La incertidumbre sigue moldeando el comportamiento reciente del mercado cambiario. Con crecientes presiones, la cotización del dólar respecto del colón se mantiene al alza en estos últimos meses del 2020.
Desde mediados de abril la divisa comenzó a marcar un crecimiento, pero fue a partir de julio cuando este se acentuó y sobrepasó las cotizaciones de los primeros meses del año. Este comportamiento se aceleró aún más en los meses siguientes, lo que impulsó al Banco Central de Costa Rica (BCCR) a elevar sus intervenciones en setiembre y octubre.
En abril, el promedio del tipo de cambio se cotizaba en ¢569,11; para julio, en cuestión de una semana, el dólar subió ¢11 y durante los últimos dos meses se mantuvo el aumento. Del cuarto mes del año hasta la fecha la divisa se apreció, aproximadamente, ¢35.
Algunos de los factores que presionan al alza el precio del dólar son estacionales, es decir, se relacionan con la temporada. Sin embargo, otros fenómenos vinieron con la crisis económica y podrían persistir en los próximos meses.
Por ejemplo, a pesar de la reapertura, el flujo de turistas que tiene Costa Rica actualmente no es comparable con las temporadas antes de la pandemia. La disminución de ingreso de divisas por este concepto ha sido notable.
Por otra parte, la crisis económica y social genera incertidumbre en los mercados y en las personas, lo que provoca que estas se refugien en el dólar como mecanismo de defensa y eso presiona la demanda de la divisa.
En un año tan atípico como el 2020 es normal que los diferentes mercados presenten alteraciones, algunos en menor escala que otros. En el caso del tipo de cambio este es un indicador en constante ajuste y sensible a las cambiantes variables de la economía.
Este jueves 15 de octubre, los intermediarios tienen precios de venta de hasta ¢611 en la ventanilla, de acuerdo con datos de la página del Banco Central de Costa Rica.
Amedeo Gaggion, director de Tesorería de Scotiabank, apuntó que ante la volatilidad del tipo de cambio es normal que el BCCR intervenga para evitar cambios abruptos en la moneda.
Aseguró, también, que el comportamiento de la alta demanda y poca oferta del dólares es posible observarlo en las ventanillas.
Para el 30 de setiembre del 2019 había un excedente en los intermediarios cercano a los $244 millones, y para la misma fecha del 2020 el sobrante fue de $73,3 millones; el 1.º de octubre ese superávit prácticamente había desaparecido debido a la alta demanda, explicó este especialista.
A lo largo del año, el Central ha intervenido en 21 ocasiones de las cuales más de la mitad de ellas fue durante este segundo semestre, y específicamente en los meses de setiembre y lo que va de octubre.
De acuerdo con Hazel Valverde, profesora de economía de la Universidad Lead y gerente de Operaciones, Administración y Finanzas del Grupo Financiero Mercado de Valores, es un comportamiento normal las constantes intervenciones en esta época pues asegura que, tradicionalmente, hay una alta demanda en el mercado durante estos meses.
Datos del Banco Central lo confirman: durante los años 2016, 2017 y 2018 la mayor cantidad de venta de divisas por parte de la autoridad monetaria fueron en el segundo semestre.
Pese a lo anterior, en comparación con el 2018, el BCCR ha tenido, durante este año, una intervención moderada.
¿Cuáles factores presionan la demanda de dólares?
La incertidumbre es el principal protagonista del mercado cambiario, un factor que en el corto plazo no muestra signos de cambio.
Valverde comentó que es normal que las personas inicien un proceso de dolarización de los ahorros, es decir, que busquen refugio en la moneda extranjera como método de solvencia en sus finanzas personales.
Gaggion coincide en que el “nerviosismo” de los inversionistas, debido a la situación sociopolítica del país, tiende a afectar las inversiones, es decir, que aquellas personas que tengan sus patrimonios en colones lo dolarizan para salvaguardarlos.
