Las tasas de interés en dólares han subido y esto impacta al alza las cuotas de los préstamos.
Esta es una realidad que hoy enfrentan los deudores que tienen créditos en esta moneda a nivel mundial y Costa Rica no es la excepción. En suelo nacional el 63% del saldo de los préstamos en dólares está ligado a las tasas Libor (de origen inglés) y Prime (de Estados Unidos).
Si estas tasas suben, ¿cómo impactan al consumidor? Suponga que en el 2016 solicitó un crédito de vivienda, de $100.000, a un plazo de 25 años. En ese momento, la tasa era de 7,25%, pero hoy debe pagar 8,20% en intereses por el mismo crédito.
La cuota financiera mensual de ese préstamo subió $62,3 (unos ¢35.760,2 al tipo de cambio de referencia en el que cerró julio) en dos años.
Es posible que ese monto por si sólo limite el ingreso familiar, y ¿qué pasa si el hogar cuenta con más préstamos en dólares? La entrada de dinero se reduce aún más.
Esta es una de las razones, no la única, por las que la solicitud de los créditos en dólares no crece en el sistema financiero nacional. Y también explica parte del menor consumo que experimenta la economía costarricense, porque a menor ingreso disponible, más limitado estará el gasto.
El Banco Central afirmó en la revisión de su Programa Macroeconómico 2018-2019 que las tasas de interés en dólares mostraron una subida en los primeros seis meses del 2018 e impactaron especialmente al financiamiento de vivienda, construcción y consumo.
El BCCR atribuye el menor dinamismo no solo al aumento de tasas, sino también a la internacionalización del riesgo cambiario por parte de los deudores y acreedores, así como al ajuste observado en el mercado luego de algunas medidas tomadas por los reguladores.
El déficit fiscal, la incertidumbre, las expectativas de alza de tasas y el aumento del tipo de cambio visto el año pasado también inciden en el consumidor.
A mayo del 2018, las deudas en dólares acumularon una cifra de ¢8,3 billones, de las cuales ¢3 billones (la mayor parte de vivienda, seguida de vehículos) pertenecen a personas físicas no generadores de divisas, según datos proporcionados a EF por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Esos créditos en dólares, otorgados a quienes ganan en colones, en su mayoría están expuestos al dinamismo de las tasas de referencia internacionales.
Más allá de su composición, estas carteras mostraron un crecimiento casi nulo respecto al año previo. El dinamismo de los créditos en dólares fue de 0,76% a mayo.
Tasas de referencia al alza
Cuando un consumidor recibe un financiamiento en dólares, la entidad financiera le cobrará una tasa de interés y para definirla utilizará un instrumento de referencia.
En suelo nacional, las tasas Libor y Prime son las más utilizadas como base de los préstamos en dólares. El 36,9% y 25,8%, respectivamente, del saldo de los créditos en esta moneda está ligado a estos dos indicadores.
Una mínima porción del sistema financiero acude a tasas creadas por el mercado local, como la Tasa Efectiva en Dólares (TED) -creada por el Banco Central-. Siendo esto así, la exposición al comportamiento de la política monetaria exterior juega un papel fundamental para definir cuánto pagarán de más o de menos los deudores. A esto se le debe sumar el comportamiento del tipo de cambio.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) apuesta a continuar el ciclo de una política de alzas graduales de tasas de interés, que inició a finales del 2015 y que está lejos de terminar.
El miércoles 1 de agosto, Jerome Powell, presidente de la Fed, anunció que mantendría las tasas sin cambios pero confirmó su intención de continuar con la subida este mismo año.
Las tasas de interés de la Reserva Federal pasaron de 0,5% a 2% entre julio del 2016 y el mismo mes del 2018. Automáticamente la tasa Prime pasó de 3,25% a 5%, pues sigue el comportamiento que tenga el indicador de referencia de la FED.
La Libor, por su lado, pasó de 0,75% a 2,33% en el mismo periodo.
¿Qué tanto impactan estas subidas a los préstamos pactados en Costa Rica? Esto depende de muchas variables como el tipo de crédito (consumo, vivienda, vehículo, corporativo, etc), margen (cuántos puntos por encima de la tasa de referencia cobrará el crédito), el plazo y cuándo fue solicitado el financiamiento.
Al hacer un ejercicio simple de cuánto pagaría un deudor, solo de intereses y en un valor colonizado, por un crédito de $20.000, “vemos que hay créditos que pagaban ¢7.000 en julio 16 y hoy deberían de estar pagando ¢22.000”, explicó Douglas Montero, director de Aldesa Fondos de Inversión.
Algunos ejemplos puntuales, como el mencionado al inicio (y que fue facilitado por Scotiabank), permiten demostrar el impacto.
Visualice este otro escenario. Un consumidor solicitó un préstamo en junio del 2016 por un monto de $10.000 (¢5,7 millones), a un plazo de dos años, con una tasa Prime más cinco puntos porcentuales.
Al inicio pagaba $454,56 mensuales (con una tasa de 8,5%). Dos años después, en junio 2018, la mensualidad pasó a $461,45. explicó Dannel Huang, gerente financiero de Banco Cathay.
Si en este caso el deudor no es generador de dólares debe considerar el riesgo cambiario, es decir tomar en cuenta las variaciones que tenga el precio del dólar en el mercado local. Por ejemplo, en junio del 2016, cada dólar costaba ¢556,18, mientras que dos años después la referencia es de ¢570,07, un incremento de 2,5%.
Exposición a tasas de interés internacionales
La mayoría de los créditos en dólares utilizan las tasas Libor y Prime como indicadores de referencia, aunque son todavía más usados en préstamos adquiridos por personas jurídicas.
El 56,5% del saldo de los préstamos otorgados a personas está ligado a alguno de esos indicadores, mientras que en las empresas la cifra sube al 67,3% de la cartera.
En el caso de las personas físicas, la cartera de crédito en dólares alcanzó los ¢3,5 billones a mayo.
De ese monto, la cartera más grande es la de vivienda, pero los préstamos de vehículos son los que más utilizan proporcionalmente esas tasas internacionales para definir los intereses que cobrará la entidad financiera en sus créditos. Vivienda ocupa el segundo lugar, al lado de consumo.
La cartera de las empresas llegó a ¢4,8 billones, de los cuales la mayoría corresponde a las grandes compañías, que a su vez acaparan la mayor porción del saldo ligado a los instrumentos externos.
Estos son los grupos que están más expuestos no solo al tipo de cambio, sino también a la política de alza de tasas de interés que siguen los mercados externos.