Durante los siete meses en los que se contrajo el valor de los activos del Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP), 129.873 personas se trasladaron de operadora de pensiones (OPC), más que en todo el 2020 y ligeramente menos que en la totalidad del 2021.
Al tratarse de un periodo de malos rendimientos —que de ahora en adelante llamaremos como tormenta— estos afiliados materializaron pérdidas que no habrían tenido si posponían el traslado, como recomendaron en múltiples ocasiones las autoridades en la materia.
En otras palabras: unas 130.000 personas convirtieron pérdidas contables —que solo existen en el papel— en pérdidas reales por decisión propia.
Más traslados
Desde que los rendimientos de las inversiones del ROP empezaron a decaer, el número de personas que decidió cambiarse de operadora de pensiones tomó una tendencia hacia el alza.
Durante el 2020 y 2021 —años de buenos rendimientos— se trasladaron 68.173 y 145.049 afiliados, respectivamente, mientras que en 2022 —un año turbio para los fondos— ese número creció a 211.287.
Estos aumentos se dieron incluso cuando en 2022 la Superintendencia de Pensiones (Supén) aumentó de un mes a seis meses el periodo mínimo que debía permanecer un afiliado en una sola entidad antes de poder trasladarse de operadora. Este cambio se hizo para evitar que la tormenta de malos rendimientos derivara en mayores traslados y, por ende, en mayores pérdidas para los ahorros del ROP.
En 2023 —con datos hasta junio—, 116.706 personas cambiaron de OPC en lo que aparenta ser un año más parecido al 2022 que al 2021, por lo menos en esta materia.
Cuando se compara la variación en el valor de los activos del ROP con la cantidad de personas que solicitaron un traspaso de operadora por mes, se observa cómo al caer los activos se presenta una mayor volatilidad en la cantidad de traslados concretados.
Traslados en medio de tormenta
Caída en los activos coincide con un comportamiento más volátil en los traslados de operadoras de pensiones
FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA CON DATOS DE SUPÉN || INFOGRAFÍA / EF.
Para Rocío Aguilar, superintendenta de Pensiones, el aumento de las transferencias también tiene que ver con los incentivos económicos que hay detrás de ellas.
“Me parece que el incentivo que alimentó este aumento de libre transferencia está en los sistemas de compensación. Sin quitarle opciones al afiliado, donde hay que poner una especial atención es en el mecanismo de compensación de los promotores, porque una buena parte de sus ingresos los van a tener por los clientes que captan. Entonces, en la medida que yo capte más clientes, voy a tener una mayor compensación. Si no le entramos a eso, siempre va a existir un monto importante (de transferencias)”, explicó Aguilar en el Foro de Pensiones organizado por El Financiero el pasado 30 de junio.
“La libre transferencia es un tema que la industria sí tiene que tratar. Nosotros siempre hemos creído que ese es uno de los costos principales que tenemos las OPC, un costo que más bien debería dedicarse a la educación (financiera) y no a la generación de pago de comisiones (...). La libre transferencia forma parte que es casi implícito a este modelo de negocio y está obligando el desvío de recursos que deberían ser utilizados para un fin de capacitación. Yo creo que ninguna operadora se sentiría incómoda si ese tema se trajera a la mesa y se discutieran las opciones para regular esto”, mencionó Alejandro Solórzano, gerente general de la OPC Vida Plena, durante el foro.
Cuando estos incentivos se combinan con un periodo de caída en las inversiones de los fondos del ROP, pareciera gestarse la tormenta perfecta para que más personas decidan trasladarse de operadora y, consecuentemente, perder dinero de su pensión innecesariamente.
El momento equivocado
Cuando el estado de cuenta que le envía su OPC empieza a caer, se puede volver muy tentadora la idea de trasladarse, especialmente cuando la entidad a la que está afiliado tiene los registros más golpeados que el resto. Sin embargo, tomar esta decisión en el momento equivocado podría salirle muy caro.
¿Cuándo es “el momento equivocado”? Uno como el que han vivido los fondos del ROP en el último año: caídas generalizadas en las rentabilidades a corto plazo causadas por fuerzas externas y coyunturales.
A partir del segundo trimestre del 2022, la valoración de los activos del ROP sufrió un duro golpe provocado por las caídas de los mercados nacionales e Internacionales (donde las operadoras invierten el dinero del ROP para generar rendimientos).
Durante este periodo, las seis OPC del país presentaron rentabilidades anuales negativas en el manejo del ROP. Este fenómeno no fue exclusivo de Costa Rica y, más bien, responde a una caída a escala global de los mercados ante el aumento de las tasas de interés y el miedo por una recesión económica.
En mayo de 2022, el fondo total del ROP estaba valorado en alrededor de ¢9,86 billones, pero para setiembre de ese mismo año cayó a ¢9,07 billones, una disminución considerable que se reflejó en los saldos que mes a mes las OPC les reportan a sus afiliados.
Naturalmente, esto asusta a cualquiera. No obstante, esas minusvalías son contables, es decir, responden a que ha caído el precio en el que se valoran mensualmente las inversiones de las OPC, mas no significa que se concretaran pérdidas reales.
