La vida útil que le queda el sistema de bandas cambiarias dependerá, mayoritariamente, de cuánto tiempo duren las políticas expansivas en los mercados internacionales.
Por lo tanto, la transición a la flotación administrada podría tardar más de lo previsto.
Así de claro fue el presidente del Banco Central, Rodrigo Bolaños, en una entrevista con EF.
Durante casi dos horas de entrevista, el tono jovial –a veces jocoso– de Bolaños, solo cambió al referirse a algunas de las presiones recibidas durante el análisis, entre diciembre y enero pasados, de las alternativas para frenar el ingreso de capitales extranjeros.
La eliminación de las bandas cambiarias, punto neurálgico de la polémica, habría quedado postergada, aunque no desechada.
Con la ruta económica trazada en el Programa Macroeconómico 2013-2014, este doctor en economía de la Universidad de Chicago conversó sobre teoría económica y realidad, y cómo el compromiso entre ambas desemboca en la implementación de un tope al crecimiento del crédito.
¿Usted estaba listo para soltar o eliminar las bandas cambiarias a finales del año pasado?
Nosotros examinamos todas las opciones y evidentemente esa fue una opción. En las reuniones que tuvimos con Luis Liberman (vicepresidente de la República), el ministro de Hacienda, la Uccaep, la ABC y Cadexco, les dijimos que estábamos valorando cuál sería la mejor estrategia. Obviamente ahí estaba esa, pero nunca estuvo como que ya había que hacerlo.
¿La eliminación de las bandas era la primera opción?
Diría que no. La estabilidad cambiaria juega un papel en la entrada de capitales en el sentido de ampliar el margen que perciben los inversionistas. Las apuestas que se oían en todos los lugares eran que esto (el tipo de cambio) se queda como está y si pasa algo, se aprecia. Los riesgos cambiarios estaban en cero.
“Ha habido una enorme presión. Alguna que a mí no me ha gustado. Ustedes lo tuvieron que ver (muestra un campo pagado en contra de la eliminación de la banda cambiaria publicado el 1° de febrero en La Nación ). El tema económico es que sí hay una apreciación grande, y un problema importante en varias partes del sector exportador, que produce para competir con importaciones. Haber quitado la banda, habría aumentado esos problemas. Por el momento, dijimos: se queda y vamos por otras acciones”.
Cuando posterga la eliminación de las bandas, ¿quién lo frena: la junta directiva, la Presidencia o el sector productivo?
Lo decidimos en la junta. Nosotros conversamos con enorme cantidad de gente. Tratamos de comprender mejor las consecuencias de las diferentes acciones y, por el momento, decidimos mejor hacer otras cosas. Eso no quiere decir que en algún momento no haya que hacerlo (eliminar las bandas) y en algún momento se va hacer.
En Presidencia el voto era…
El voto era el del Ministro de Hacienda, conversamos con él, como miembro de la junta directiva, y nos decía que había una preferencia por no hacerlo ahora.
“Yo quisiera enfatizar que así es el diseño institucional del Banco Central. Entiendo que bajo la legislación actual, el presidente del Banco no es una persona que puede actuar totalmente independiente de lo que es la coordinación con el resto de la política económica. Hay autonomía del Banco Central, que debe respetar los objetivos que le fija la ley. Siempre he creído que una de las cosas que le falta al Banco para tener más independencia en ese sentido, es que el presidente del Banco no sea nombrado y removido por el presidente de la República y que no esté el Ministro de Hacienda.
“Quiero enfatizar que en la junta directiva discutimos estos temas muy a fondo con equipos técnicos y llegamos a la conclusión de dejar la banda como está. No quisiera que nadie diga que eso fue una imposición de tal o cuál lugar. Fue una decisión de la junta después de ponderar los costos, beneficios y riesgos de distintos cursos de acción”.
El 16 de octubre las bandas cumplen siete años de vigencia. ¿Ya es hora de que el país se despida de este sistema?
