El Fondo Monetario Internacional ( FMI ) cuenta con varias líneas de crédito para apoyar en la región, con la pandemia, la organización optó por flexibilizar las normas para evitar llegar a una crisis de las finanzas públicas a nivel mundial.
Ahora bien, cuál es el resultado de los programas de apoyo económico en los mercados emergentes como Costa Rica y qué tan efectivos son para el mejoramiento de las finanzas públicas de un país.
Con el fin de brindarle una respuesta lo más atinada posible este medio de comunicación se acercó a voceros autorizados y bases de datos de la organización que hacen mediciones para evidenciar el impacto que tienen este tipo de herramientas en las economías en vías de desarrollo.
Sin embargo, antes es necesario comprender cómo funcionan las diferentes líneas de crédito del Fondo y cuáles fueron las opciones que se abrieron para los países durante la pandemia de COVID-19.
A diferencia de los bancos de desarrollo, el FMI no financia proyectos específicos.
Los tipos de créditos más tradicionales son el Acuerdo de Derecho de Giro o Stand-By-Arrangement (SBA), este es el instrumento crediticio típico empleado por el FMI, estos acuerdos son de corto y mediano plazo. Costa Rica, por ejemplo ha requerido de este recurso en 15 de las 18 ocasiones que ha recurrido al fondo.
El Acuerdo Stand-By permite al FMI responder con mayor rapidez a las necesidades de financiamiento externo de los países, además de respaldar políticas que ayuden a los países a salir de las crisis y volver a un crecimiento sostenible.
Para el acceso a recursos del Fondo en el marco de un acuerdo de esta modalidad, la organización se guiará por la necesidad de financiamiento del país, su capacidad de pago y su historial en el uso de los recursos del FMI durante interacciones previas.
El segundo instrumento, un poco menos común pero con una antigüedad similar, es el Servicio Ampliado del FMI o Extended Fund Facility (EFF por sus siglas en inglés).
Esta facilidad se utiliza cuando un país se enfrenta a graves problemas de solvencia en su balanza de pagos a mediano plazo debido a deficiencias estructurales que tardarán tiempo en resolverse. En comparación con el acuerdo Stand-By, los EFF se caracterizan por la participación en un programa y períodos de reembolso más largos.
Costa Rica solamente ha solicitado este recurso en dos ocasiones, la primera en junio de 1981 y la segunda vez en marzo del 2021.
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Otros tipos de préstamos que no son tan comunes y tienen normativas un poco más flexibles son la Línea de Crédito Flexible o Flexible Credit Line (FCL), este instrumento fue creado para para prestar dinero a los países que atraviesan una escasez de liquidez, sin embargo, este recurso se habilita a países con marcos de política e historiales económicos muy sólidos.
Para aquellos miembros que requieran de manera urgente liquidez, existe el Instrumento de Financiamiento Rápido o Rapid Financing Instrument (RFI), adicionalmente del Precautionary Credit Line. Estos recursos son limitados y los países podrán tener acceso al instrumento sin necesidad de que exista un programa de pago debidamente establecido.
Durante la crisis además, el Fondo abrió una nueva línea denominada Línea de Liquidez a Corto Plazo o Short-term Liquidity Line (SLL) como parte de su respuesta a la COVID-19.
La SLL busca reducir al mínimo el riesgo de que los shocks desencadenen crisis más profundas y se propaguen a otros países. Este respaldo de liquidez complementa los instrumentos de crédito del FMI y demás componentes de la red mundial de seguridad financiera.
Respuesta en la región
Los países de bajo ingreso pueden obtener préstamos en condiciones concesionarias a través de los servicios disponibles en el marco del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza, que actualmente tienen tasas de interés iguales a cero.
Históricamente, la mayor parte de la asistencia del FMI a economías emergentes y avanzadas en crisis se ha proporcionado mediante Acuerdos de Derecho de Giro (acuerdos Stand-By) con el fin de resolver los problemas de balanza de pagos potenciales o a corto plazo.
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A nivel de región la facilidad de crédito más utilizada durante el 2020 fue el Flexible Credit Line (FCL), como respuesta a la pandemia.
En Latinoamérica cuatro países están haciendo uso de esta fuente de financiamiento. Además de Costa Rica, Ecuador es el único que solicitó un préstamo bajo la modalidad de Extended Fund Facility (EFF).
Para este país suramericano la fecha del acuerdo se realizó en setiembre del 2020 y se extenderá hasta diciembre del 2022.
Ahora bien, cómo reaccionan las diferentes economías ante el apoyo económico de los diferentes tipos de créditos que habilita el FMI.
El objetivo de estas líneas de crédito es brindarle a los países un respiro para que puedan implementar políticas de ajuste de manera ordenada, lo que restablecerá las condiciones necesarias para mantener una economía estable y promover un crecimiento sostenible.
No obstante las condiciones no son iguales para todos los países, dependen de los tipos de instrumentos que faciliten, el récord histórico con el FMI, la estabilidad financiera y capacidad de pago.
Los diversos instrumentos de préstamo del FMI se adaptan tanto a los diferentes tipos de necesidades de balanza de pagos como a las circunstancias específicas de los países miembros
Por ejemplo, en los años noventa, la gran mayoría de los países de bajo ingreso enfrentaban problemas económicos que arrastraban hace años pero se intensificaron —similar a la actual situación con la COVID-19— como solución el FMI acompañó a los países en cada cambio de políticas que les permitió más adelante recuperarse económicamente.
El financiamiento del FMI pretende facilitar un ajuste más gradual y en constante evaluación pues suelen ir acompañados de una serie de medidas correctivas.
Sin embargo, hay criterios encontrados sobre la efectividad para la recuperación económica de los países posterior a la obtención de créditos con el FMI.
Por ejemplo, en el 2002 el Fondo le extendió un crédito a Brasil, país que estaba a punto de incurrir en impago de deuda ante la incertidumbre de la llegada al poder de Luis Inacio o Lula da Silva.
En esa ocasión el organismo le facilitó un préstamo por $30.000 millones, lo que evitó que el default por un proceso de transición en el que Lula primero fue convencido de ajustar sus políticas y después el mercado le brindó un voto de confianza.
Para esa ocasión, el FMI les brindo no solo un recurso económico, sino que les permitió cambiar la perspectiva del mercado hacia el desarrollo de sus políticas públicas, fue pieza clave para facilitar el proceso de transición.
Este es descrito como un caso de éxito del apoyo del multilateral. No obstante existen casos como el apoyo que recibió Argentina en 2001 y que resultó en un default con el que el país llegó a ser el más endeudado de la región.
El Fondo cuenta con una página de análisis sobre sus programas de acuerdo al perfil de cada país. Durante el 2020 y con todas las particularidades que implicó el año, el organismo tiene más de 30 países con líneas de crédito activas.