A poco menos de un mes de que termine el año el Ministerio de Hacienda deberá cumplir con el vencimiento de ¢420.000 millones en deuda bonificada y durante el primer trimestre del 2021 este monto aumentaría a ¢945.000 millones según datos de la Tesorería Nacional.
Adicionalmente, a las necesidades de financiamiento se deberá sumar el déficit financiero que en su acumulado a octubre sumó un total de ¢2,49 billones lo que representa 7,17% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según el viceministro de egresos, Isaac Castro, desde el Ministerio confían en las diferentes acciones de recorte de gastos y el incremento de ingresos debido a los ajustes fiscales les brindan un respaldo para evitar enfrentar problemas de liquidez en el corto y mediano plazo.
“No estamos con un problema de liquidez pero sí estamos viendo un problema de tratar de disminuir esas necesidades de financiamiento”, agregó el jerarca.
Datos de Tesorería Nacional al 31 de octubre, muestran que el país se enfrentaba al vencimiento por un total de ¢688.277 millones en los meses de noviembre y diciembre, pero a través de los diferentes mecanismos de gestión de deuda lograron rebajar ese monto a ¢420.000 millones.
A través del mercado de deuda pública local el gobierno busca la manera de reposicionar, es decir, cuando los inversionistas renuevan sus inversiones para reducir las necesidades de financiamiento y quitar presiones sobre los vencimientos.
“Buena parte del financiamiento viene de la reposición, esto hace que los financiamientos se vuelvan a reposicionar en nuevos títulos valores”, aseveró el viceministro de egresos.
Sin embargo, de cara al 2021 los retos de financiamiento se intensifican pues durante el primer semestre Tesorería se enfrenta al vencimiento de ¢945,792 millones y ¢1,18 billones en el segundo semestre.
Castro asegura que la gestión desde el viceministerio busca alternativas para mejorar la recaudación de ingresos y a la vez, a través de los mecanismos normales de negociación (canjes, colocaciones o subastas inversas), ‘repactar’ condiciones con los inversionistas para que ambas partes puedan obtener ganancias.
Durante el primer trimestre una de las series que ejerce mayor presión es la S240321 que a la fecha cuenta con un saldo pendiente de ¢141.209 millones y vencerá el 24 de marzo del próximo año. En esta misma fecha también caduca un título G240321 emitido en el 2018 que cuenta con un saldo de ¢57.255 millones.
Al igual que en el cierre de este 2020 para el próximo 2021 los acreedores que cuentan con el mayor porcentaje de deuda son los bancos y las entidades públicas no financieras.
En cuanto a los bancos estos cuentan con el 36% de la cartera de vencimientos en el 2021 y las entidades públicas no financieras tienen el 27%.
Isaac Castro comentó que si tuvieran que hacer el pago de la totalidad de vencimientos al 2021, sí estarían bajo una gran presión y probablemente solo podrían lograrlo si el estado contara con superávit primario, por lo que buscan diferentes alternativas para gestionar la deuda.
“El superávit primario en el mediano plazo, de acuerdo a nuestras proyecciones, dependerá de la eficacia con la que se apliquen las medidas de ajuste fiscal”, confirmó Castro.
El economista Gerardo Corrales, por el contrario, asegura que para el 2021 el país sí enfrenta grandes retos en términos de liquidez y que desde el Gobierno Central deben buscar maneras de refinanciar condiciones con lo principales tenedores de deuda interna para mejorar el flujo de caja.
Por su parte Jorge Martínez, economista y gerente de Servicios Técnicos de la Bolsa Nacional de Valores, explicó que para el cierre de este año, el Ministerio de Hacienda tiene opciones para conseguir los recursos que necesita, por ejemplo, puede recurrir a ventanillas de colocación, donde podría incluso ofrecer captaciones de corto plazo.
No obstante, para el 2021 le espera un año que en sus palabras describe como ‘muy complicado’.
“A pesar de que las operaciones de canje realizadas hasta el momento han reducido los vencimientos del próximo año en un 32%, el Gobierno tendrá que recurrir a una fuerte colocación, que podría significar ofrecer mayores rendimientos para lograr sus objetivos de captación”, agregó Martínez.
Posibles alternativas
El jerarca comentó que su propósito nunca ha sido renegociar la deuda bajo un escenario de default técnico, por el contrario buscan hacer ajustes en la estructura financiera que les permita dar estabilidad al país y gestionar deuda para no presionar las tasas de interés.
Desde el Ministerio desean seguir con las gestiones de colocación, canjes y las reposiciones de inversionistas para contar con una liquidez que les permita abastecer las necesidades de financiamiento.
Isaac Castro mencionó que dentro de sus estimaciones de flujo de caja se evidencia que en la primera parte del año se abrirán los cimientos para acomodar el pago de la segunda parte del año, la cual tiene vencimientos de más de ¢1 billón.
