En 2001 el Régimen Obligatorio de Pensiones Complementarias (ROPC) inició la recaudación de aportes para crear un fondo que acompañará al de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM).
La idea bajo la que nació el régimen fue generar un aporte complementario a la pensión, pensado principalmente a futuro, para que cuando el fondo de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) no pudiera aportar el 60% del salario prometido, el ROPC cumpliera con el porcentaje faltante.
En comparación con su hermano mayor –el IVM– el ROPC es un fondo relativamente joven. Es también un régimen en el que muchos ponen el ojo para liberar sus recursos, a través de proyectos de ley y propuestas que erosionan el objetivo con el que el régimen fue creado, según sus defensores.
Lo cierto es que a noviembre del 2019 el ROPC alcanzó la cifra de más de ¢6,7 billones. En contraste, el presupuesto ordinario de la República para el mismo año fue de ¢10,9 billones según datos del Ministerio de Hacienda y el Producto Interno Bruto (PIB) del país se calculó en ¢28,9 billones, de acuerdo con datos del Banco Central (BCCR).
El monto ha crecido un 75,5% desde el 2015 al pasar de ¢3,8 billones a casi ¢7 billones.
¿Quiénes cotizan?
A pesar de su gran crecimiento de más de 10% interanual en los últimos cinco años y de 18,8% entre noviembre de 2018 y noviembre de 2019, el ROPC no contempla aportes de todos los trabajadores del país.
Ningún trabajador que no sea asalariado, es decir que no tenga un patrono, forma parte de este régimen. Este es una de las principales debilidades del fondo de acuerdo con el superintendente de pensiones Álvaro Ramos.
La limitante deja por fuera a todos los trabajadores independientes o cuentapropistas, que representan un 22,59% de la fuerza de trabajo en Costa Rica según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De momento no hay ningún proyecto de ley para incluir a los cuentapropistas en el ROPC.
¿Cómo se divide?
El fondo se conforma de los aportes que equivalen al 4,25% del salario de cada trabajador. De este porcentaje un 1% es aportado por el trabajador y el resto por el patrono. Sin embargo, no aparece así en la boleta de trabajo.
Esto se debe a que antes de pasar al ROPC, parte del monto se divide temporalmente en otras entidades.
Un 1% del aporte se traslada al Banco Popular que tendrá ese dinero en sus arcas por 18 meses para financiarse a corto plazo, después de ese tiempo erl dinero ingresa al ROPC.
Otro 1,5% se va al Fondo de Capitalización Laboral (FCL) durante un año completo, para después trasladarse al fondo de la pensión complementaria. El resto se deposita directo en el régimen.
Todo este dinero es deducido por el Sistema Centralizado de Recaudación (Sicere) y se reparte a las distintas instituciones.
¿Qué son las OPC?
Típicamente un fondo de pensiones tiene que asumir menos riesgos si se compara, por ejemplo, con un fondo de inversión de un banco. Tiene, también, que invertir a plazos más largos.
Mientras que en algunos países existe la figura jurídica del fondo de pensión, en Costa Rica la responsabilidad de administrar el dinero recae en las operadoras de pensiones complementarias (OPC) y en la actualidad son seis.
Las operadoras no son las dueñas de los fondos de pensiones, sino que son solo las administradoras de este capital. Esto quiere decir que el usuario dueño de ese dinero, es decir cada asalariado, tiene la potestad de mover su monto entre una OPC y otra.
En el país las OPC tienen además otra función asociada y es comunicar a los usuarios los estados de cuenta de estos fondos. Existen ciertas pautas que dictan cómo deben invertir este dinero, con el objetivo de generar mejores rendimientos sin arriesgar demasiado.
Rendimientos
El ROPC típicamente se invierte en múltiples instrumentos financieros, con el fin de que el monto gane intereses. El principal es deuda del sector público, al menos un 60% del total invertido se hace en esos instrumentos de acuerdo con Ramos.
Entre un 13% y 15% de los fondos se invierten en el exterior y otra parte en acciones de empresas. Los instrumentos pueden ser variados, pero siempre deben respetar la política de inversión establecida y previamente aprobada por la Superintendencia de Pensiones (Supen).
“Se establecen además límites prudenciales para la gestión de las inversiones de los fondos, con el fin promover una adecuada diversificación de los portafolios. Con esto se busca lograr la mejor relación posible entre riesgo y rendimiento”, explicó Alejandro Solórzano Mena, gerente de la Operadora de Pensiones Complementaria (OPC) Vida Plena.
Aunque en todas las OPC los montos han crecido en los últimos cinco años, el comportamiento del rendimiento que ganan sobre esos montos es contrario si se comparan interanualmente.
En el último quinquenio, la operadora de pensiones de la CCSS es la que mejor rendimiento ha tenido aunque no se aleja del comportamiento de caída.
Sin embargo, el comportamiento del régimen como tal sí se mantiene estable de acuerdo con Ramos. Incluso tienen mejores resultados en comparación con los proyectados.
“El ROPC ha funcionado como se planificó. Si se ve la planeación del ROPC y cómo debía estar hoy, 20 años después de su creación, va perfecto. Incluso va mejor de lo esperado”, explicó Ramos.
¿Cómo se entrega el ROPC?
En promedio, en 30 años una persona aporta al régimen 15 salarios. Esto considerando lapsos de inactividad laboral y otras variables. Ese dinero genera intereses dependiendo del tiempo que pasó en el fondo.
Mientras que en un fondo de inversión normal la persona acumula y al final del fondo se entrega el saldo completo, en Costa Rica para retirar el monto del ROPC, la ley solo da dos opciones: La renta vitalicia y la renta permanente.
En la primera opción, la aseguradora se compromete a pagar una pensión por el resto de la vida, en el momento en que la persona muera el dinero que sobre, en caso de que quede un saldo, será de la OPC. Sin embargo, aunque es una opción que contempla la ley ninguna operadora la ofrece.
En la segunda opción, la aseguradora va depositando mes a mes un monto, a partir de los intereses del fondo. Si queda un monto después de que la persona fallece, este se hereda. El saldo no se puede retirar de forma completa.
Sin embargo, el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) determinó una nueva modalidad que es el retiro programado, con el fin de que las personas pudieran retirar el saldo del ROPC. Funciona igual que la renta vitalicia con la excepción de que al ser individual para cada usuario, el dinero corre el riesgo de no alcanzar o de hacerse muy pequeño si la persona vive muchos años.
Hay una cuarta opción que es el retiro total y la ley no lo contempla. El Conassif creó esta figura para casos excepcionales.