El golpe que le da la pandemia a la economía costarricense reta a las autoridades del país, en un momento en el que la producción daba pasos hacia la recuperación y en medio del persistente desbalance fiscal.
Al tratarse de una emergencia sanitaria mundial que obliga al aislamiento, el consumo cae y golpea a los negocios. El turismo, las exportaciones y la producción caen, mientras el desempleo y el gasto del Gobierno suben. Males necesarios para cuidar la salud de la población.
De entrada, no hay recetas mágicas. Esta realidad económica no es comparable con ninguna de las crisis económicas que la anteceden y bajo este punto de partida, analistas económicos de la Academia de Centroamérica mostraron sus opiniones sobre el panorama, en un conversatorio en línea.
Los participantes fueron: Miguel Ángel Rodríguez, expresidente de Costa Rica; el economista Ronulfo Jiménez; como invitado, José Luis Arce, economista y director de FCS Capital; y como moderador, el consultor Alvaro Cedeño.
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Algunas de las conclusiones:
1. El golpe será fuerte
“Esperaría que esta crisis no sea tan larga, pero sí profunda”, anotó el economista Ronulfo Jiménez.
El golpe será fuerte en términos de ingresos de los hogares, consumo y desempleo, y este panorama hay que enfrentarlo con espacios fiscales limitados.
El déficit fiscal que esperábamos para este año y que luego se iría reduciendo ya no será posible, ahora ese déficit alto estará presente en los próximos años.
Mientras, las personas y empresas van a enfrentar como mínimo dos o tres trimestres difíciles.
2. Ajustar el presupuesto
La emergencia sanitaria cambió las prioridades de gasto. El país debe garantizar la salud, el acceso a más pruebas de diagnóstico y equipos de atención como respiradores.
La contención de la pandemia es lo esencial y para lograrlo se requiere de aislamiento, lo que reduce la producción e impacta la pobreza. Esto implica recorte de gasto en otras áreas.
“Tenemos que reconocer que nos empobrecimos. Estamos más pobres hoy y vamos a estar más pobres dentro de un mes”, anotó Miguel Ángel Rodríguez.
Esto lleva al segundo punto de atención: la población más vulnerable y la necesidad de garantizar que la población cubrirá su consumo básico.
“Hay que atender el consumo básico del 20% más pobre de la población y el otro 20%, todos esos grupos, en cuanto tengan desempleo debemos asegurarnos de que tengan lo básico”, añadió Rodríguez.
Lo que estaba pensado en gasto para antes de la pandemia puede ya no ser urgente y podría postergarse.
“Tienen que recalcularse las prioridades, deberíamos tener un nuevo presupuesto”, afirmó Jiménez.
Los ingresos también caen y se deben buscar nuevas fuentes.
Esos ajustes deben ser temporales, para dejar el portillo de que sean reversibles cuando pase la tormenta.
3. Dotar de liquidez al sistema financiero
Es necesario dar la posibilidad a la banca de ofrecer liquidez, pero garantizar que las instituciones son solventes, no por ellas mismas sino para cuidar los ahorros de la población.
“Debemos asegurarnos que tenemos un mercado financiero para proveer la liquidez a empresas y personas, ante el shock interno en el corto plazo”, destacó José Luis Arce, de FCS Capital.
Además, si se quiere ayudar a las empresas, debería apoyarse con mayor interés a las que pueden generar más empleo, para hacerlo de forma efectiva.
4. Tocar la puerta a organismos multilaterales
Los inversionistas huyen de economías emergentes, como la costarricense, en busca de bonos menos riesgosos. A Costa Rica le costará cada vez más financiarse y le saldrá más caro.
Por esta razón, los panelistas concuerdan con que el Gobierno debería ya estar tocando la puerta a los organismos multilaterales no solo para adquirir nuevos préstamos, sino para renegociar deudas.
De lo contrario, después de que pase la epidemia “entraríamos en una espiral muy difícil de bajar del peso de la deuda, respecto a al producción”, dijo Miguel Ángel.
5. Medidas para el futuro
Costa Rica y el mundo desconocen cuándo acabará la pandemia, pero cuando eso pase, arrastrarán los efectos de la crisis.
Es por esto que se deben tomar medidas desde ya, que permitan contener algunos golpes que se pueden prever desde ahora a nivel macroeconómico y social.
Uno de ellos es el mayor endeudamiento de hogares y empresas, que saldrán más endeudados tras la crisis. Otro, perseguir el regreso de los estudiantes a las aulas.