Douglas Soto, gerente general del Banco de Costa Rica (BCR), sabe que el 2022 no va a ser un año particularmente fácil. El país apenas viene saliendo de las restricciones de la pandemia y ya la nube del conflicto entre Rusia y Ucrania empezó a arrojar sus primeros aguaceros sobre la economía costarricense.
El Financiero conversó con Soto sobre lo que le espera al BCR durante el resto de este 2022: objetivos por cumplir, digitalización de los servicios, retos de la seguridad en línea, cómo controlar una mora creciente y los desafíos de incentivar la economía con el conflicto europeo en el telón de fondo.
A continuación un extracto de la entrevista:
¿Cuáles son los objetivos más importantes que quiere cumplir el BCR para este 2022?
El Banco de Costa Rica tiene un plan estratégico programado por tres años que descansa en dos pilares: el primero es apoyar el desarrollo sostenible del país. Queremos construir democratizando los servicios bancarios, llegando cerca del cliente, no importa dónde esté ubicado y, además de eso, la prioridad es que los clientes desde su casa u oficina puedan demandar cualquier servicio y el banco, en el menor tiempo posible, darle una solución.
El segundo pilar es fortalecer la solidez financiera del conglomerado, tener suficientes utilidades para hacer las inversiones que el banco requiere. Ya no decimos que (el BCR) es un banco financiero, es una empresa tecnológica dando servicios financieros porque a eso estamos apuntando en este momento. Todo lo que implica transformación digital es uno de los ejes fundamentales para que el banco se mantenga en el tiempo y poder generar una mejor experiencia al cliente.
También estamos trabajando en lo que es seguridad: fortalecer nuestras plataformas, un monitoreo 24/7 para seguridad de nuestros clientes porque lo que vende el banco es confianza y, en ese sentido, invertimos anualmente para tener las últimas tecnologías en seguridad para que el cliente pueda trabajar tranquilamente.
El primero de abril, Carlos Melegatti, director de la división de sistema de pagos del Banco Central de Costa Rica (BCCR), mencionó en entrevista con EF que a los bancos costarricenses les falta mucho camino para aplicar sistemas más robustos de seguridad en línea. Él menciona que deberían promoverse más métodos de doble autenticación como la firma digital, ¿el BCR tiene planes de expandir este tipo de sistema de doble seguridad en línea dentro de sus usuarios para este 2022?
El banco tiene doble barrera de seguridad, en el caso de los teléfonos está la biometría (la huella) y la clave dinámica. Incluso se puede visitar la web de nosotros y ver que, cuando se entra al sistema, hay una segunda clave. El banco tiene todo un sistema de seguridad de última tecnología que le obliga al cliente a estar periódicamente renovando las claves con el propósito de fortalecer esa seguridad.
Nosotros no solo estamos asesorados por nuestros colaboradores, sino por empresas internacionales expertas que nos están monitoreando y nos están dando las mejores prácticas. El banco invierte en tecnología unos $20 millones por año en todo lo que es fortalecimiento de las plataformas, la gestión de obsolescencia, seguridad, y transformación digital.
LEA MÁS: Doble autentificación robustece seguridad en las transferencias por Sinpe Móvil
Recientemente el Banco Nacional adoptó un sistema de doble autenticación para las transferencias de Sinpe móvil, ¿planea el BCR aplicar un método similar para sus usuarios que utilizan este método de transferencias?
De momento no puedo emitir una opinión, pero sí lo estamos valorando.
El conflicto entre Rusia y Ucrania ha demostrado que podría tener consecuencias económicas a gran escala. ¿De qué manera se siente el BCR mejor preparado para afrontar otra posible emergencia de escala mundial tras la experiencia que les dejó la pandemia?
Cuando comenzó la pandemia identificamos cuáles eran los sectores más afectados: turismo, transporte, comercio, arrendamiento y ahí le dimos soluciones hechas a la medida. En 2020 dimos alrededor de un billón de colones en arreglos, al sector turismo le dimos dos años de periodo de gracia, al sector transporte inicialmente le dimos un año y medio, luego lo extendimos seis meses más, igualmente a los otros sectores. En el 2022, cuando ya Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) eliminó los incentivos, hemos ido tratando de dar más plazos, hicimos muchísimas colonizaciones de operaciones, tanto en nuestros clientes como en clientes de otros bancos para darles una solución.
¿Qué es lo que sucede? Que se vinieron las elecciones, se vio una incertidumbre de quién iba a ganar y eso hace que los inversionistas posterguen sus decisiones para generar mayor riqueza. Con el asunto de la guerra se ha complicado muchísimo: las commodities han subido muchísimo de precio, el transporte marítimo no ha salido de la situación de la pandemia, y el tema también es que Rusia y Ucrania son los mayores exportadores de trigo y además exportan también commodities como hierro, petróleo, gas, y esto ha hecho que se haya encarecido mucho la zona Euro y eso nos repercute mucho a nosotros.
