En el marco del Congreso Nacional de la Construcción, efectuado el jueves 19 y el viernes 20 de noviembre, se presentaron los resultados de una encuesta realizada por la empresa Deloitte, la cual retrata el impacto económico de más de 160 empresas de la industria en este 2020, y su preocupación e incertidumbre para recibir el 2021.
El sondeo hecho en los meses de octubre y noviembre, muestra que el 45% de las compañías considera que la mayor afectación ha sido la paralización o disminución de proyectos; un 27% afirma que la situación política y económica del país genera inestabilidad e incertidumbre; y un 3% de las organizaciones advierte que los créditos bancarios y los presupuestos han disminuido significativamente.
Para el año entrante, la industria expresa que son necesarias una serie de medidas de estímulo por parte del Gobierno para la recuperación y reactivación de la actividad. Además, señalan que están en busca de señales de confianza por parte de los inversionistas y consumidores.
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El Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) de la construcción, muestra, una vez más, un deterioro en su desempeño pues se contrajo en 13,5% en setiembre. Este decrecimiento responde a la menor edificación con destino privado (12,2%), así como por la caída en las obras con destino público (16,2%), destaca el emisor.
Empresas se reorganizaron para sobrevivir
Desde compañías constructoras, desarrolladoras, de consultoría, entre otras fueron consultadas sobre sus estrategias de trabajo para mitigar el golpe de la crisis sanitaria y económica que golpeó de manera inesperada a todos los sectores del país.
El estudio nacional lanzó que un 76% tuvo que modificar su sistema de negocio para ser más eficiente con menos recursos, mejorar procesos y disminuir costos.
Un 57% recurrió a planes financieros; un 38% buscó nuevos canales de comercialización; y un 37% rediseñó sus productos o servicios. La mayoría concluye que debe mejorar sus organizaciones.
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Además, pese a que la operación principal de las obras es 100% presencial, la mayoría de las empresas aplicó el teletrabajo en oficinas y planteles y un 65% valora mantenerlo para los próximos años en áreas como: presupuesto, finanzas, recursos humanos y mercadeo.
En cuanto a la reducción de jornadas laborales, el 51% de las organizaciones del sector no las ha aplicado, mientras que en otras industrias, este porcentaje es del 37%, así señala el estudio de Deloitte.
“Somos un motor fundamental de la actividad económica del país e importante generador de empleo directo e indirecto, por el elevado poder de arrastre en otras actividades económicas vinculadas. Generamos oportunidades laborales para todos los niveles de ingreso, y especialmente para los trabajadores más vulnerables”, manifestó Esteban Acón, presidente de la Cámara de la Construcción.
Díficil arranque para el 2021
La Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) —como representante del sector formal de la construcción— expresa que han sido insistentes con las autoridades en la necesidad de trabajar por la reactivación de la industria, con reformas para permitir una mayor agilidad y eficiencia de la actividad.
Asimismo, se han hecho propuestas en la necesidad de aplicar reformas sustanciales para la modernización de instituciones como Acueductos y Alcantarillados y La Secretaria Técnica Nacional Ambiental (SETENA).
“Otro punto en el que hemos sido categóricos es en que la obra pública debe continuar. Sabemos que la pandemia afectó aún más la crítica situación de las finanzas públicas, pero es imperativo que el gobierno logre distinguir la gran diferencia que existe entre los términos ‘gasto’ e ‘inversión’. El gasto ineficiente solo contribuye al incremento injustificado del déficit fiscal, mientras que la inversión en obra pública produce reactivación en el sector productivo, y con ello produce los empleos que tanto necesitan los costarricenses” agregó Acón.
La construcción confía en que pronto se puedan retomar las sendas de la recuperación económica, pero afirman que para eso el Gobierno debe dejar de pensar en más impuestos y otras restricciones que impiden el crecimiento de las empresas y del sector en general.