Trabajaron en una fábrica, en la industria del carbón y como granjeros. Se llenaron de optimismo ante el prometedor futuro que atraería el auge del carbón con la construcción de fábricas y la creación de empleos en esta tierra de estepas del interior de Mongolia. Cuando decayó ese auge, tuvieron que aceptar cualquier empleo que pudieron encontrar.
Ahora, muchos lo han encontrado en un lugar que genera dinero…pero del tipo digital.
Aquí, en la llamada Zona de Desarrollo Económico Dalad, se encuentra una de las instalaciones de bitcoin más grandes del mundo. Son ocho edificios de fábricas con techo de lámina azul, responsables de casi una vigésima parte de la producción mundial diaria de esta criptomoneda.
Al tipo de cambio actual, su emisión diaria de moneda digital asciende a $318.000.
Desde el exterior, la fábrica, propiedad de una empresa llamada Bitmain China, no parece muy distinta de los demás edificios del parque industrial.
A su alrededor hay plantas químicas y fundidoras de aluminio. Algunos de los edificios de la zona nunca se terminaron de construir. Salvo los esporádicos camiones con cargas de carbón, las calles permanecen vacías.
En el interior, en vez de maquinaria pesada, los empleados trabajan con filas y filas de computadoras, casi 25.000 en total, dedicadas a resolver los problemas matemáticos que crean bitcoin.
Los trabajadores cargan sus laptops mientras recorren los pasillos para detectar cualquier avería y revisar las conexiones de los cables. Llenan tanques de agua para evitar que las computadoras se fundan o incendien. A su alrededor, cientos de miles de ventiladores llenan el edificio con un zumbido de ruido blanco.
Los partidarios de bitcoin creen que es la moneda del futuro. Es totalmente electrónica, por lo que puede cruzar las fronteras en completo anonimato y sin supervisión de una autoridad central. Por eso resulta atractiva para un grupo diverso y heterogéneo, que va desde entusiastas de la tecnología y defensores de las libertades civiles hasta hackers y criminales.
Además, la mayor parte de bitcoin se hace en China. Este país se encarga de más de dos terceras partes de la emisión diaria de bitcoin. El fundador de Bitmain es Jihan Wu, un antiguo analista de inversiones; la mayoría de sus ingresos provienen de la venta de equipo para hacer bitcoins, además de la minería de la moneda.
Dos visiones
Empero, bitcoin genera sentimientos encontrados en China.
Por un lado, al gobierno le preocupa que sus ciudadanos utilicen bitcoin para evadir los estrictos límites impuestos a la cantidad de dinero que pueden enviar al extranjero, además de la posibilidad de que se use para cometer delitos. Los funcionarios chinos se preparan para cerrar las casas de cambio de bitcoin, donde se compra y vende la moneda, aunque no han definido fecha específica. Aunque esa medida no afectaría de manera directa la fabricación de bitcoin, sí encarecería las operaciones de compra y venta de bitcoin en uno de sus mercados principales, lo que podría afectar los precios.
Por otro lado, la moneda digital podría representar una oportunidad para que China incursione en nuevas tecnologías, lo que ha motivado sus incursiones en otras áreas innovadoras, como los vehículos autónomos y la inteligencia artificial. Además de otros incentivos, China todavía ofrece a los fabricantes de bitcoin como Bitmain electricidad barata, lo cual representa una gran ventaja porque fabricar bitcoins consume muchísima energía.
Quizá Dalad Banner se encuentre lejos de los lugares donde operan las nuevas empresas de internet en Pekín y del centro de negocios para dispositivos en el sur de China. Sin embargo, muchos de los trabajadores y residentes de los alrededores ven una oportunidad digital para Dalad Banner y el resto de su región en el interior de Mongolia, un área famosa en China por sus fábricas a medio terminar y poblaciones con tan pocos habitantes que algunas veces se les considera “ciudades fantasma”.
“En la actualidad, la mina tiene unos 50 empleados”, afirmó Wang Wei, el gerente de las instalaciones de Bitmain China en Dalad Banner (“mina” es una de las tantas metáforas utilizadas para designar el trabajo que desempeñan en ese lugar). “Creo que en el futuro podría crear cientos o incluso miles de empleos, como las grandes fábricas”.