El tema es la coyuntura internacional. Cuando el país hace el movimiento de salirse de las minidevaluaciones, estoy casi seguro de que el Central nunca pensó que se venía lo que vino. Hay una situación internacional muy diferente, que probablemente justifica un periodo de transición más largo de lo previsto, y que es la política expansiva en los países desarrollados.
“La gran apreciación que ha tenido el colón en términos reales desde que se pasó al sistema de bandas, es innegable. No sería raro que alguna gente crea que fue por las bandas. Yo no creo que sea así, se ha apreciado por lo que está pasando afuera. Hemos sostenido que es un fenómeno que se supone que es temporal. ¿Cuánto dura la temporalidad de tasas de interés bajas y la política monetaria expansiva en Estados Unidos y en Europa? Según los pronósticos, se lleva unos dos o tres años.
¿La decisión, entonces, no la tomará usted o quien lo sustituya, sino que será Ben Bernanke (presidente de la FED)?
Yo no diría que el 100% de la decisión, pero sí una buena parte de ella a menos que ocurran circunstancias que obliguen irremediablemente a salirse antes.
“Quiero enfatizar que hay un costo. Como se supone que es transitorio, siempre hemos dicho que el tipo de cambio está transitoriamente muy apreciado, que cuando se vuelva a la normalidad el tipo de cambio se volverá a depreciar y a las empresas que hoy no son rentables o que apenas sobreviven van a volver a tener rentabilidad. Pero las que en el camino no sobrevivan, habrá volverlas a hacer. Ahí hay un costo social”.
El programa macro 2013-2014 y las medidas a los bancos claramente establecen que el Banco va a sacrificar crecimiento en aras de mantener la inflación baja. ¿Por qué?
Nosotros hacemos una estimación de lo que puede crecer la economía. Un 4% es una buena tasa. Diseñamos el Programa Macroeconómico, y en particular el comportamiento de los agregados monetarios y crediticios, para que sea consistente con ese crecimiento.
“Estamos haciendo dos y media cosas. El crédito va a crecer en los 12 meses, dentro de los cuales están los nueve meses de aplicación de la medida, en un 12%. El año pasado creció al 14%. El año pasado la economía creció más, este año crecerá menos. En eso vemos una consistencia.
“Como una medida de prevención, el crédito en dólares no puede seguir creciendo a las tasas a las que viene creciendo (19% en 2012), porque crece con dependencia del crédito volátil del exterior. Eso va a significar que las tasas de interés en dólares aquí suban. No queremos que la economía se vea sometida a los problemas que ya han tenido otras cuando se les escapa de las manos el crecimiento del crédito y se cortan las entradas de capitales”.
¿Prevé que suban también las tasas activas en colones?
No. El crédito en colones, en el Programa Macroeconómico, está creciendo más rápido que el año pasado, más o menos al 14%. Alguna gente dice que eso va a revertir la tendencia de las tasas de interés en colones a la baja; nosotros no lo vemos así. Ya hay un exceso de colones producto de las compras de dólares que hicimos en los últimos cinco meses. Alguna parte ya se ha retirado pero todavía hay un exceso no despreciable.
“Queremos matar dos pájaros de un solo tiro, que el crédito en colones crezca, que absorba parte del excedente en colones, y al absorberlo de esa manera no se presione las tasas de interés en colones al alza. Esa es la programación del Banco Central. Si empieza a darse una demanda muy fuerte en colones que presione las tasas, podríamos aflojar la parte de colones pero hay que irlo viendo”.
Hagamos un repaso de los números…
El exceso de liquidez andaba por ¢450.000 millones, hemos retirado unos ¢180.000 millones.
Quedan entonces ¢200.000 millones que los bancos podrían prestar en crédito.
No, seguiríamos utilizando los instrumentos normales para retirarlos, solo que esos son menos efectivos. Como las tasas de interés tienen que estar a la baja, porque si no siguen entrando los capitales, no vamos a ser tan efectivos colocando Bonos de Estabilización Monetaria (BEM) y captando en Central Directo. Pero lo vamos a seguir haciendo, no es que estamos renunciando.
