La inflación afecta de forma diferente a los hogares porque cada uno dedica distintas proporciones del gasto a la compra de bienes y servicios. En Costa Rica, actualmente la inflación golpea con más fuerza a los hogares de bajos ingresos, los cuales destinan la mayor parte de su gasto a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), cuando la inflación interanual en Costa Rica llegó a 12,13% en agosto de 2022, los hogares de estratos bajos experimentaron una variación interanual en los precios de los bienes y servicios de 13,49%; los medios, de 12,24%; y los altos, de 11,36%.
11 meses después de este momento, la inflación en el país registró una variación interanual de -2,29%, el segundo registro interanual consecutivo en terreno negativo. A pesar de la caída del indicador, los precios en la canasta de consumo de las familias de bajos ingresos económicos siguen experimentando una variación interanual más alta (-0,19%) en comparación con los de estratos medios (-1,74%) y altos (-3,87%).
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José Luis Arce, economista y director de la firma FCS Capital, resumió que la inflación de los últimos 24 meses fue particularmente mala para las familias de bajos ingresos económicos porque estuvo asociada a dos rubros en los que ellas gastan mucho: alimentos y bebidas no alcohólicas, y transporte (”más que todo transporte público”).
“Si uno ve el comportamiento del Índice de Precios en los últimos 24 meses, el aumento que hubo hasta más o menos agosto del año pasado estuvo liderado fundamentalmente por alimentos disparados de precio y por transporte, y las familias más pobres gastan mucho eso. Entonces, ellas padecieron una inflación más alta durante ese periodo porque su canasta de consumo está más concentrada en las cosas que desafortunadamente subieron más”, dijo Arce.
El golpe desigual de la inflación no es algo desconocido. Sin embargo, desde finales de mayo de 2023, el INEC estima el efecto que tienen las estructuras de consumo de los hogares sobre las variaciones promedio de los precios, lo cual permite cuantificar la variación en los precios de las canastas de bienes y servicios según estratos de ingreso.
Además, para el economista del Colegio de Ciencias Económicas, Luis Vargas, analizar la inflación por estratos permite diseñar políticas públicas más precisas que incidan en aliviar más la carga para los hogares de menores ingresos y que también beneficien a las familias de ingresos medios y altos.
Para las personas de ingresos bajos que suba la inflación puede representar no comer. Para las personas de ingresos altos posiblemente lo que representa es ahorrar menos o tener un excedente menor.
— Luis Vargas, economista del Colegio de Ciencias Económicas
¿Por qué la inflación golpea más a los hogares de bajos ingresos?
Adriana Rodríguez, gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa y economista, recordó que después de la pandemia de covid-19, los cuellos de botella y la invasión de Rusia a Ucrania, la división de alimentos y bebidas no alcohólicas empezó a sufrir incrementos en sus precios de forma más acelerada, lo cual generó una afectación mayor en los hogares de bajos ingresos.
“Alimentos, granos y bebidas subieron muchísimo de precio. Cuando uno le da la vuelta a la página y se fija en los ingresos de los hogares efectivamente entre más bajo sea el ingreso, el porcentaje más alto de este se gasta precisamente en alimento”, agregó la economista.
Rodríguez explicó que proporcionalmente los hogares con menos entradas econonómicas gastan más en comida o bebidas; mientras que los de más altos ingresos lo hacen en mayor medida en servicios. Aunque en este último grupo también los alimentos son un monto importante, no es una proporción relevante cuando se compara con el ingreso total.
Luego de que la inflación en Costa Rica alcanzó un pico de 12,13% en agosto de 2022, el indicador empezó a descender y aunque el Índice de Precios al Consumidor (IPC) para los alimentos y bebidas no alcohólicas también se desaceleró, lo ha hecho a un ritmo lento.
La gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa comentó que aunque se percibe un retroceso en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y en el nivel del Índice de Precios al Consumidor para el grupo, este último aún se encuentra alto. Los datos del INEC exponen que IPC de la división era de 117,661 puntos en julio de 2022; mientras que para ese mismo mes del año en curso fue de 116,669.