Por otra parte, comenta que si no hay un “premio” (atractivas tasas de interés en moneda nacional) por invertir en colones, es normal que la balanza se torne hacia los dólares y las inversiones se hagan en esta moneda.
Datos del Banco Central muestran un comportamiento de este tipo en los depósitos de cuentas corrientes en moneda extranjera dentro del sistema financiero.
Por ejemplo, desde marzo (primer caso positivo de la COVID-19 en el país), el saldo de depósitos en moneda extranjera creció 9,5% comparado con el mes anterior. En cuanto a la diferencia interanual, esta fue de 23%.
Gaggión, por su parte, asegura que en los últimos dos meses han observado un fenómeno de colonización de pasivos en dólares, lo que podría incidir, temporalmente, en la demanda de divisas en el mercado.
Se trata de empresas o personas que tenían pasivos en dólares y los pasan a moneda local. Una compañía que estaba endeudada en dólares solicita un préstamo en colones, compra dólares (aumenta la demanda) y con eso cancela su préstamo y se mantiene en la moneda local.
Esta conversión de divisas se traslada al mercado cambiario como presión compradora que genera un aumento en el precio.
“Es de esperar que este comportamiento se mantenga en el tanto existan condiciones favorables de financiamiento en colones. Otro factor importante será el tipo de cambio, dado que un aumento va a generar la preocupación de aquellas personas o empresas que no sean generadoras de dólares y, por ende, sería lógico esperar un aceleración de la conversión", comentó Gaggion.
Después del retiro de la propuesta para el Fondo Monetario Internacional (FMI), los eurobonos cayeron drásticamente pero en el Monex se mantuvo un tipo de cambio relativamente estable. Gaggion explica que en el dólar los efectos son menos inmediatos pero más prolongados.
Asunto de oferta
Por el lado de la oferta, la caída del turismo es uno de los rubros que más afectó el ingreso de dólares.
Tradicionalmente, aunque esta sea una época de menor afluencia de visitantes extranjeros, debido a la limitación de vuelos y a las múltiples restricciones de movilidad, la reduccion en el ingreso de divisas por ese concepto ha sido más drástica.
En Costa Rica, al 30 de setiembre, 1.774 empresas turísticas mantenían suspendidos los contratos a 25.334 trabajadores. Más de 1.321 compañías aún implementaban reducción en las jornadas que impactaban a casi 30.000 colaboradores de la industria.
Además, según datos de la Dirección General de Migración y Extranjería, 19.317 extranjeros ingresaron a Costa Rica entre el 1.° y el 30 de setiembre.
En setiembre de 2019, el Instituto Costarricense de Turismo registró el ingreso de 160.206 visitantes internacionales; si se compara con el dato registrado por Migración para este 2020 se refleja una contracción del 88% en las entradas.
Por el lado de las exportaciones también hubo reducción durante la pandemia, pero a la vez, las importaciones no presentan gran crecimiento, por lo que es posible decir que desde ese ámbito hay una equidad de menor oferta pero, a la vez, menor demanda.
Datos de la Promotora de Comercio Exterior, muestran que pese a los intentos de reactivación, la contracción en las exportaciones persiste. La variación porcentual del acumulado de agosto arroja una caída de 1,5%.
De los siete grupos de productos exportados, tres presentan retrocesos, uno se mantiene sin cambios y los restantes tres muestran un leve aumento en comparación con agosto del año anterior.
Es posible que cuando entren las divisas de los préstamos solicitados por el Gobierno Central a diferentes organismos multilaterales, eso se vea reflejado en el mercado cambiario con una apreciación del colón.
Actualmente el Gobierno tiene dos préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en proceso de aprobación, uno por $250 millones y otro por $245 millones.
Por otra parte, el Banco Centroamericano de Integración Económica, el Banco Mundial y el CAF Banco de Desarrollo de América Latina aprobaron al país, en conjunto, $650 millones.