Las personas adultas se enfrentan a decisiones financieras cada vez más complejas y la educación se convierte en una herramienta clave para ayudarlas a navegar de forma más segura por el gran océano de las finanzas personales.
En Costa Rica, las iniciativas para educar a la población despegaron desde hace ya bastante tiempo, pero ¿están en línea con las mejores prácticas internacionales?
No existe una pomada canaria en este tema, pero ya hay manuales de qué funciona y qué no en los programas de educación financiera. Todo esto a través de la medición de resultados de proyectos exitosos que han puesto en marcha países como India y Brasil.
La apuesta está dirigida al público más joven, mediante clases creadas para cada grupo según el perfil de sus participantes, casos prácticos e inclusive, a través de la utilización de canales digitales.
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La educación financiera busca fomentar el ahorro y la inversión, algo en lo que Costa Rica ha quedado rezagado, si lo comparamos con el resto de la región latinoamericana.
El ahorro nacional bruto, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), sería de 14,4% al término del 2018 y se mantendría estancado en esa cifra al 2023, según las perspectivas económicas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La cifra, además, es baja si se compara con países como Panamá (37,22%), Nicaragua (22,9%), y México, Colombia, Chile (que están a un mismo nivel de 21%). En la otra acera, Costa Rica muestra una mejor cifra que países como El Salvador, Venezuela y Argentina.
Costa Rica tiene una mayor participación en el sistema financiero formal, también respecto a la región, y por tanto una mayor inclusión financiera.
El problema es que existen niveles importantes de endeudamiento, solamente por concepto de tarjetas de crédito, la deuda asciende a más de ¢1,1 billones según el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (Meic).
Aunque hay países con mejores cifras que otros, la realidad es que en la región existe una ignorancia generalizada con respecto a conceptos básicos de las finanzas, tales como inflación, tasa de interés, relación entre ingreso y recompensa y el funcionamiento del mercado de capitales.
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Esto lo evidencia el informe Educación Financiera en América Latina y el Caribe, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El documento muestra que menos de la mitad de la población entiende el término “tasa de interés”, la mayoría tampoco entiende qué es la inflación. Además, aunque las mujeres llevan principalmente el presupuesto familiar, tienen menor conocimiento financiero que los hombres.
También, señala que la mayoría de programas de educación en la región están liderados por los Bancos Centrales, seguido de los ministerios de educación y por último el sector privado.
Recientemente, las iniciativas de entidades posicionadas en suelo costarricense se han afinado para reducir la brecha con quienes superan a Costa Rica y aumentar el conocimiento de la población, especialmente la más joven. Hay propuestas tanto del sector público como privado, y también alianzas entre ambos.
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Es pronto para decir que sabemos cómo hacerlo en un 100%, pero el país ya da pasos en este tema para generar un mayor impacto con sus programas de educación financiera.
¿Cómo se educa a nivel internacional?
Las charlas generales quedaron atrás y es bien conocido que es mejor apostar por enfoques más innovadores que permitan cumplir con la promesa de que un curso le ayudará al consumidor a tomar mejores decisiones de compra y manejo de su presupuesto.
Así lo explica la presentación “Entendiendo la educación financiera: ¿Qué funciona, qué no lo hace y qué es lo que viene?, realizada el año pasado por Bilal Zia, economista senior del Grupo de Investigación del Desarrollo, del Banco Mundial.
De entrada, Zia explica que la mejor apuesta está en los jóvenes. Una población que curse la escuela, colegio o universidad es más fácil de educar y absorbe mejor el contenido que un público de mayor edad.
Otra estrategia comprobada es optar por clases o charlas personalizadas, que consideren la población a la que van dirigidas y ofrezcan contenido que pueda ser puesto en práctica de inmediato, mediante ejemplos. Por ejemplo, la elaboración de un calendario en el que los asistentes se tracen metas en un corto plazo.
Es necesario continuar el programa, dar seguimiento a los participantes después de seis o 12 meses, para conocer si hicieron sus asignaciones.
¿Cómo lo hace Costa Rica? Algunos casos
Costa Rica ya da pasos en esta línea: los jóvenes. Entidades del sector financiero como la Bolsa Nacional de Valores, BAC Credomatic y organizaciones internacionales como Encore Capital Group, cuentan con programas especializados para estos públicos en suelo costarricense.
