En los últimos años, el comportamiento del tipo de cambio del dólar ha afectado la inflación, es decir, el incremento de los precios.
Con el aumento que tuvo la divisa en las últimas semanas, la tendencia podría repetirse, aunque no inmediatamente.
El impacto se da principalmente porque Costa Rica importa buena parte de los que consume y, generalmente, lo que se produce localmente también tiene un componente que se importa o se compra en dólares.
Durante el año pasado, se importaron $15.913 millones y el precio de esos bienes se calcula en moneda extranjera.
El hecho de que el precio del dólar tenga inestabilidad influye directamente en los precios internos y, por ende, en la inflación.
El Banco Central estima que, en Costa Rica, un aumento de un punto porcentual en la tasa de variación del tipo de cambio genera un incremento de 0,2 puntos porcentuales en la inflación 11 meses después.
Sin embargo, es posible observar que en años anteriores el efecto se da en menos tiempo, aunque cabe aclarar que la inflación es afectada por otros factores y no solo por la devaluación.
Según un ejercicio realizado por EF, tomando la variación de los últimos 12 meses de la inflación y la variación interanual del tipo de cambio, se observa que hubo picos de inflación durante diciembre del 2011, diciembre del 2012 y en agosto y noviembre del 2014, luego de un comportamiento al alza en el tipo de cambio.
Durante el 2011, el precio del dólar pasó de ¢506 en julio a ¢515 en agosto y la inflación repuntó tres meses después.
La misma situación se repitió en el 2012, cuando pasó de ¢500 en setiembre a ¢504 en octubre, lo que confirmó la tendencia.Además, hubo un aumento de ¢7 entre noviembre y diciembre de ese mismo año, situación que generó otro pico en la inflación, que se mantuvo casi igual durante enero.
Así, la correlación se ha mantenido durante otros periodos, siempre con un rezago entre el momento del alza del tipo de cambio y el pico de inflación.
Empero, se puede notar que cuando se da una caída en el precio del dólar, también se registra una tendencia a la baja en los precios internos, como ocurrió durante febrero del 2015 y buena parte del 2016.
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Para el economista Luis Mesalles, existe una transferencia de la devaluación hacia mayores precios y, aunque no es completa ni inmediata, se puede percibir, precisamente por el efecto en el precio de los productos importados y por otros producidos en el país.
De acuerdo con Mesalles, el aumento rápido del tipo de cambio y la caída abrupta que ha registrado en la última semana, no significa que los precios de los bienes y servicios crecerán más rápido.
“Lo que si puede afectar es que el ‘susto’ por el tipo de cambio en los últimos días puede haber aumentado las expectativas de devaluación y eso podría eventualmente aumentar la inflación”, admitió Mesalles.
La tendencia al alza del tipo de cambio se empezó a registrar en diciembre pasado, pero se agudizó en abril de 2017, cuando las transacciones de divisas de los intermediarios con el público mostraron un superávit de $69,9 millones, según datos del Banco Central. Esto ocurrió después de 10 meses consecutivos (exceptuando noviembre del 2016) de mostrar déficit en estas plataformas de negociación.
Durante mayo pasado, el dólar llegó a su precio más alto en siete años y entre el 2 y el 24 de mayo, registró un aumento de ¢29, antes de que el Banco Central anunciara las medidas para evitar la presión sobre el mercado cambiario y que comenzara una nueva tendencia, ahora a la baja.
Sin embargo, según la más reciente encuesta mensual de expectativas de inflación y variación del tipo de cambio del Banco Central, la expectativa de aumento en el dólar en los próximos tres meses es de 2,8%, casi dos puntos porcentuales más que la expectativa de abril.
Lo mismo se repite en las expectativas de devaluación a 6, 12 y 24 meses, lo que indica que la tendencia se podría mantener durante los próximos dos años.
Una situación similar ocurre con la inflación, que actualmente se ubica en 1,64% y la expectativa es que se ubique en 3,7% en los próximos 12 meses, muy cerca del límite máximo del rango meta del Banco Central, que es de 4%.
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De repetirse la correlación entre el tipo de cambio e inflación, se podría esperar que en los próximos meses se presente nuevamente un pico de inflación.
Esta posibilidad es algo que Mesalles considera posible, sobre todo por el aumento de la Tasa de Política Monetaria del Banco Central, que a pesar de que tiene efectos que podrían llevar el dólar hacia la baja, genera presiones inflacionarias.
Para el economista Alberto Franco, es probable que el de depreciación se traduzca en una aceleración en el ritmo de aumento de los precios de la economía.
Según comenta, pese a que la inflación está poco a poco acercándose al 4%, es posible que el indicador se mantenga dentro del rango meta este año, pero las presiones podrían ser mayores en el 2018.