Con la recaudación de impuestos, la cual tiene varios factores que la favorecen como la eliminación de las moratorias en diciembre y el impuesto de renta en marzo, esperan tener un repunte de ingresos, que junto a la reducción de gastos les permitirá abastecer las necesidades en deuda bonificada.
“La recaudación nos puede empezar a rendir más. Cuando se acerquen estos pagos focales de impuestos sobre la renta (diciembre y marzo) nuestra recaudación crece”, destacó el jerarca.
Martínez destacó los esfuerzos del Gobierno Central para la mejora de la recaudación y la reducción de gastos, pero enfatizó que la principal estrategia para enfrentar las necesidades de liquidez será la captación mediante la emisión de deuda, por lo que la venta de bonos y los préstamos con organismos internacionales serán determinantes para alcanzar las metas de recursos necesarios.
Por otra parte, la pandemia propició un ambiente donde se puso a prueba el extremo de la regla fiscal aprobada en el 2018, eso según Castro les permite gestionar de mejor manera los vencimientos de mayores monto para evitar que el país se vea en un escenario de default.
Adicionalmente el viceministro comentó que esperan a un año poder quitar de 100 a 200 puntos base a la curva de rendimiento de títulos valor en Costa Rica.
A continuación un extracto de la entrevista con Isaac Castro
¿Cómo ven las presiones de los vencimientos para el primer semestre del 2021? ¿Cómo se garantiza que el Gobierno carecerá de problemas de liquidez?
Si tuviéramos que repagar la totalidad de la deuda al 2021 sí sería una presión inmensa. El repago total de la deuda que nos vence en un año solo lo podríamos hacer si tuviéramos superávit primario. El otro año 2021 vamos a tratar que los ingresos tributarios nos rindan más para evitar presionar el mercado.
¿Y en términos de liquidez ?
Estamos viendo una operación de cierre de brecha de ingresos y gastos, no estamos con un problema de liquidez, pero sí hay un problema de tratar de disminuir esas necesidades de financiamiento.
Vamos a tener que hacer un calendario de colocaciones para el primer semestre del próximo año.
Sin controlar el gasto ni incrementar los ingresos la brecha de 8,8% de déficit financiero, más 6,8% de vencimientos nos da una necesidades brutas de financiamiento más altas del 15%. Pero si logramos reducir el déficit en un 1% o 1,5% entonces evitaremos requerir ese 1,5% en financiamiento.
Otro buen indicador para mejorar nuestro rating de calificación, aparte de los factores políticos y sociales, es que logremos generar rápidamente superávit primario. Si nosotros dejáramos solo la regla fiscal vigente se alcanzaría en un horizonte de seis a ocho años, pero para eso ocupamos un ajuste adicional y así alcanzarlo en los próximos dos años.
¿De dónde planean obtener los fondos para cumplir con los vencimientos de deuda?
Lo que hemos venido haciendo es usar el mercado de deuda pública local para lograr el cierre entre la brecha de ingresos y gastos.
Buena parte del financiamiento viene de la reposición en nuevos títulos valores. En promedio un 54% y 60% son renovaciones.
Tesorería Nacional no solo tiene la fuente de financiamiento y el flujo de ingresos, eso ayuda porque son dos inyecciones de dinero, pero también el recorte de egresos.
Lo que estamos buscando es tener un déficit financiero menor del 2% entre octubre y noviembre para cerrar en menos de 9,3% y quitar un poco de esa presión de financiamiento. Lo ganado en el déficit implica menor necesidad.
Eso tiene ventajas en términos de endeudamiento, significa menor necesidad de financiamiento en el mercado.
En función al flujo de renovación y recaudación vamos a hacer frente al vencimiento neto, porque no es un vencimiento neto de ¢420.000 millones. Puede que una parte logremos renovarlo o nos dé posibilidad de recolocar, o inclusive que nuevas cuentas de financiamiento llegan interesadas en tomar posición.
En este momento ¿Cuál es el espacio en puntos porcentuales que tiene el Gobierno para bajar el rendimiento promedio de la deuda en colones y en dólares?
Desde el punto de vista del emisor podemos tratar de provocar una baja gradualmente. Hacienda podrá hacer eso cuando vaya dejando evidencia del proceso de ajuste fiscal y procesos de consolidación fiscal. Conforme las medidas de ajuste sean exitosas y aprobadas los inversionistas van a mapear eso y trasladarlo inmediatamente en los precios de mercado de nuestra deuda.
Eso nos va a dar la posibilidad de hacer colocaciones en el mercado primario para refinanciar y reposicionar el mercado en mejores condiciones para Hacienda y para quienes nos prestan.
Uno podría pensar que en un horizonte de un año podríamos estar tratando de quitarle a la curva entre unos 100 y 150 puntos base, pero si tomamos las acciones correctas y si son muy bien ponderadas podrían ser hasta 200 puntos base.