"Si podemos trabajar para que las futuras generaciones reciban la formación necesaria para hacer un buen manejo de sus finanzas, esto sin duda mejora su calidad de vida y a largo plazo las opciones de desarrollo económico de la sociedad costarricense", afirmó Luis Maestroeni, gerente de Sostenibilidad de BAC.
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Se desarrollan iniciativas como el acceso a material didáctico en un sitio web, clases presenciales para grupos amplios, charlas a grupos más particulares e inclusive las finanzas puestas en marcha en casos prácticos.
A mediados de junio, Encore Capital Group lanzó su programa Money Matters. Esta iniciativa consiste en educar financieramente a estudiantes de colegios y universidades, y ya ha impactado a 500 estudiantes de tres centros educativos.
La entidad, especializada en servicios financieros, busca más grupos educativos -privados o públicos- que quieran aprovechar de la plataforma impartida por sus colaboradores.
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El programa se da por sesiones de hasta tres horas para estudiantes, sobre cómo usar el dinero correctamente, la importancia del ahorro, entre otros.
La Bolsa Nacional de Valores (BNV) cuenta con varios programas de educación financiera, pero tres están dirigidos a jóvenes.
Primero, el Campeonato Bursátil Intercolegial, en donde 950 estudiantes por año (en promedio) simulan operaciones en la Bolsa mediante una plataforma de transacción virtual.
Se trata de una competencia que muestra conceptos básicos del mercado de capitales. El ganador será aquel que genere la máxima rentabilidad de su portafolio con el menor riesgo.
Previo a la competencia, se da una capacitación presencial llevada a cabo por personeros de la Bolsa, la Superintendencia General de Valores (Sugeval) y BAC Credomatic, que se unió recientemente.
Luego está el Campeonato Bursátil Universitario, que se realiza en el segundo semestre de cada año y reúne a unos 1.000 participantes.
Por último, la Bolsa abre sus puertas de sus instalaciones a colegios para giras educativas. Por mes, los visitan uno o dos colegios para recibir una charla sin costo sobre el sistema financiero y el funcionamiento del mercado de valores.
Asimismo, bancos como el Popular y BAC Credomatic se han unido al Ministerio de Educación Pública (MEP) para la elaboración de material didáctico y la realización de clases apegadas a los programas de estudio aprobados por el Consejo Superior de Educación (Conesup) y el MEP.
El curso Finanzas para la Vida está diseñado específicamente para su público, jóvenes que cursan el noveno año en colegios públicos.
Anualmente se capacitan unos 22.000 jóvenes en esta materia y alrededor de 500 profesores son capacitados anualmente para refrescar conocimientos.
La alianza entre el MEP y el BAC cuenta con seis programas, entre ellos: técnico medio en banca y finanzas, para estudiantes de tercer ciclo de educación general básica; finanzas personales y familiares para la vida cotidiana, dirigido a estudiantes de noveno año; campañas estudiantiles en centros educativos que incluyen diversión y vivencias.
El Banco Nacional también se alió al MEP y la Fundación Omar Dengo, pero en otra línea. Se ha llevado el mensaje a más de 120.000 jóvenes y niños, en el 2017 llegaron a 13.000 niños y jóvenes en todo el país.
La entidad imparte conocimientos en los colegios técnicos profesionales, también realiza la “Caravana de la Libertad Financiera” que recorre todo el país llevando este mensaje y por medio del programa de voluntariado corporativo “Juntos Logramos Más” impacta a las comunidades de Costa Rica, incluso en lugares tan alejados como Talamanca e Isla Chira.
Davivienda, por su lado, apuesta por el segmento digital mediante una plataforma regional de educación financiera. El sitio misfinanzasencasa.com cuenta con seis cursos, y una sección infantil para niños entre 6 y 12 años.
En Costa Rica, más de 9.500 usuarios acceden al sitio para educarse.
Scotiabank cuenta con dos programas dirigidos a jóvenes (de cuarto y quinto año de secundaria), primero, talleres “Economías para el éxito” y luego “Innovation Camp”, un campamento intercolegial en el que mediante juegos y dinámicas se aborda temas varios, incluyendo conceptos de salud financiera.
En general, las estrategias se mueven a una educación que va más allá de una charla, para incentivar la cultura financiera en un público con poca cultura de planificación, que ahorro e invierte poco.