La inflación general en Costa Rica registró una variación interanual de -0,79% en octubre de 2024. Aunque esto no se traduce necesariamente en una caída en los precios, hay bienes y servicios en el país que sí han disminuido sus costos, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De los 289 bienes y servicios que conforman el Índice de Precios al Consumidor (IPC), indicador estadístico que mide la evolución de los precios en Costa Rica, 123 experimentaron una caída en su precio durante el último año.
Tres de los cinco bienes que más se abarataron se encuentran en la división de alimentos y bebidas no alcohólicas, la cual presentó una variación interanual de -1,35% en octubre pasado.
Según el INEC, el artículo que más disminuyó de precio fue el tomate, con una caída de 54,27% entre noviembre de 2023 y octubre de 2024. De seguido se ubicó el aceite, pues su costó bajó un 31,97%.
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En cuanto a los servicios, los que más redujeron su precio fueron el Internet residencial y los servicios de telecomunicaciones en paquetes. Ambos pertenecen a la división de Información y comunicación, que registró una variación interanual de -2,04% en octubre.
Otro servicio que bajó de precio en el último año fue el transporte en autobús.
De acuerdo con Nelson Castillo, coordinador de la Unidad de Índices de Precios del INEC, las divisiones de alimentos y bebidas no alcohólicas, información y comunicación, y transporte —división que mostró una variación interanual de -5,25% en octubre de 2024— son de las que tienen mayor ponderación dentro del IPC debido al gasto de consumo que representan para los hogares.
Si la inflación es negativa, ¿por qué se percibe que el costo de la vida sigue subiendo?
El hecho de que el país registra niveles de inflación negativos no significa necesariamente que los bienes y servicios que están bajando de precio son los más se consumen en un hogar en particular.
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El INEC ha explicado que el objetivo principal del IPC en Costa Rica es ser el indicador macroeconómico de la inflación, entendida esta como el incremento continuo y generalizado del nivel de precios de los bienes y servicios de una economía en un período determinado. Actualmente, el Índice se conforma de 289 bienes y servicios.
El costo de la vida, por su parte, se refiere al valor de una canasta de bienes y servicios de consumo para obtener un determinado grado de satisfacción en los hogares. Esa canasta, claramente, variará en cada familia.
La composición de la canasta de consumo de cada hogar también puede cambiar con el tiempo, debido a la sustitución de productos por otros más económicos, la eliminación de algunos bienes y servicios, o a la adquisición de ellos en momentos específicos, como los boletos aéreos o los vehículos nuevos.
“El costo de la vida es un término que se percibe más directamente de hogar a hogar dependiendo de sus necesidades de consumo, mientras que el IPC es una medida agregada que no necesariamente representa el sentir de la mayoría de los hogares”, resumió un economista del Colegio de Ciencias Económicas, en abril pasado.
Entonces, dependiendo de los hábitos de consumo de cada familia, una disminución en el precio de un producto que no se adquiere frecuentemente puede ser irrelevante en su percepción del costo de vida, mientras que el aumento de un bien o servicio de consumo habitual sí podría impactarla.