El bitcoin, la criptomoneda más popular del mundo, empezó el 2021 sumando un nuevo récord en su cotización para inmediatamente ceder algo del terreno, extendiendo el comportamiento volátil tradicional de la moneda virtual.
Durante la primera semana del año, el valor del bitcoin superó los $40.000 por unidad, el precio más alto de su historia, luego de un diciembre de subida donde llegó hasta los $20.000.
Estos números representan el segundo y mayor pico en su cotización desde que salió al mercado, pues ya en 2017 había tenido un alza espectacular, seguida de un dramático derrumbe. ¿Hay indicios para pensar que en esta nueva escalada es diferente a la burbuja anterior?
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Existen ciertos factores que le han restado un poco de incertidumbre a las monedas virtuales y han abierto la puerta a la llegada de los grandes inversionistas institucionales.
Entre ellos Paul Tudor Jones, billonario estadounidense y gerente de un fondo de inversión, hasta el inversionista Stan Druckenmiller, que han comenzado a asignar fondos a bitcoin o han dicho que están dispuestos a hacerlo.
“La participación de inversionistas había sido pequeña, pero este año el cambio que se ha dado es que la cantidad de inversionistas ha crecido muchísimo y varios inversionistas institucionales se han atrevido a comprar bitcoin”, explicó José Manuel Arias, profesor de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica.
Otra diferencia con respecto al 2018 es que bitcoin cuenta ahora con un mercado de derivados en funcionamiento y firmas financieras establecidas como Fidelity Investments y Nomura Holdings han instaurado servicios de custodia de varias criptomonedas para sus inversionistas institucionales.
Además de una mayor infraestructura y evolución del mercado, bitcoin atrae a estos inversores institucionales en un ambiente de bajas tasas de interés de referencia por parte de los bancos centrales que su intento de estimular una economía golpeada por la pandemia del COVID-19.
Según Arias, desde el año anterior Estados Unidos ha emitido considerables cantidades de dólares, lo que genera dudas en torno a la inflación en ese país y si el dólar mantendrá la solidez que históricamente lo ha caracterizado.
En contraste, existe un tope de 21 millones para la cantidad de bitcoins que pueden ser creadas.
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La Asociación Blockchain Costa Rica, un conglomerado de empresas y personas que participan en este negocio, también explica la trepada en el valor de la moneda virtual por la mayor participación de inversionistas institucionales.
“Hemos visto un gran flujo entrante de inversionistas institucionales. No solo empresas de finanzas, sino también de tecnología que están viendo este cambio de paradigma”, explicó Daniel Rojas, vocal de la Asociación.
Aun así, la volatilidad del precio del bitcoin es una de las principales advertencias que hacen entes bancarios.
Riesgos persisten
En el caso de Costa Rica, el Banco Central ha hecho pocas referencias en torno a las criptomonedas, pero ha insistido en advertir sobre sus potenciales riesgos.
En 2017, la institución emitió un comunicado de prensa en el que manifestaba que cada persona es responsable de los riesgos que asume.
“Toda persona que adquiera este tipo de activos digitales, ya sea como forma de ahorro o con el interés de usarlo como medio de pago, y aquellos que lo acepten con esa función en transacciones comerciales, también lo harán bajo su propia cuenta y riesgo”, señaló la institución en ese momento.
Posteriormente, en 2019 el Banco realizó y publicó un estudio más completo sobre el origen y funcionamiento del bitcoin, en el que reiteró su posición.
El docente de la UCR también externó sus inquietudes sobre lo que considera es una situación “terriblemente especulativa”.
“Tengo la duda de si no estamos frente a una burbuja. Lógicamente en esto habrá ganadores, y ojalá no haya muchos perdedores, pero no puede haber ganadores si alguien no está aportando la ganancia del otro”, dijo Arias.
Desde la Asociación son conscientes de estas advertencias, por lo que trabajan en educar a la gente en el uso de criptomonedas. Además, insisten en la importancia de diferenciar este negocio de otros que usan las criptomonedas como fachada en esquemas piramidales.
Pese a todo el entusiasmo que rodea del bitcoin, la moneda virtual todavía está lejos de ser utilizada para su propósito original de fungir como medio de pago, tanto en el mundo como en Costa Rica.
Los costos del proceso de minería para crear los bitcoins y de usarlas para realizar pagos o transferir dinero chocan con los avances en el uso de teléfonos celulares y tecnología sin contacto en las cajas de los comercios.