021, que inició en mayo del año anterior. No obstante, si se analiza la variación trimestral la recuperación se ha moderado.
“No estamos todavía ni de cerca a febrero del 2020, antes de la pandemia, pero ya hemos recuperado parte de la actividad económica”, dijo Cubero.
Por su parte, Rodríguez señaló que el panorama aún no está del todo despejado y que la incertidumbre continúa presente alrededor del escenario fiscal y político, respecto a cómo mejorar en competitividad y productividad principalmente.