Desyfin es inviable financieramente. Así lo comunicó el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) por recomendación del equipo interventor la noche de este 9 de octubre.
Según explicaron los supervisores, no es posible capitalizar la entidad, así que se implementará un proceso de resolución con el fin de salvaguardar un porcentaje del dinero de los depositantes.
La interventoría, encabezada por Marianne Kött, encontró que los pasivos de la financiera consumen por completo el patrimonio de la entidad, al punto de generar pérdidas por ¢21.968 millones. En consecuencia, su índice de suficiencia patrimonial cayó a un -10,68%.
En el proceso de resolución, como sucedió con Coopeservidores, se dividirán los activos y pasivos de la financiera en dos canastas: el “banco bueno” y el “banco malo”. En el primero estarán activos que buscarán ser transferidos a una entidad solvente con el objetivo de que esta entidad adquiera los pasivos (ahí van los depósitos del público).
En el “banco malo” estará una serie de activos que no serán trasladados al banco bueno. Estos se tratarán de vender por medio de un fideicomiso para que ese dinero sirva para incrementar el porcentaje de dinero que le será devuelto a los depositantes.
Todos los depositantes que tengan menos de ¢6 millones recibirán el 100% de su dinero, independientemente del resultado del proceso de resolución.
La financiera se encontraba intervenida desde el 13 de agosto pasado. Esta es la segunda entidad que se interviene en este 2024 y que después es encontrada inviable; la primera fue Coopeservidores.
Desyfin originalmente había sido intervenida por la combinación de varios banderas rojas: entre ellas la subvaluación de alrededor de un 20% de su cartera crediticia, una débil gestión de riesgos, acompañada de actuaciones contrarias a las disposiciones regulatorias vigentes, registros incorrectos de gastos e ingresos de la entidad y una Junta Directiva, Alta Gerencia y Auditoría Interna que incumplieron sus funciones y responsabilidades para advertir y mitigar de forma oportuna los riesgos, según había explicado el Conassif el pasado 13 de agosto.
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Desyfin es la entidad financiera no bancaria supervisada más grande de Costa Rica por activos totales. La data disponible en el sitio web de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) indica que los activos de la institución cerraron el pasado mes de agosto en ¢166.868 millones.
Rocío Aguilar, jerarca de la Sugef, mencionó que no encontraron muestras de contagio hacia el resto del sistema financiero que impacten los niveles de liquidez. “La liquidez sigue muy por encima de los niveles regulatorios”, dijo Aguilar.
Además contaba con unos 4.200 depositantes y seis bonos activos en la Bolsa Nacional de Valores.
Aguilar también confirmó que cuando inició la intervención se presentó ante el Ministerio Público una denuncia por aparentes actividades irregulares perpetradas por la financiera. “Se encontraron elementos que implican responsabilidad penal”, agregó Kött.