Una de las principales tareas del Gobierno Central de Costa Rica está en bajar su deuda con alto costo y la carga de intereses que paga por esta, pero conforme el déficit fiscal aumenta se queda con pocas herramientas para maniobrar posibles soluciones.
A la fecha, Costa Rica tiene colocado en el mercado bonos con altas tasas de interés fija, algunas de estas se encuentran muy por encima de la actual curva de rendimiento. Son precisamente esos instrumentos los que Hacienda deberá salir a negociar para ‘mejorar’ sus condiciones y evitar que el pasivo siga creciendo.
Isaac Castro, viceministro de egresos del Ministerio de Hacienda, agregó que desde Tesorería requieren renegociar las condiciones de la deuda mediante los mecanismos oficiales para minimizar el costo y conforme avance el proceso de reestructuración puedan tener una relación de deuda/PIB “más favorable”.
Sin embargo, precisamente la renegociación es un reto. La autoridad tiene buscar a los tenedores de esos bonos con altas tasas, presentarles una propuesta nueva de inversión que sea atractiva y ejecutar el cambio mediante las herramientas que tiene a la mano, las cuales son pocas.
Sustituir altas tasas no es trabajo sencillo, existen opciones, pero cada alternativa tiene sus propios obstáculos y tampoco es infinita la cantidad de posibilidades.
Una de las primeras opciones y poco usada por el momento, es la posibilidad de llamar los títulos para una redención anticipada (call), para que esto sea posible el Estado deberá contar con suficientes recursos financieros para recomprar esa deuda, esta opción no incluye el otorgamiento de otro bono.
La ley faculta a Hacienda para hacer los cambios necesarios a la deuda pública, siempre que sea para el mejoramiento de las finanzas. De acuerdo con el artículo 86 de la Ley de la Administración Financiera de la República y Presupuestos Públicos, se indica que, “el Ministerio de Hacienda podrá efectuar operaciones de crédito público para reestructurar la deuda pública del Gobierno de la República, mediante su consolidación, conversión, renegociación o condonación, en la medida que impliquen un mejoramiento de las finanzas públicas.”
Luego está el canje de deuda, en este puede negociar con los grandes tenedores para cambiar las condiciones de los bonos existentes por unos nuevos con mayores plazos, diferentes tasas, pero en general condiciones que logren satisfacer a los inversionistas para hacer el cambio.
Este es el método más utilizado por el Ministerio de Hacienda durante los últimos años, la Tesorería Nacional compra los bonos en circulación a los participantes y después vende los nuevos títulos a los inversionistas; todo el proceso se gestiona por medio de la Bolsa Nacional de Valores.
En agosto, la entidad renegoció bonos por el equivalente a los ¢80.000 millones a través de canje de deuda interna. Ese monto representó el 4,4% de los ¢1,8 billones que la Tesorería Nacional esperaba captar en el mercado doméstico durante el segundo semestre del año.
Es decir, que sus intereses son altos con respecto a las condiciones actuales del mercado y hace que la erogación en su pago sea alta respecto al total del presupuesto.
El monto en circulación tampoco es despreciable. Solo entre los diez bonos con tasa facial más alta suman ¢3,09 billones de colones.
Por ejemplo, en el 2012 el estado emitió ¢300.000 millones en un título con un plazo de 3.780 días (un poco más de 10 años) y tasa facial fija de 12,5%.
Ese porcentaje está 7,2 pp arriba de la actual curva soberana. Lo que indica que durante los próximos dos años, pues se vence hasta el 2022, el país seguirá pagando lo que se podría considerar intereses altos.
El casi trillado enunciado que se escucha constantemente por parte de expertos, ‘Costa Rica debe pagar deuda cara por deuda barata’ responde a esta necesidad de bajar las tasas de interés de los títulos que durante años se han mantenido con altos costos que incrementan el déficit.
Expertos aseguran que será poco probable que se mejoren las condiciones financieras mientras se mantenga una baja calificación de riesgo.
El pasado 2 de junio Moody’s modificó la perspectiva de calificación de Costa Rica, esta se encontraba en B2 estable y ahora pasará a tener una perspectiva negativa.