La falta de políticas públicas máls robustas y actualizadas para el cuido de niños, adultos mayores y personas discapacitadas son un obstáculo para que las mujeres ingresen de manera permanente a ser parte de la población económicamente activa.
Esta carencia de políticas genera una presión adicional —principalmente sobre las mujeres—, quienes suelen asumir las responsabilidades de cuido y trabajo doméstico, y se ven obligadas a renunciar a sus trabajos fuera del hogar.
Costa Rica ha pasado más de una década sin actualizar las políticas de redes cuido de niños, las cuales tienen una serie de normas que segregan el acceso a programas para madres que trabajan.
Por ejemplo, en el 2019 nacion.com publicó un reportaje donde mostraron el caso de Pamela, una madre que al conseguir trabajo, su hijo se quedó sin acceso a la red de cuido proporcionada por el Estado.
Jaime García, el investigador y director de Proyectos IPS del Centro Latinoamericano para la Competitividad y el Desarrollo Sostenible (Clacds) del Incae Business School, explicó que la principal limitación para el acceso y permanencia de las mujeres a la economía y al mercado laboral continúa siendo el desequilibrio en la distribución del trabajo de cuidado no remunerado y doméstico, no solo por la sobrecarga de trabajo que conlleva para las mujeres, sino también por los prejuicios que tiene aparejados.
Datos de la encuesta nacional de hogares 2020 (ENAHO) muestran que durante la pandemia el indicador «Fuera de la fuerza de trabajo por obligaciones familiares» es el que presenta la mayor incidencia de su grupo, afecta al 27,8% de los hogares. En Indicadores de Pobreza Multidimensional (IPM), aumentó significativamente en 4,2 puntos porcentuales (p.p.). respecto al 2019.
En la mayoría de los casos se refiere a hogares donde hay al menos una mujer que, queriendo trabajar, no puede hacerlo porque debe dedicarse a ciertas obligaciones familiares como el cuido de personas.
Adicionalmente Costa Rica es el único país de ingreso medio-alto en la región que aún no cuenta con una licencia de paternidad por Ley. En marzo del 2019, se firmó el decreto ejecutivo Nº41584-MTSS-MCD-MCND para una licencia de paternidad, pero aún no están claros los lineamientos para la aplicación de esta normativa.
El segundo indicador con mayor afectación en los hogares pobres para el 2020 fue el de las personas con discapacidad sin transferencias, el cual afecta al 16,7% de los hogares, aumentó 2,0 puntos porcentuales más respecto al 2019.
En el caso de cuido de adultos mayores el problema se intensifica, pues en el país aparte del régimen no contributivo (RNC), que es un sistema que brinda un apoyo económico a quienes no tienen acceso a pensión, no hay políticas públicas que abran espacio de apoyo a adultos mayores, entonces una vez más la carga de cuidadores recae sobre las mujeres.
Es decir, políticas de cuido no incluye solamente a la población de menores de edad, sino que debería absorber también a personas con discapacidad y adultos mayores.
El RNC solo se le otorga a personas que demuestren estar en condición de pobreza. No obstante, en el país solo el 14% de los adultos mayores de 60 años están incluídos en este régimen.
Según García al hacer un diagnóstico de las tasas de fecundidad del país, las necesidades de cuido irán cambiando conforme envejezca la población, por lo que se deben pensar respuestas institucionales para generar o adaptar las redes de cuido ya no sólo a la infancia, sino también para incluir a los mayores, pues el trabajo del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) es todavía muy limitado y carece de los diseños y mecanismos que se han propuesto para el cuido infantil.
Vínculo con pobreza
El economista y académico del Incae, Alberto Trejos, explicó que la falta de políticas públicas para fortalecer la economía del cuidado abre un círculo vicioso que no permite un desarrollo económico sostenible para el país.
De manera que los índices de pobreza y productividad disminuyen, por ende el crecimiento económico del país es menor.
La carga desproporcionada de trabajo de cuidados no remunerados que soportan las mujeres limita enormemente sus oportunidades, de forma que ellas dedican hasta casi tres veces más de su tiempo a esta labor que los hombres.
“En el caso específicamente del cuido, la distribución es de 23 horas para las mujeres frente a 13,5 para los hombres. De hecho, Costa Rica es el país de la región en el que las mujeres dedican más horas al trabajo no remunerado, solo superado por México”, agregó García.
Trejos resaltó que el vínculo estructural entre pobreza y cuidados porque, desde su experiencia generalmente las personas productivas tienden a emparejarse con otra persona económicamente activa, pero si eventualmente deben cumplir con las labores de cuido una de los dos trabajadores deberán salir de la fuerza laboral, sus ingresos se recortan, dependen más del Estado, hay menores oportunidades y la producción del país pierde un recurso importante.
“Incluso en los casos de mujeres con estudios e ingresos altos y medios, con posibilidad de pagar por el servicio de cuido, la carga o gestión mental de ese trabajo continúa recayendo casi de manera unilateral sobre ellas”, explicó García.
Iniciativas del sector privado
En la emisión de políticas públicas aún hay muchas oportunidades de mejora y en el caso del sector privado aún más, pues son pocas las empresas que optan por impulsar medidas de igualdad en el sector privado.
La Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED) y la Fundación Dehvi desalloraron un proyecto colaborativo con el objetivo de hacer efectiva la corresponsabilidad social del cuido y el desarrollo en la primera infancia con la participación activa de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil.
La iniciativa busca crear una visión de Responsabilidad Social Empresarial hacia la primera infancia beneficiando su comunidad inmediata, sus colaboradores; por medio de un sistema de provisión del servicio de cuido eficiente y de calidad.
En el sector privado algunas iniciativas reconocidas por Instituto Nacional de la Mujer (INAMU) como buenas prácticas laborales son:
- Buenas prácticas en corresponsabilidad social de los cuidados, al implementar una licencia de paternidad para sus colaboradores y extender en tiempo pagado la licencia de maternidad: Amazon y APM Terminals.
- Buenas prácticas en corresponsabilidad social de los cuidados al brindar espacios para la conciliación de la vida laboral, familiar y personal de sus colaboradores y colaboradoras: Cala Lodge.
- HP, por su buena práctica en corresponsabilidad social de los cuidados al ampliar el tiempo de lactancia de forma escalonada, y en gestión del personal sin discriminación por razones de género al llevar a cabo procesos de sensibilización en igualdad de género al personal, y en particular, por el fortalecimiento del empoderamiento femenino.
- Ecole Viajes S.A., por su buena práctica en corresponsabilidad social de los cuidados al contar con flexibilidad de horarios, permiso de maternidad y paternidad, teletrabajo y permisos especiales para conciliación del trabajo con la vida familiar.
- DXC Technology, por su buena práctica en corresponsabilidad social de los cuidados al elaborar la política de igualdad de género, contar con licencia de lactancia extendida y licencia de paternidad para conciliación del trabajo con la vida familiar.
- BLP Abogados S.A., por su buena práctica en corresponsabilidad social de los cuidados al contar con jornadas laborales flexibles, teletrabajo, licencia de paternidad y actividades de involucramiento al sector masculino en el cuido de los hijos.