El indicador de suficiencia patrimonial de la financiera Desyfin, entidad que se encuentra en un proceso de intervención desde el pasado 13 de agosto, pasó de 10,20% a -0,06% al 30 de junio de 2024.
Este indicador de suficiencia patrimonial brinda información sobre la fortaleza del capital de una entidad financiera supervisada y su capacidad para responder por los riesgos generales de la actividad que realizan. Es una especie de termómetro que sirve para medir la solvencia patrimonial de dicha institución.
Cuando el indicador se ubica por debajo del 8% quiere decir que la entidad se califica en irregularidad 3 y, por ende, se justifica la intervención de la misma.
El deterioro en la suficiencia patrimonial de Desyfin se generó porque la financiera contaba con un déficit de estimaciones específicas para la cartera de crédito, al 30 de junio de 2024, por el orden de ¢10.361 millones.
La información se desprende del estudio de supervisión de cartera de crédito realizado por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) en la financiera Desyfin, con corte a enero del año en curso. Parte de los resultados de dicho análisis se dieron a conocer en el acuerdo del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) que ordenó la intervención de Desyfin y que fue publicado en La Gaceta este viernes 16 de agosto.
En el documento se detalla que la muestra seleccionada para el estudio de supervisión estuvo compuesta por 25 deudores, con un saldo total adeudado de ¢26.404 millones al 31 de enero de 2024, que representa un 20,15% del saldo total de la cartera crediticia de la financiera.
La estimación específica reportada por la financiera para la cartera de crédito era de ¢8.403 millones, sin embargo, la cuenta se tuvo que incrementar en ¢10.361 millones debido a, entre otras razones, la reclasificación de 21 de 25 deudores a categorías de mayor riesgo.
“Además, la Superintendencia determinó que la financiera no aportó información sobre 41 operaciones de 17 deudores, por lo que al establecer los días de mora real de esas operaciones, se modificó la categoría de riesgo de esos deudores, considerando el nivel de comportamiento de pago histórico y de capacidad de pago reportado por la entidad”, agrega el informe.
Las estimaciones son provisiones que las instituciones financieras establecen para cubrir posibles pérdidas futuras debido a la falta de pago de los préstamos otorgados. Esas estimaciones se realizan contablemente como un gasto y por eso afectan el estado de resultados de las entidades.
De acuerdo con Bernardo Alfaro, exjerarca de la Sugef, la estimación específica de la cartera de crédito “es un gasto que se registra en una entidad financiera para ajustar el valor de un crédito, de modo que refleje del modo más realista posible lo que la entidad va a recuperar al final de la operación”.
“Si el supervisor le dice (a un banco, por ejemplo) ‘ese crédito (de ¢100, según el ejemplo) ya no es categoría A, ahora eso es categoría C. Entonces hágame una estimación del 15%’ ¿Qué significa eso? Que ahora la entidad tiene que pasar un gasto por incobrables de ¢15, aumenta la estimación en el balance por ese gasto, entonces ahora usted ve en cartera bruta los mismos ¢100, pero como la estimación ahora es de ¢15, el valor de ese crédito bajó a ¢85. ¿Qué significa eso? Que como ya se estimaron esos ¢15, lo que el banco cree que va a recuperar de los ¢100 que prestó, en realidad son ¢85”, ejemplificó, con datos hipotéticos, Alfaro.
En el caso de Desyfin, el déficit de estimaciones específicas para la cartera de crédito generó que las pérdidas del periodo pasaran de ¢3.318 millones a ¢13.679 millones. “Con lo cual dichas pérdidas reducen el patrimonio en un 88,55%, para un saldo contable del patrimonio neto de ¢1.339.635.211,62 a junio de 2024″.
Es motivo para ubicar a una entidad en irregularidad financiera de grado tres, cuando sufra pérdidas que reduzcan su patrimonio en menos de la mitad, siendo esto un motivo de intervención de conformidad con lo dispuesto en el artículo 139 de esa misma Ley.
— Sugef