De acuerdo con el Informe de Política Monetaria presentado por el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en julio pasado, a pesar de que la variación de precios considerada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es la misma para todos los hogares, no todos dedican la misma proporción del gasto a la compra de ellos. De ahí que algunas familias se ven más perjudicadas que otras por el incremento en los precios de determinados productos, o bien se benefician en mayor medida de la rebaja en los costos.
Precisamente, el economista del Colegio de Ciencias Económicas explicó que aunque en términos generales la inflación tiene el mismo comportamiento: sube o se desacelera para todos, la mayor incidencia negativa de este fenómeno en ambas direcciones la viven los hogares de ingresos bajos dada su canasta de consumo y a la cantidad de recursos que destinan a la adquisición de bienes y servicios de las “categorías más volátiles”.
Los hogares con ingresos altos han sido favorecidos por la rápida disminución en la variación de los precios del transporte –rubro que tiene mayor peso relativo dentro del gasto de estas familias y en el que están incluidos ítems como automóviles nuevos y boletos aéreos–, pues ello ha incidido en el descenso más acelerado de la inflación que enfrenta este grupo.
Caso contrario es el de las familias con menores ingresos, ya que aunque los alimentos y bebidas no alcohólicas, que tienen el mayor peso relativo para este estrato, han desacelerado sus precios, lo han hecho a un ritmo más lento. Por eso, indica el IPM, “estos hogares afrontan una mayor pérdida de poder adquisitivo con respecto a los de ingreso medio y alto”.
La división de transporte pasó de mostrar una inflación interanual de 23,17% en julio de 2022 a una de -15,96% en el mismo mes de 2023. Mientras que la variación interanual en los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas bajó de 21,08% a -0,84% durante el mismo periodo.
A criterio del economista del Colegio de Ciencias Económicas siempre hay un mayor golpe sobre los hogares de menores ingresos. Sin embargo, el director de FCS Capital expuso que esto no siempre es así pues ha habido casos en que la inflación, en términos relativos, ha afectado más a los ricos.
La causa del choque inflacionario, explicó Arce, es la que va a incidir en que este fenómeno afecte más a unos hogares que a otros.
El gasto en los hogares
Según datos del INEC, los hogares en zonas urbanas de Costa Rica destinan la mayor parte de su presupuesto a tres divisiones de consumo: alimentos y bebidas no alcohólicas, alquiler y servicios de la vivienda, y transporte. Claro, en distinto orden de importancia relativa y proporción según el estrato de ingresos.
“No hay que perder de vista que fue ahí donde se concentraron las subidas más fuertes en la inflación”, recordó el economista del Colegio de Ciencias Económicas.
El área de cobertura geográfica del gasto del estudio (de variaciones de precios de bienes y servicios por estrato de ingreso base diciembre 2020) es nacional urbana, la misma cobertura del gasto del IPC base diciembre 2020, por ser la zona que concentra la mayor parte del gasto de los hogares, la mayor parte de la población del país y la mayor cantidad de establecimientos comerciales.
— INEC
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En el caso de los hogares de estratos de ingresos bajos, la mayor parte de su gasto es destinado a la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas (37%), alquiler y servicios de la vivienda (17,5%), y transporte (9,8%).
¿Cómo se puede interpretar esto? A modo ilustrativo se puede decir que si el gasto total de un hogar de zona urbana y estrato de ingreso bajo es de ¢100, en promedio, se destinan ¢37 en alimentos y bebidas no alcohólicas, ¢17,5 en alquiler y servicios de la vivienda, y ¢10 en transporte.
Siguiendo con este ejemplo, en los hogares de ingresos medios si el gasto es de ¢100, en promedio, se utilizan ¢26,3 en alimentos y bebidas no alcohólicas, ¢14 en transporte y ¢13,4 en alquiler y servicios de vivienda.
Por su parte, en los de estratos de ingresos altos, el mayor peso relativo lo tiene el transporte (18,14%), seguido de los alimentos (16,34%) y el alquiler y servicios de la vivienda (9,21%).