El déficit fiscal del Gobierno Central llegó a 2,6% del Producto Interno Bruto (PIB) en mayo, la cifra más alta registrada por el país al cierre de este mes.
El dinamismo de los ingresos totales fue de apenas 1,7% mientras, los gastos totales crecieron 8,1%.
El 48% del incremento en los egresos del Gobierno se debe al aumento en los intereses que genera la deuda.
Los intereses crecieron 26,5% (¢100.060 millones). Se trata del mayor crecimiento que ha registrado esta partida al corte de mayo, en al menos los últimos siete años.
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La subida de este rubro se debió al fuerte dinamismo de las obligaciones correspondientes a la deuda interna (30%), mientras que los compromisos externos han reducido su ritmo de crecimiento en los últimos cuatro años.
El pago de intereses fue el egreso que más repuntó en el quinto mes del año, seguido de las transferencias, que aumentaron 6,9% (¢69.766 millones) y las remuneraciones, con un dinamismo de 5,9%.
El déficit primario -que excluye el pago de amortización e intereses- cerró el quinto mes del año en 1,2% del PIB.
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Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, explicó que si bien se han adoptado medidas contra la evasión, los resultados serán insuficientes sin las nuevas potestades legales que daría el proyecto 20.580 y los otros textos para el fortalecimiento de las finanzas públicas que hacen fila en la corriente legislativa.
Por otro lado, los ingresos totales crecieron 1,7% y los corrientes, 2%. Ambas cifras están por debajo de lo registrado en unos seis años. Hace un año, por ejemplo, repuntaron 8,1%.
El leve crecimiento en la recaudación se debió al impuesto de las sociedades anónimas (¢19.089 millones), el tributo general sobre las ventas y el de ingresos y utilidades, aportado principalmente por las personas físicas.
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Sin embargo, el impuesto a las personas jurídicas, los combustibles y el selectivo de consumo, presentaron -en conjunto- una contracción de ¢22.593 millones.