La mirada del mercado financiero y los inversionistas está fijada en las medidas que adopte el Gobierno en la gestión de su deuda, no solo para el 2020, sino también para el bienio 2021-2022, cuando se acumulan fuertes vencimientos de la deuda.
De momento, el Gobierno se enfoca en las necesidades del año en curso y promete presentar nuevas propuestas para el siguiente año.
La fuerte utilización de canjes, e inclusive uso de megacanjes como lo hizo a finales del 2018, la renovación de deuda con emisores públicos, y la negociación mano a mano con cada uno de ellos formará parte de sus herramientas en el segundo semestre.
La viceministra de egresos, Alejandra Hernández, afirmó que no existe “ninguna preocupación sobre temas de liquidez en este momento”. Mientras, el subtesorero nacional, Mauricio Arroyo, destacó que existe mayor espacio para que el Gobierno reduzca sus tasas en el mercado.
A continuación, la entrevista que EF realizó a ambos el viernes 22 de mayo:
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- ¿Cuál es hoy el mayor reto en la gestión de la deuda?
Alejandra Hernández (AH): Bajo este panorama que nos plantea la situación del COVID, lo que tenemos como un gran reto es no presionar al mercado local, en términos de las tasas de interés y no acaparar el mercado interno con la colocación de deuda.
En las colocaciones de deuda interna y deuda externa hay una recomposición en donde pasamos de una previsión de 6,75% del Producto Interno Bruto (PIB) en deuda interna previo al COVID, a un 5,39% (entre lo que ya se captó y lo que falta). Esa diferencia de las necesidades, las estaríamos buscando en el mercado externo.
- ¿Sí es posible evitar presionar al mercado local este año?
AH: La batería que hemos planteado sobre las necesidades de financiamiento y cómo vamos a asegurar la liquidez, plantea que la colocación de mercado interno que estamos previendo —ese 3,60% que nos faltaría de cubrir— es en promedio significativamente menor a las necesidades de financiamiento que se estuvieron trabajando en los últimos años, que han sido de un 11%.
En la actualidad ya contamos con un 1,79% del PIB financiado en mercado interno y recientemente con la aprobación de un préstamo con el BID-AFD pasamos a un 3,54% del PIB.
Esto quiere decir que de la meta que tenemos de 12,45% del PIB para el 2020, ya tenemos cubierto un 40% al mes de mayo.
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- ¿Qué beneficio reciben de los préstamos multilaterales?
AH: Con la traída de este financiamiento externo para apoyar a las necesidades, lo que estamos haciendo es tener pasivos en el largo plazo.
Las tasas promedio que nos están dando los organismos multilaterales efectivamente son mucho menores que los ejercicios que nosotros haríamos en el mercado interno, no solo por la situación sino por la estructura que normalmente tendríamos.
Sobre las necesidades de captación previstas durante el primer semestre, estamos hablando de hasta ¢1,5 billones.
De esas necesidades, durante este año se han colocado con vencimiento al 2020 ¢195.000 millones, la estructura por instrumento está concentrada en tasa fija a un 50%. Son niveles óptimos para poder manejar la captación del mercado local.
Además, los rendimientos de bonos en colones en el largo plazo rondan el 9% (en el mercado local), en contraposición a la colocación de deuda externa. Por ejemplo, el crédito BID-AFD se colocó a 20 años en una tasa Libor +0,92 puntos porcentuales. A hoy, en dólares, estamos hablando de 1,35% y en colones, previendo una devaluación de 3%, 4,6%.
En el mercado interno obtendríamos una colocación a 10 años con tasas del 7% en dólares y en colones de un 9%.
- ¿Cómo ven las presiones de los vencimientos para este año, y los próximos dos años?
AH: En términos del perfil de vencimientos de la deuda para este año, tenemos ¢1,5 billones de lo que llevamos hasta abril. Los principales vencimientos se dan en mayo, noviembre y diciembre.
