Costa Rica conservará su calificación de ‘B’ con perspectiva negativa sobre la deuda soberana según la calificadora de riesgo Fitich Ratings. Sin embargo, la débiles finanzas públicas y la falta de consolidación política a nivel nacional ponen en riesgo la capacidad de financiamiento con el Fondo Monetario Internacional.
El resultado, según la calificadora, refleja los riesgos del país en cuanto a la consolidación fiscal, altos déficits fiscales y la estabilización de la deuda. Temas que históricamente se han caracterizado por representar el ‘talón de aquiles’ para el país.
Además, otro factor que pone en riesgo la estabilidad financiera del país es su incapacidad de establecer acuerdos políticos que permitan una restructuración de las finanzas. En específico la discusión en el Congreso para ejecutar el plan que planteó Costa Rica con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Fitch espera que el Gobierno pueda cumplir con las metas del programa del FMI anunciado recientemente y que a la vez el financiamiento multilateral externo esté listo para aliviar las restricciones de endeudamiento. No obstante, estas medidas están supeditadas a la obtención de la aprobación del Congreso y al apoyo político para la consolidación fiscal más allá de la actual administración.
“Costa Rica tiene un historial de fragmentación del Congreso que ha restringido la capacidad de financiamiento externo del gobierno y ha retrasado las medidas fiscales necesarias”, agreó la Calificadora en el comunicado de prensa.
Por otra parte los esfuerzos de implementación de medidas de austeridad fiscal más allá de 2021 (periodo en el finaliza el mandatario Alvarado) dependerá de la próxima administración.
Las elecciones presidenciales programadas para febrero de 2022 están sin un candidato claro, lo que difculta conocer cuál será el rumbo que tomarán las políticas económicas del país en los próximos años.
Fitch advirtió en su comunicado de prensa que el estricto cumplimiento de las metas fiscales del programa del FMI ayudaría a aliviar el estrecho espacio fiscal de Costa Rica y la creciente preocupación por la sostenibilidad de la deuda.
Finanzas públicas
El impacto de la pandemia ocasionó que Costa Rica pasara de tener un déficit fiscal de 6,7% del Producto Interno Bruto (PIB), a un 8,1% del PIB.
La calificadora destacó que es de reconocer que pese a la pérdida de ingresos causada por la pandemia el país hizo esfuerzos para reducir el gasto primario.
Fitch proyecta que el déficit fiscal del gobierno central se reducirá al 7,1% del PIB en 2021 y al 6,2% en 2022 a medida que el gobierno cumpla con la consolidación fiscal delineada por el programa del FMI.
La dependencia del mercado interno para el financiamiento presupuestario a costos de endeudamiento más altos, combinada con un aumento continuo en la carga de la deuda han provocado un fuerte aumento en la factura de intereses de Costa Rica.
Bajo esta premisa espera que el país logre un acuerdo en la Asamblea Legislativa con respecto al programa con el FMI, además que mantenga medidas fiscales adicionales (recorte de gastos, impuestos y medidas de austeridad) y los préstamos adicionales con organismos multilaterales.
“El estancamiento político es el riesgo clave para abordar los desequilibrios fiscales dado el historial de no lograr un consenso. La Asamblea Legislativa rechazó dos líneas de crédito del Banco Interamericano de Desarrollo en 2020, lo que indica su tensa relación con el ejecutivo”, expresó la agencia estadounidense, en un comunicado enviado este martes.
Los pagos de intereses aumentaron hasta el 35,2% de los ingresos del Gobierno Central en 2020. La carga de la deuda del gobierno central aumentó al 67,5% del PIB en 2020.