En el 2015, el Gobierno pretende utilizar una tercera parte del presupuesto en el pago del principal y de los intereses de sus deudas.
Solo lo destinado a intereses ha subido de peso dentro del plan de gastos desde el 2013 y para el 2015 representaría un 11,6%, con una tendencia creciente en los últimos años.
Para amortizaciones, se usaría el 22% de los recursos en el próximo periodo.
Si se suman estos dos rubros, el Gobierno estaría gastando un total de ¢2,68 billones en obligaciones financieras.
Esa cifra es superior al gasto previsto en educación, que es de ¢2,2 billones. También supera en 5,7 veces los gastos de capital para el próximo año, que son los recursos que se usarían para obras públicas.
Solo en intereses, el Ministerio de Hacienda tiene programado un pago de ¢921.358 millones, cantidad que es 24% más alta con respecto al presupuesto aprobado del año pasado.
Las amortizaciones suman ¢1,76 billones y suben un 48% en comparación con el 2014.
De los últimos seis años, el 2015 es en el que más peso ha adquirido el pago de intereses. La deuda tiene un tamaño menor, pues en el 2012 acaparó una mayor porción del presupuesto. .
Todo ese aumento adquiere un mayor peso en la economía total. Así se demuestra en la proporción que tienen los intereses y el pago de deudas entre el Producto Interno Bruto (PIB).
Para el próximo año, sería el equivalente al 9% del PIB, el porcentaje más alto desde el 2009.
La razón de esa subida en el endeudamiento es el faltante de recursos del Gobierno para cubrir sus gastos. Hacienda calculó que el déficit fiscal para el próximo año será de 6,7% con respecto al PIB, el más alto desde 1980.
Esa carencia de recursos obliga al fisco a buscar en otras fuentes de financiamiento diferentes de los impuestos (ingresos corrientes).
Una de las vías es la emisión de bonos locales. También está la colocación de títulos soberanos (eurobonos) y los préstamos en el exterior.
Para el 2015, el faltante de recursos es por ¢3,75 billones, cantidad que el Gobierno deberá conseguir precisamente en alguna de esas vías. El monto es superior en 30% al aprobado para el 2014.
De esa manera, la Hacienda Pública debe recurrir cada año a un mayor endeudamiento para cubrir su operación. Si este rubro crece, también lo harán de forma automática el de intereses.
Crecen y crecen
El monto de los intereses lleva un ritmo claramente ascendente, incluso más que las amortizaciones, que han sido más irregulares en los últimos seis años.
Al existir más deuda, es inevitable que el país tenga que pagar más intereses. Adicionalmente, si las tasas suben, los pagos en este renglón también se incrementarán.
Dentro de este rubro, los intereses por deuda externa también están creciendo. A partir de noviembre del 2012, Costa Rica tiene que hacer frente al pago de los rendimientos que ofrecen los bonos soberanos.
Dicha erogación se hace cada seis meses y por el momento son los que corresponden a las recientes emisiones que suman $3.000 millones, más los correspondientes a $250 millones de un programa anterior.
Aunque la proporción de intereses por deuda externa tienen un peso relativamente pequeño dentro del presupuesto, tiene a aumentar. Ese incremento es más claro para la de deuda interna, que llegan casi al 10% en el 2015.
Hernán Varela, analista de la firma Aldesa, explicó que las condiciones actuales indican que las tasas de interés tendrán un aumento en Costa Rica y en el exterior.
Adicionalmente, si las firmas calificadoras emiten opiniones desfavorables para Costa Rica, los inversionistas de los bonos costarricenses procederían a demandar un interés mayor al comprar deuda costarricense.
Es, en este momento, cuando se hace más grande la espiral en la que están las finanzas del país, pues sube el pago de intereses y, por lo tanto, aumenta la necesidad por financiamiento.
El disparador
Helio Fallas, ministro de Hacienda, reconoció que para el próximo año la cancelación de deuda interna es un disparador del presupuesto.
Llamó la atención sobre la amortización de deuda, pues el alza obedece a un acumulamiento de vencimientos de bonos de deuda interna.
Una consecuencia directa del tamaño de la deuda por cancelar y sus intereses es la eventual presión que puede ejercer sobre las tasas de interés en el mercado.
Al respecto, el jerarca dijo que trabajan en un plan para afrontar los pagos pendientes, que incluyen la emisión de los últimos $1.000 millones en bonos de deuda externa el próximo año y las acciones para impedir el incremento de la evasión.
El pasado 8 de setiembre, Fallas anunció que ya hicieron gestiones para abrir un crédito contingente de apoyo presupuestario con el Banco Mundial o con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El monto y las condiciones de esa operación aún no se han definido, pero se trata de un mensaje al mercado con tal de evitar la percepción de que las necesidad de dinero del Gobierno es apremiante, a pesar de que implique un aumento el endeudamiento externo.
Alberto Franco, economista, considera que este préstamo es una señal que incluye dos mensajes: por un lado, daría la idea de que existe holgura en la disponibilidad de recursos y, por otro, es un factor negativo al demostrar que Costa Rica tiene que recurrir –con más frecuencia– a tanques de oxígeno externos para mantener sus finanzas en pie.
Además, Fallas confirmó que ya organizan la estructuración de la nueva emisión de eurobonos, que por ley pueden hacer a partir del 1 de enero del próximo año. Ese planeamiento incluye la contratación de bancos estructuradores y asesores legales.
Para Varela, cerca del 13% de la deuda total del Gobierno tiene un vencimiento el próximo año y constituye un problema por el costo de oportunidad del dinero.
“En vez de invertir en infraestructura o programas que aporten al crecimiento del país, un monto de esta magnitud se tiene que dedicar al pago de deuda”, agregó.
Otra comparación la agregó Carlos Beltrán, analista financiero de la firma Mercado de Valores, al decir que, desde finales de agosto hasta diciembre del 2015, el Gobierno debe enfrentar un total equivalente de $4.000 millones en vencimientos.
Ese monto obligará a Hacienda a ser agresivo en la búsqueda de recursos, lo cual implica, nuevamente, una presión sobre las tasas de interés.
La economista y exdiputada Patricia Pérez afirmó que orientar un monto significativo para obligaciones financieras es una advertencia acerca de que se carecerá de servicios u obras nuevas por parte del Estado.
“La administración pública no será un motor de la actividad económica. Todo lo contrario, será un presionador de la espiral de incremento en tasas de interés que al mismo tiempo le hará más caras sus propias fuentes de recursos”, dijo.
El presupuesto del 2015 ya demuestra que otras funciones del Gobierno serán estrujadas por el peso de la deuda. Entre las actividades afectadas están la prestación de servicios sociales como la educación, así como el impulso a las actividades productivas.
Lo anterior significa que a pesar de que el monto de recursos del Gobierno crece de un año a otro, la proporción de cada uno en total del presupuesto se estrecha por culpa del peso de la deuda.