El coronavirus que causa la enfermedad COVID-19 sembró la semilla de la incertidumbre en la economía global y, por su puesto, en la costarricense. A poco más de cuatro meses del surgimiento de la enfermedad en la ciudad de Wuhan, la producción camina al borde del precipicio y aún es incierto si el mundo está a las puertas de una recesión.
Los especialistas consultados por EF aún no se atreven a afirmarlo y, basados en la experiencia china, afirman que Costa Rica y el mundo podrían experimentar de dos a tres meses muy complicados.
Pese a que existe cautela a la hora de hablar sobre el futuro económico, los síntomas que se manifiestan tampoco son alentadores. Los mercados bursátiles viven en una constante montaña rusa, con fuertes caídas y leves repuntes.
Aunado a eso la demanda y la oferta se contraen en todo el mundo.
“En occidente, Europa, Estados Unidos y Latinoamérica apenas estamos empezando a ver los efectos del coronavirus. Se empieza a notar mucho en los sectores expuestos a las medidas sanitarias como turismo, entretenimiento, pequeños comercios y transporte público”, manifestó Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Los efectos indirectos como la demanda, el temor y la autocensura de la gente que se queda en casa (producto de la cuarentena) van a producir efectos de segunda ronda en otras industrias.
También impone un inmenso grado de presión la incertidumbre.
“Esta es una situación inédita y caminamos en territorio inexplorado”, manifestó Rodrigo Chaves, ministro de Hacienda, durante un Facebook Live con el presidente de la República, Carlos Alvarado.
En este momento se están combinando debilidades por el lado de la oferta y de la demanda, y lo que más se parece a esta coyuntura es la crisis del petróleo de los años setenta. En ese momento hubo una recesión, pero eso solo pasó con un solo producto, el petróleo, indicó el titular de Hacienda.
En Costa Rica, aunque también se estima una afectación de dos o tres meses, los empresarios suplican por tener mayor flujo de caja, alivio en cargas sociales y otras medidas extremas como antídoto para mitigar los implacables efectos de la enfermedad Covid-19.
De manera inmediata el sector que sufrió el mayor impacto fue el turístico que tuvo un aluvión de cancelaciones de turistas extranjeros, luego de que el presidente Donald Trump prohibiera el ingreso de visitantes europeos.
Las repercusiones de esta actividad son fundamentales para el país, ya que el turismo es uno de los principales generadores de divisas para la economía. La industria aporta el 6,3% del Producto Interno Bruto (PIB) a la producción nacional, según cifras del BCCR y del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Impacto global del Covid-19: un terreno inexplorado
China experimenta una recuperación, reporta cero casos de nuevos contagios y su producción parece tener un despertar. A esta potencia asiática le llevó cerca de cuatro meses volver a la normalidad y esta es la medida que utilizan los economistas para hacer las proyecciones en el corto plazo.
Con esta leve desaceleración de China, el PIB podría caer por debajo del 5% en el 2020, es decir, 1,1 punto porcentual menos con respecto al crecimiento del 2019 que fue del 6,1%. Pero la producción podría repuntar a 6,4% para el 2021, según la estimación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
A pesar de la buena noticia sobre el descenso de contagio en China, la incertidumbre no cesa en otros rincones del planeta y ahora occidente tendrá que transitar esta vía dolorosa.
“Las proyecciones de los principales bancos de inversión y generales alrededor del mundo se están actualizando y cada semana son menos alentadoras. Las que se dieron a conocer ayer y hoy (miércoles 18 de marzo) hablan de contracción muy fuerte en dos trimestres y una contracción del primer trimestre para Estados Unidos”, aseguró Melvin Garita, gerente general de BN Valores.
La potencia norteamericana podría estar camino hacia una recesión a medida de que se vea golpeada por el nuevo coronavirus, según dijo el presidente Donald Trump el pasado 17 de marzo. Con solo este anuncio el nerviosismo de los mercados bursátiles se pronunció y se dio una caída inmediata del 13% en el índice Dow Jones, el peor descenso en tres décadas.
A pesar de que esa es la consideración del mandatario estadounidense, los especialistas consultados por EF aún no hablan de recesión. Al menos por el momento.
La llegada de la enfermedad Covid-19 produjo una importante disrupción para la economía estadounidense luego de años de un boyante crecimiento económico y niveles históricos en el desempleo. De hecho, en octubre de 2019 la tasa de desempleo experimentó su nivel más bajo en cincuenta años.
Pero ahora la situación podría ser muy diferente. Sin un programa de estímulo gubernamental masivo, la tasa de desempleo en Estados Unidos podría alcanzar el 20%, cifra que duplicaría el máximo del 10% que vivió la potencia durante la recesión económica del 2008, según advirtió Steve Mnuchin, secretario del Tesoro.
El presidente Trump indicó que eso sería en el peor de los escenarios.
Técnicamente se deben dar dos trimestres consecutivos de contracción económica para que se pueda hablar de recesión. Sin embargo, esta no es una regla dura y también podría haber crisis si el impacto es de mucha magnitud o muy profundo durante un solo trimestre, explicó el gerente general de BN Valores.
Enfermedades dejan cara factura
Desde el 2003 diferentes padecimientos produjeron desequilibrios económicos a nivel mundial.