“Lo que tenemos que hacer es ir retirando con colocaciones paulatinamente en los próximos meses y esta medida del tope tiene implícita una limitación al crédito en colones. Lo que queremos es que el crédito en colones no crezca más allá del 14% para que no presione la inflación ni genere problemas de exceso de gasto. Las tasas en algún momento van a dejar de bajar”.
¿Para usted cuál es ese piso de las tasas de interés?
Es muy difícil saberlo. No debemos estar muy lejos, pero todavía debe de quedar algún espacio. Las tasas a los plazos mayores, a los que captan Hacienda y el Banco Central, han bajado casi 400 puntos base.
Dice que darán tiempo prudencial antes de analizar más medidas. ¿Cuánto?
Con solo la presentación del proyecto de ley para desincentivar el ingreso de capitales externos a la Asamblea Legislativa ya se tuvo un efecto. El tipo de cambio se despegó un poquito del piso de la banda y el Banco Central dejó de comprar. Yo no creo que haya sido coincidencia. Es que los inversionistas están a la espera de ver qué es lo que pasa. Y ahí hay inversionistas extranjeros y hay inversionistas costarricenses metidos, con montos importantes.
“Ojalá la Asamblea aprobara el proyecto en febrero o principios de marzo. Si en marzo empieza a meterse en esos enredos legislativos, hay que empezar a preocuparse. La reacción de los inversionistas será, “yo leo lo mismo que usted, eso no lo van a aprobar”.
Cuando se inició el proceso para ir a metas de inflación en el 2006, se dijo que se debía construir todo un andamiaje para llegar a ese punto. ¿Cuán avanzando está ese andamiaje?
Nadie le da a uno un sello de que está o no en metas de inflación. En la literatura, hay definiciones donde el tipo de cambio flexible, aún con intervención, es un elemento que debe ser parte del esquema. Fijarse la meta, eso lo tenemos. En el tema de mejorar las comunicaciones con los mercados, hemos hecho avances. En las mejoras en la transmisión de tasas de política monetaria, también hemos hecho avances.
“En el caso de Costa Rica, lo que en su mayor parte hace falta es la flexibilidad cambiaria. Estamos en semimetas de inflación y el cambio que nos hace falta es ese”.
De aquí a mayo de 2014, ¿se dará ese cambio?
Le digo lo del loro.
( En conferencia de prensa, el 20 de diciembre de 2012, Bolaños dijo con respecto a la eliminación de las bandas, que iba a seguir repitiendo lo mismo, es decir, que es un tema que se anunciará el día en que la medida se tome ).
Parte del andamiaje era que la tasa de política monetaria fuera la tasa de referencia, ahora el Banco ya no va a usar la tasa sino límites de crédito.
Muchos de estos modelos que se aplican a los esquemas de metas de inflación están muy desarrolladas para casos de economías que no tienen dos monedas. Fomentamos, durante los últimos 30 años, abrir la economía y que la gente usara el dólar. Eso no está mal, pero nos mete en ciertas circunstancias en las que subir la tasa de interés no funciona, porque se le inunda de dólares. Por eso estamos usando estas medidas. Habrá gente a la que no le gustará porque en su altar no caben esas cosas. Pues que se vayan con su altar a otro lado porque aquí estamos en la realidad. Yo estudié estas cosas en Chicago y estoy aquí, haciendo esto. ¿Por qué? Porque el mundo cambió.
¿Con qué nivel de inflación le gustaría dejar el cargo?
Cuando deje el cargo depende de cuándo lo deje. Hay alguna gente que anda diciendo eso. Que yo estoy solo, que no tengo apoyo de nadie en el Gobierno, y es todo lo contrario.
“Es importante seguir consolidando el que la inflación, las expectativas y la credibilidad del Central terminen de converger. Si se presentaran las condiciones, a mí me gustaría entregarla en el 4%, pero no se si se van a presentar esas condiciones. Hay demasiado ruido en el ambiente, me conformaría con el 5% que tenemos”.