Mayo ya está cubierto y en noviembre-diciembre, los tenedores son principalmente las instituciones públicas por lo que nosotros estaríamos trabajando la estrategia de renovar estos vencimientos.
No es un secreto que tenemos mayores vencimientos en el 2021 y 2022, y estamos trabajando en poder generar alguna estrategia para atenderlo.
- ¿Es posible mantener el enfoque del perfil de la deuda en el largo plazo?
AH: Al ver el primer semestre de este año, mantenemos esa colocación. Ciertamente estamos previendo alguna presión en los mercados para que se dé una colocación en el corto plazo, pero la estructura hasta ahora la hemos tenido en un mayor porcentaje en bonos mayores a 10 y a 5 años.
- ¿Cómo camina la estrategia de canjes este año y será más agresiva en el bienio 2021-2022?
AH: En términos de los resultados de la gestión de pasivos y de canjes, en promedio, en los últimos años se ha venido trabajando con metas de ¢800.000 millones, y esa sería la meta con la que estaríamos trabajando este año.
La gestión de pasivos, para el año 2020, nos ha permitido tener un espacio de ¢506.000 millones porque se han generado algunas estrategias para hacer la colocación de montos vencidos cancelados.
Efectivamente sobre el 2021 y el 2022 vemos más presión sobre los saldos que están por vencer, pero ahí es donde estaríamos hablando de aplicar una estrategia de canjes mucho más agresiva. Es lo que ha venido haciendo Hacienda en los últimos años y es lo que nos permite decir que en 2020 tenemos el 50% de los vencimientos (en comparación a la cifra histórica) y eso nos da un poco de aire durante este año.
- ¿Cómo afecta la incertidumbre a los inversionistas?
Mauricio Arroyo (MA): La incertidumbre actual de tasas es lo que hace que algunos inversionistas no se definan, pero uno esperaría que ya para el segundo semestre cuando volvamos a una relativa estabilidad, se tomen algunas decisiones sobre todo de más de largo plazo.
En el 2018 que tuvimos una situación complicada, se había realizado un megacanje y participaron instituciones públicas como también buena parte de bancos privados, así que esperaríamos para el segundo semestre retomar el tema.
- ¿Cuáles acreedores tienen esos vencimientos fuertes en noviembre-diciembre, 2020?
MA: Para que tenga una idea rápidamente el 47-48% está a manos del sector público. Eso incluye los bancos del Estado, incluye al INS, al ICE, también la Caja. Y bueno, el otro 20% y resto, son operadoras de pensiones.
Ahí lo que queda es identificar puntualmente cada uno de los vencimientos y ver qué le interesa a cada uno de esos inversionistas. Puede ser que no le interese canjear por títulos de 10 años, pero que sí le interese a tres o cinco años plazo. Los bancos, por ejemplo, cuando participan, buscan canjear a títulos de tres o cinco años plazo.
Hay vencimientos importantes en dólares entonces es lo que eventualmente podríamos estar manejando, principalmente tenemos algún espacio ahí de canjear una buena batería de títulos, tanto series tasa fija como tasa variable, unidades de desarrollo, en fin. Creo que lo que tenemos que hacer es negociar de forma particular con el perfil de cada inversionista.
En esas negociaciones es donde puede acortarse el plazo del perfil de la deuda...
MA: Sí, ahí es importante diversificar las fuentes de financiamiento, en este caso en la colocación de recursos externos a tasas muy favorables. Tenemos vencimientos de deuda relativamente cara, 2020, 2021 y 2022, y tal vez de lo positivo es que eso se está canjeando por títulos a tasas mucho más bajas. Entonces, por ahí sí hay una reducción importante, por lo menos en el servicio de la deuda.
- ¿Existe espacio para una mayor reducción de tasas?
MA: En el último año hicimos un ajuste cercano 400 puntos base, algo que colocábamos al 13%, lo estábamos colocando al 9%, un poco el plazo de 10 años. Actualmente, si se mide a términos reales con inflaciones prácticamente de 1%, son tasas del 9%.