FUENTE: ESTUDIO DE EY "IMPACTO DE LAS ENFERMEDADES EN LA ECONOMÍA GLOBAL". || J. M. INFOGRAFÍA / EL FINANCIERO.
Nerviosismo en mercados bursátiles
En esta coyuntura entra en juego el papel del banco central estadounidense que tomó acciones drásticas para contener el impacto de la enfermedad Covid-19.
“La Reserva Federal ha actuado rápido con la experiencia que tuvo con la crisis anterior. Los espacios de impulso fiscal dirigidos a la actividad económica en Estados Unidos y la Unión Europea, ayudan a reducir los costos para personas vulnerables y generar más impulso económico”, explicó José Luis Arce, director de FCS Capital.
A mediados de marzo la autoridad de Estados Unidos recortó la tasa de referencia en un punto y ubicó el rango entre 0% y el 0,25%, medida que mantendrá durante toda la crisis. Este fue el segundo recorte ejecutado porque a inicios de marzo también redujo la tasa de referencia fuera de su calendario habitual.
La Fed también resucitó el plan que utilizó en la crisis del 2008 sobre la compra de préstamos de corto plazo para estimular la economía. Abrió el mecanismo de “swaps” para asegurar el flujo de dólares a más bancos centrales, como el de Brasil o México.
En este contexto se debe entender que en Estados Unidos existe un enorme pánico en los mercados financieros y eso obligó a la Fed a inyectar importantes cantidades de liquidez. Una caída fuerte en el valor de las acciones podría producir efectos adicionales, comentó Rodrigo Cubero, presidente del BCCR.
Esto se debe a que el consumo de algunos hogares depende de los ingresos por dividendos o por el precio de las acciones que se transan en los mercados bursátiles, lo que podría contraer el consumo en esa nación.
Ahora bien, pese a las medidas del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal estadounidense tomaron medidas, los mercados bursátiles siguen volátiles.
El miércoles 18 de marzo las bolsas de Asia y Europa interpretaron un preocupante preludio que dio como resultado una jornada negra en Wall Street. La bolsa de Tokio cerró perdiendo 1,68%. En Europa, Londres bajó 4,05%, París cedió 5,94%, Fráncfort 5,56%, Madrid 3,38% y Milán 1,27%.
Wall Street cayó más del 7% a media jornada y las autoridades suspendieron los intercambios. Sao Paulo también suspendió actividad al desplomarse un 10%.
¿Recesión en Costa Rica?
La economía costarricense venía experimentando un frágil crecimiento económico tras sufrir un profundo bache producto de varios factores como debilidad en las finanzas públicas y las huelgas del sector público en el 2018 y 2019.
Sin embargo, el buen ritmo de recuperación económica que tenía desde mayo de 2019 se estancó en noviembre, cuando el crecimiento de la producción llegó al 2,5%, según el Índice de Actividad Económica (Imae) del BCCR.
A partir de noviembre el dinamismo se estancó y se mantuvo igual para los meses posteriores: diciembre de 2019 y enero del 2020.
La frágil recuperación económica también se reflejó para otro de los indicadores: el Índice de Confianza al Consumidor; que a febrero de este año sumaba 6 meses de recuperación, luego de un lapso complicado entre noviembre de 2018 y agosto de 2019 cuando llegó a sus puntos más bajos en 17 años.
Sin embargo, el leve repunte de la producción podría dar un giro con la llegada del nuevo coronavirus.
“No sé si vamos a llegar a un crecimiento negativo pero vamos a enfrentar en términos de la economía mundial y de la economía costarricense de dos a tres meses difíciles”, acusó el presidente del BCCR.
Un impacto de corto plazo a la producción, afectación al turismo y del comercio interno, es la previsión que hace el economista José Luis Arce, director de FCS Capital.
No obstante, para el sector productivo y, sobre todo para la industria turística, la situación es grave y se prevé un impacto mayor.
Una recuperación del sector turismo podría tardar cerca de seis meses, según Flora Ayub, directora ejecutiva de la Cámara Costarricense de Hoteles.
Las cancelaciones se han dado en cascada y la estimación de la cámara al miércoles 18 de marzo al mediodía, era que se habían cancelado 70.500 noches de habitación por lo que esperan una ocupación de 0%.
Esta situación les impediría a los empresarios cumplir con sus obligaciones como pago de planillas, préstamos, seguridad social y otros compromisos.
Decir cuánto tiempo le tomará al sector turismo es difícil de predecir, según Pedro Morales, asesor económico de la Cámara de Industrias.
“Van haber efectos sobre los ingresos de las familias y la distribución del consumo. Vemos un fenómeno que nada ayuda, (es el de) gente acaparando bienes de consumo que a lo mejor no llegan a ocupar, están dejando de hacer otras compras o se están endeudando para comprar de más”, agregó Morales.
Pero no solo el sector turismo y los sectores con los que se encadena estarían con afectación, también lo estará industria del espectáculo, el transporte y comercio.
Ante esta situación Pilar Garrido, ministra coordinadora del Consejo Económico indicó que el Gobierno tomará las medidas drásticas necesarias para evitar la destrucción masiva del empleo.
Sobre este aspecto el país enfrenta la tasa de desempleo más alta desde el 2010, en el cuarto trimestre del 2019 el indicador cerró en 12,4%, según la Encuesta Continua de Empleo (ECE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec).