Las expectativas de variaciones del tipo de cambio para el segundo semestre de este año dependerán en gran medida de las posibilidades de lograr el endeudamiento externo por parte del Gobierno Central, el cual vendría en dólares.
Según el último informe de coyuntura económica del Banco Central de Costa Rica (BCCR), publicado en abril, el tipo de cambio promedio tendió a la baja, ubicándose en ¢604,1 en el mes.
Este resultado es inferior al promedio observado en febrero, de ¢611,2.
Sin embargo, el Central aseguró que el precio del dólar aumentó su volatilidad respecto al mes previo, dado que la desviación estándar se ubicó en ¢4,31.
Los movimientos al alza del tipo de cambio iniciaron en noviembre del 2018, cuando el dólar llegó a un nivel máximo de ¢628,9.
Este resultado representó una variación acumulada en el año de 10,29% el año pasado.
En ese momento, el BCCR aseguró que los incrementos se dieron por demandas de dólares del Gobierno Central y también por factores estacionales.
Después de eso, el precio más bajo al que llegó el dólar en el Monex fue el 17 de abril, a un promedio de ¢595,96. No obstante, el pasado 2 de mayo el promedio en ese mercado cerró en ¢594,67
Aunque siempre el futuro del tipo de cambio es incierto, existen varios hechos que podrían traducirse al alza o a la baja, algo que la autoridad monetaria ha advertido desde hace varios meses.
Por un lado, los ingresos en dólares que pueda negociar el Ministerio de Hacienda en conjunto con los eurobonos quitarían presión en el precio del dólar y a su vez, favorecerían una inflación mucho más controlada.
Por el otro, si el Gobierno se viera imposibilitado de aprobar la Ley para emitir eurobonos y sus necesidades de financiamiento se recrudecieran, se vería obligado a salir al mercado a buscar recursos en dólares.
Un escenario similar a ese se vivió durante los últimos meses del año pasado, cuando las necesidades de financiamiento se agudizaron.
El BCCR se limitó a comunicar en el pasado Programa Macroeconómico que con la emisión de eurobonos y la entrada de esos recursos se afianzaría la estabilidad.
En los primeros cuatro meses del año la mayor variación interdiaria del precio de la divisa se dio el 21 de marzo, con un incremento de ¢4,81 respecto al día anterior.
Por otro lado, la variación a la baja interdiaria más grande que se ha dado fue de ¢2,80 el 26 de abril, respecto al día previo.
Si el mercado se siguiera comportando de la misma forma en el segundo semestre y no agudiza la situación fiscal, se esperarían comportamiento similares a los observados durante estos meses. En otras palabras, lo esperable son fluctuaciones, aunque con la incertidumbre de la fuerza que tengan.