Así que uno esperaría que hay espacio para más ajustes en las tasas de interés. Ahí el tema será cómo se comporten las tasas en dólares y las negociaciones en los mercados internacionales.
- ¿Estamos lejos de la iliquidez que vivió Hacienda a finales del 2018?
AH: Sí, porque hay toda una estrategia clara para cubrir las necesidades de financiamiento y eso nos procura asegurar la liquidez y también el hecho de que durante 2019 tuviéramos resultados positivos sobre las variables en términos de colocación en el largo plazo, tasas, etcétera, nos ha permitido contar con un prefondeo importante, recursos de eurobonos, préstamos multilaterales.
Entonces, nosotros no tenemos ninguna preocupación sobre temas de liquidez en este momento.
MA: Este año 2020, de todo lo malo, lo bueno ha sido que tenemos la menor cantidad de vencimientos de otros años.
- ¿Cómo se preparan para el 2021?
AH: Efectivamente hay toda una estrategia que es la que estamos planteando, el apoyo que nos han brindado en la Asamblea Legislativa con la aprobación de la cartera de empréstitos ha sido fundamental y eso nos va a permitir oxigenar el espacio que tenemos para poder generar las acciones correspondientes a la atención del 2021-2022.
- ¿Una nueva emisión de eurobonos se abriría en 2021?
AH: Tenemos que valorar porque tendríamos que ver el comportamiento de los mercados. Hay que tener claridad con cada uno de los pasos que se van dando.
- Una presión adicional que llega al gasto es el bono Proteger, ¿con los préstamos multilaterales y los recursos del INS ya estaría cubierto?
AH: Lo que llevamos hasta ahora y el planteamiento que venimos trabajando contempla el empréstito con el INS, pero también contempla un empréstito con el BID (por $245 millones, de los cuales una proporción significativa iría al bono) que estamos negociando, cuyo propósito tiene que ver con el bono Proteger.
- ¿Estamos cerca de buscar un Stand-by Arrangement con el FMI, del que ya el Gobierno mostró interés?
AH: La cartera con la que estamos trabajando es la que presentamos en la batería, y efectivamente el FMI es uno de los acuerdos que hemos venido tendiendo, pero por ahora estamos concentrados en trabajar con estos organismos multilaterales y atender las necesidades de financiamiento previstas para este año.
- El exministro Chaves habló de dos recortes de gasto que suman ¢140.000 millones, ¿de dónde viene esa reducción?
AH: El primer recorte se hizo en términos de ver una eficiente distribución de gasto que estaba disponible en las instituciones y actualmente estamos trabajando en el segundo recorte.
Es importante señalar que se trabaja con el Presupuesto Nacional los espacios son bastante acotados, entonces el análisis que hemos venido haciendo tiene que ver con los saldos disponibles. El compromiso es asegurar salarios, pago de los contratistas, honrar la deuda, en función de eso, el espacio que hemos identificado es con el que se está trabajando con las instituciones.
- ¿Hacienda presentará la ruta fiscal del próximo año?
AH: Sí, nosotros vamos a presentar nuevas acciones.
- ¿Qué se está valorando?
AH: Sumado a la captación de recursos, también tenemos el planteamiento sobre el recorte adicional que el ministro mencionó (ya contemplado en los ¢140.000 millones anunciados el 30 de abril), eso es importante porque necesitamos dar la señal de compromiso en la eficiencia del uso del gasto. Tenemos planteado presentar un proyecto de ley con ese recorte adicional.
- ¿Cómo se preparan para la presentación de un presupuesto retador?
AH: Es un gran reto, pero sobre todo es una gran oportunidad. Estos contextos nos dan la oportunidad de generar la conciencia entre todas las instituciones y el compromiso para hacer un gasto muchísimo más eficiente, que es al final la meta que tenemos todo.