Tenemos un tipo de cambio volátil, una situación de alzas de tasas de interés y la materia prima que nosotros importamos hace que la situación económica sea bastante difícil. Por eso la demanda de crédito este primer trimestre ha sido muy ralentizada. Sin embargo, nuestra mayor fortaleza es ofrecerle a nuestros clientes productos en colones con tasas muy competitivas y de largo plazo para que puedan atender tanto requerimientos de capital de trabajo como de nuevos proyectos.
A febrero de 2022, el 3,24% de la cartera de crédito del BCR tenía una una morosidad mayor a 90 días o estaba en cobro judicial, este es un número que ha ido al alza el último año, de hecho ha crecido en 0,87 puntos porcentuales con respecto a febrero de 2021. Con el fin de las prórrogas y los arreglos de pago ilimitados que ordenó el Conassif para este 2022, ¿esperan que este indicador de la mora incremente conforme se esclarezca la capacidad de pago de los deudores o tienen confianza en que comience a bajar?
Yo pensé que este año iba a ser mejor, pero con el asunto de la guerra sí se ha complicado muchísimo y sí esperamos un deterioro en la mora en vista de que, como te decía, hay una volatilidad fuertísima en el tipo de cambio y esto va a deprimir la situación económica del país. A finales del 2021 las perspectivas del Banco Central para el crecimiento económico de este año iban a ser mayores, ahora más bien ya las restringieron. Estamos trabajando fuertemente para ver cómo ayudamos a nuestros clientes a salir adelante. Pero sí, usted lo lee perfecto: hay un deterioro este año de ese indicador de mora.
En noviembre de 2021, la superintendente de entidades financieras, Rocío Aguilar, mencionó que estos indicadores de morosidad podrían llegar hasta un 5%, ya con este primer trimestre transcurrido, ¿ese porcentaje está dentro de las posibilidades?
No, todavía no. Nosotros cerramos el 2021 con un indicador de mora del 2,84% y hoy andamos alrededor de 3,40%. Principalmente estamos tratando de darles arreglos de pago a los clientes más afectados para que puedan solventar la situación mientras sucede esto y ojalá la guerra no se prolongue más.
LEA MÁS: Mora crediticia aumentará cuando se reviertan las condiciones de arreglos de pago y prórrogas
Ya mencionó el tema de los arreglos de pago, ¿cuáles otras herramientas van a usar para que no suba este porcentaje de mora?
Colonizar, plazos mayores, tasas competitivas, periodos de gracia, esas son las principales herramientas con las que contamos dentro de la normativa establecida en este momento.
Actualmente el gran grueso de la cartera crediticia del BCR son los créditos de construcción, compra y reparación de inmuebles (alrededor de un 40%), ¿hay algún plan de modernización o reestructuración de la cartera crediticia que tengan en mente para un futuro cercano?
Uno de los motores de la economía es la construcción de viviendas y ahí hemos puesto dos productos importantes: uno es de vivienda accesible y otro es de vivienda total, en ese sentido nosotros hemos trabajado con empresarios para seguir generando esa construcción que genera mucha mano de obra y además satisface las solicitudes (de los clientes), porque algo que sí hemos observado es que durante la pandemia la gente ha venido ahorrando dinero, ha evitado el gasto en consumo y, como estamos en teletrabajo, ha dado mejoras a la vivienda o ha comprado una casa nueva porque se ha vuelto parte de su oficina.
Nosotros hemos dado condiciones bastante competitivas para que la persona pueda tener financiamiento para adquirir la vivienda y en eso también tenemos un producto en el que la persona puede dar el bono del Banhvi como parte de la prima y nosotros dar todo el financiamiento. Entonces sí hemos trabajado fuertemente en ese tipo de productos para estimular la demanda de crédito por vivienda y estimular la economía. También algo importante es que en nuestra cartera el 70% está en colones y el 30% en dólares, entonces ahí mitigamos muchísimo esa volatilidad del tipo de cambio.
Ya al inicio de la entrevista me mencionó los objetivos para este año. Entre ellos, ¿cuál cree que es el reto más grande que tiene el banco este 2022?
Transformar el banco para lograr dar mejores servicios de manera digital y con el menor costo posible. Tratar de dar un servicio oportuno y un servicio eficiente porque la cultura que generó la pandemia es: lo quiero todo rápido y en mi casa u oficina, ya no necesito trasladarme. Por eso te dije que ya no nos vemos como un banco financiero, sino como una empresa tecnológica dando servicios financieros. Y ese cambio de cultura y de servicios es importantísimo para subsistir en el tiempo.
¿La dificultad de este cambio está en el aspecto tecnológico o en el cultural?
En ambos: yo diría que 50 y 50. El cambio cultural dentro de la población del banco es significativo. Ya no es hacer lo que siempre he venido haciendo, sino pensar cómo lo hago diferente para mejorarlo. Eso es un cambio de chip fundamental y tenemos más de dos años de estar trabajando con nuestra población laboral para lograrlo. Podés darle la tecnología, pero si la persona no la sabe usar no ayudaste en nada. Entonces muchas veces no es tecnología, es ponerse a pensar en cómo hago los procesos diferentes, más cortos, más rápidos, que mantengan la calidad y que puedan mejorar el servicio al cliente.