El banco de inversiones estadounidense Goldman Sachs vio cómo su beneficio neto se desplomaba un 69% en el cuarto trimestre de 2022, hasta los $1.200 millones, principalmente por la caída de su negocio de asesoramiento y gestión de patrimonios.
La facturación cayó un 16% hasta los $10.600 millones y su beneficio neto se situó en $1.200 millones.
Los ingresos generados por los banqueros que asesoran a empresas en fusiones y adquisiciones, salidas a bolsa o captación de fondos cayeron un 48%, ya que los jefes prefirieron ser cautelosos en tiempos de incertidumbre económica.
El resto de los grandes bancos estadounidenses han sufrido un descenso similar en esta actividad; las comisiones de los banqueros de inversión cayeron un 58% en Citigroup o un 57% en JPMorgan Chase.
Los ingresos por gestión de activos y patrimonio en Goldman Sachs cayeron un 27%.
En cambio, la actividad de los operadores se mantuvo bien en el mercado de divisas, materias primas y obligaciones (+44%), pero cayó un 5% en el mercado de acciones.
El grupo también reservó más dinero durante el periodo, haciendo una provisión de $972 millones, para hacer frente a posibles impagos del dinero que ha prestado, sobre todo en tarjetas de crédito y al mercado inmobiliario.
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