La variación del producto interno bruto (PIB) de Costa Rica crecería en un 3,9% para el año 2022, según estimaciones presentadas este viernes 28 de enero por Banco Central, en la presentación del primer Informe de Política Monetaria del año.
El dato se ubicó 0,6 puntos porcentuales por debajo de lo proyectado en octubre del 2021. El crecimiento previsto para el bienio 2022-2023 se asentaría sobre el repunte del consumo de los hogares y la inversión privada y sobre el continuo impulso de las exportaciones; asimismo, incluyen los desembolsos pactados con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Asimismo, para el 2021, el PIB podría registrar una variación interanual de 7,6% luego del proceso de recuperación económica que emprendió tras las afectaciones por la COVID-19 (2,2 puntos porcentuales más que lo estimado en octubre). El dato, además, contrasta con la disminución del PIB en un -5,0% en el 2020.
Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central, explicó que el aumento en la demanda interna privada (consumo de los hogares e inversión privada) y el dinamismo de las exportaciones han empujado a una recuperación económica más acelerada de lo esperado.
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Asimismo, el jerarca comentó que los datos sugieren que la recuperación de la producción se ha basado tanto en un aumento en el empleo como en un incremento de la productividad.
Riesgos a la economía
Las proyecciones presentadas por el Banco Central están sujetas a riesgos derivados de factores externos e internos, advirtió Cubero.
Los principales riesgos externos se relacionan con la evolución mundial de la pandemia, las presiones inflacionarias y las decisiones de política que tomen las principales economías.
Por su parte, el principal riesgo interno es la incertidumbre por el proceso electoral y la continuidad del convenio con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que podría impactar en la confianza de los inversionistas.
“Si la aprobación de las medidas fiscales que forman parte del acuerdo con el FMI tiene retrasos adicionales significativos, el apoyo financiero de ese organismo podría suspenderse y eso podría condicionar el apoyo presupuestario por parte de otros organismos financieros multilaterales. Además, esa situación generaría presiones adicionales sobre las tasas de interés, el tipo de cambio, y por dicho canal, sobre la inflación”, advirtió el Central.
En este contexto, el Banco Central continuará vigilante sobre la evolución de la inflación proyectada y de sus determinantes macroeconómicos, y aplicará los ajustes necesarios en su Tasa de Política Monetaria (TPM) para mantener la inflación proyectada dentro del margen de tolerancia alrededor de la meta.
En el año 2022 se prevé llevar la TPM de manera ordenada a una posición neutral. Además, el Banco Central gestionará la liquidez del sistema financiero de forma tal que la liquidez agregada sea coherente con la postura de la política monetaria.