La ley de la oferta y demanda sigue pasando la factura en las economías mundiales, desde las emergentes hasta las más desarrolladas.
Los desajustes entre la oferta y demanda de materias primas y bienes duraderos impactan directamente la inflación, pero mientras las diferentes variantes de la COVID-19 sigan amenazando las economías, el efecto se mantendrá y cada vez será más evidente para los consumidores.
Julia Birsch, representante de la región para el FMI explicó a EF que las presiones inflacionarias han aumentado en la mayoría de las economías y aunque se espera que las interrupciones de la oferta mundial disminuyan gradualmente en 2022, a medida que la pandemia retrocede, los precios de la energía y los alimentos dependen también de otros factores y pueden seguir generando impacto.
De acuerdo con Birsch la magnitud de las presiones inflacionarias subyacentes varía significativamente entre los países y las respuestas de la política monetaria deben seguir calibrándose en función de las circunstancias específicas de cada país.
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Los argumentos de Birsch se basan en una serie de análisis de datos obtenidos a través de modelos econométricos propios del Fondo Monetario Internacional.
En un principio la mayoría de analistas económicos aseguraron que las elevadas cifras de inflación eran un efecto transitorio, pero conforme transcurre el tiempo y la COVID-19 sigue amenazando las actividades económicas se empieza a establecer como definitivo el nuevo precio.
Un informe del Banco Mundial advirtió que a octubre del 2021 el precio de la energía se mantenía al alza mientras que los precios de los productos básicos no energéticos se estabilizan en niveles altos, es decir, el efecto “transitorio” lo adoptaron como el nuevo costo base.
“Los precios de la energía han aumentado en los últimos tres meses, especialmente los del gas natural y el carbón, mientras que la mayoría de los precios de los productos básicos no energéticos se han estancado tras los pronunciados incrementos registrados a principios del año”, explicaron John Baffes y Peter Nagle, economistas del Banco Mundial.
Otro factor que juega un papel importante en la fijación de precios es la incertidumbre, que una vez más está determinada por la COVID-19.
“La incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia y sus consecuencias económicas sigue siendo muy grande. Una variante del virus que reduzca significativamente la eficacia de las vacunas podría provocar otras interrupciones en las cadenas de suministro y contracciones en la oferta de mano de obra que harían aumentar las presiones inflacionarias, mientras que una menor demanda podría tener efectos opuestos”, expresó Birsch.
De acuerdo con Birsch es demasiado pronto para evaluar el efecto de ómicron, ha provocado recientemente una fuerte caída de los precios del petróleo y una rápida adopción por parte de los países de restricciones a los viajes, lo cual es una señal de la incertidumbre imperante, que a su vez genera volatilidad.
Costa Rica
En Costa Rica, la inflación está contenida mayoritariamente en los productores, lo que implica que el consumidor final no está observando el efecto en su presupuesto o por lo menos no en una mayor medida.
Los datos proporcionados por el Banco Central en el informe de política monetaria presentado en noviembre muestran que hay varios factores que están presionando al alza la inflación global y estos se trasladan a la economía nacional.
El FMI concuerda con el plateamiento del Central, inclusive advirtió que es probable que estos factores sigan creando presiones sobre los precios a corto plazo, aunque deberían disminuir gradualmente durante 2022.
“En un sistema de mercado competitivo como el de Costa Rica, los productores son los que están mejor posicionados para decidir si trasladan o no los precios más altos de sus insumos. Esto depende de muchos factores, entre ellos la medida en que consideran que los precios más altos son temporales o no, la naturaleza competitiva del negocio en el que se encuentran y el espacio en sus márgenes de ganancia para absorber parte del aumento de los costes y suavizar los cambios de precios en su producto”, agregó Birsch.