La única forma para que esas disminuciones se vuelvan reales es cuando la persona ejerce su derecho de libre transferencia o si se jubila. Sin embargo, en este segundo caso la minusvalía se da en montos pequeños (las cuotas mensuales) mientras que el resto del ahorro se queda invertido con la alta probabilidad de que recupere su valor con el tiempo.
En cambio, cuando una persona solicita la transferencia hacia otra OPC, la entidad de la cual es actualmente afiliado debe liquidar la totalidad de los montos correspondientes a dicha persona para trasladarlos a la nueva operadora, esto se traduce en la materialización absoluta de cualquier pérdida contable que tuviera su ahorro. Es como vender barato el vino antes de que se añeje.
Por eso es que una recomendación de administradores de los fondos y de la reguladora es que las personas piensen y evalúen los rendimientos en el largo plazo, pues usualmente así es concebido un fondo de retiro. Es decir, comparaciones de más de cinco años y no de solo unos meses.
LEA MÁS: Pensionados del ROP recuperarán las pérdidas de su mensualidad conforme mejoren los mercados
En recuperación
Tanto la Supén como las operadoras de pensiones mencionaron en múltiples ocasiones que las minusvalías que se dieron durante gran parte del 2022 e inicios del 2023 se recuperarían con el tiempo. Esto se debe a que el impacto de los elementos que empobrecieron el valor de las inversiones del ROP irían perdiendo fuelle paulatinamente.
“Las pérdidas de valoración ocurrieron por tres fuentes: porque los títulos emitidos en Costa Rica perdieron valor, porque los títulos emitidos en el extranjero perdieron valor y por la apreciación cambiaria. Las dos primeras fuentes ya se recuperaron y superaron las pérdidas”, explicó Édgar Robles, exsuperintendente de Pensiones durante el foro.
Aguilar es un poco más reservada y en lugar de asegurar que la crisis ya quedó atrás, prefiere decir que los fondos ya están en “una senda de recuperación”.
“Pasado este periodo y esperando que efectivamente vayamos en esa senda, pues se tendrá esa oportunidad de recuperarse de nuevo”, dijo Aguilar en el evento.
Lo que sí es cierto es que los activos del ROP ya regresaron al nivel que perdieron durante el período más fuerte de la tormenta. Después de siete meses de contracción interanual —entre setiembre de 2022 y marzo de 2023—, el fondo lleva tres meses continuos de crecimiento anualizado desde abril.
“El consejo que se ha dado siempre es mantener la calma y ver el ROP como un producto de largo plazo. Las personas que mantuvieron la calma recuperaron todas las pérdidas que tuvieron”, dice Robles.
Esta tormenta no fue la primera que vivió el fondo y tampoco será la última. Sin embargo, al ser un ahorro que está pensado para el largo plazo, los afiliados siempre tendrán la posibilidad de recuperar las minusvalías con el tiempo.
El ejemplo clásico es el de la la crisis del 2008, cuando la caída de los mercados internacionales puso en negativo inversiones del ROP, sin embargo, los efectos de este suceso se diluyeron a los pocos años.
¿Es malo trasladarse de operadora?
No necesariamente. Lo perjudicial es trasladarse en periodos de tormenta, los cuales suelen ser dolorosos, pero relativamente breves. Es posible que las personas que sí materializaron pérdidas por transferencias las recuperen con el tiempo, en especial si su nueva operadora tiene mejores resultados a largo plazo, sin embargo, se trató de un riesgo eludible.
Tampoco se recomienda hacer uso del derecho de transferencia cuando la razón que motiva el cambio se fundamenta fenómenos cortoplacistas. Diego Valero, experto en pensiones de origen español, lo explica de la siguiente manera: “Las pensiones son una maratón y en una maratón corremos 42 kilómetros, ¿lo importante es llegar primero al segundo kilómetro o a los 42 kilómetros? Si yo solo tengo información de mi portafolio del último mes, lo único que voy a hacer es equivocarme”.
En esa misma línea, Douglas Montero, analista de mercados internacionales, recomienda revisar únicamente las rentabilidades de largo plazo: “diez años es un buen parámetro, lo más importante es no fijarse en el corto plazo, algún fondo puede tener un rendimiento bueno hace uno o seis meses, pero la inversión es a diez, 15, 30 años”, dice.
Aún así, es importante que entienda que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras, por eso también se deben considerar más variables. Entre ellas, Montero destaca la composición del portafolio de cada operadora: en cuáles mercados invierte y en cuál moneda.
Aquí ya depende del apetito de riesgo que tenga cada afiliado. A nivel general, una inversión en colones y local (probablemente de renta fija) suele ser una más conservadora y la seguridad que ofrece viene con el precio de un techo más bajo a largo plazo. En cambio, una en dólares y en mercados extranjeros, tiene la posibilidad de incorporar inversiones de renta variable, más riesgosas pero con un potencial mayor.
Cada operadora tiene su política de inversión y, según ella, variará la composición del portafolio. Hasta junio, todas las OPC registran rentabilidades históricas reales (descontando la inflación) entre 4,77% y 5,65%.
Todos los afiliados a los regímenes de pensiones complementarias y de capitalización laboral (FCL) podrán ejercer el derecho a transferirse hacia otra entidad libremente y sin costo alguno, siempre y cuando hayan cumplido con una permanencia mínima de seis meses calendario en una misma entidad.