Desde enero de 2016 la meta de inflación del Banco Central de Costa Rica (BCCR) es de 3%, con una tolerancia de ± 1 punto porcentual (p. p.). La escogencia de este valor se hizo con base en un estudio de la autoridad monetaria sobre la inflación de largo plazo de los principales socios comerciales.
Róger Madrigal, presidente del Central, dijo el pasado 31 de octubre que la Junta Directiva de la institución está en un “proceso de cuestionarse” si esa meta debe permanecer igual o modificarse. Según el jerarca, la idea de revisar esta meta no es reciente, pues se viene discutiendo desde —al menos— el 2019.
En el 2019-2020 empezamos a ver los números de nuevo y nos dimos cuenta que una inflación más baja podía ser más coherente con lo que estaba pasando con la inflación en los socios comerciales (...) En el Informe de Política Monetaria de enero de 2020 anunciamos que íbamos a empezar un proceso de consulta pública para revisar la meta de inflación hacia la baja. Luego cayó la pandemia y las prioridades cambiaron.
— Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central durante el período 2018-2022
Madrigal comentó además que, probablemente, tendrán que llevar la discusión fuera “de las puertas del Banco Central” para escuchar a especialistas y voces autorizadas, y definir cuál debería de ser la meta de inflación de Costa Rica.
Expresar el compromiso con una meta de inflación definida para el largo plazo brinda claridad a los agentes económicos y contribuye a orientar sus expectativas. Claro, la credibilidad de esta meta depende de su cumplimiento.
Desde enero de 2016 hasta octubre de 2024, la inflación general interanual en el país se ubicó dentro del rango de tolerancia únicamente en 28 de 106 meses posibles, es decir, solo en un 26% de las posibilidades.
Cuando estuvo fuera del umbral, según se observa en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el indicador se situó 64 veces por debajo del 2% y 14 ocasiones por arriba del 4%.
Una de las implicaciones del incumplimiento de este umbral es la afectación que genera en la credibilidad del BCCR, según la economista Gloriana Ivankovich. También, abre el debate de si se debería mantener o ajustar la meta y, por eso, El Financiero consultó a cuatro expertos para conocer sus criterios al respecto.
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¿Mantener la meta o modificarla?
Fernando Naranjo, economista y presidente de la firma Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), considera que no se justifica cambiar la meta inflacionaria del 3%. “En todo caso, es irrelevante porque no se cumple”, opinó.
La gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa, Adriana Rodríguez, cree que la meta de inflación actual es “bastante saludable” y que tasas más bajas implicarían un sacrificio en términos de crecimiento económico.
“Tiene una tolerancia de un punto, entonces representa no solo una holgura para el Banco Central sino también abre espacios para promover el crecimiento económico a través de tasas de interés más bajas, encajes más bajos, promover el crédito, etc. Esas cosas deberían usarse para llevar la inflación a esa meta, porque realmente estamos muy debajo y quiere decir que podríamos estar creciendo a una velocidad un poquito más rápida”, explicó Rodríguez.
Por su parte, para Freddy Quesada, gerente general de INS Valores, para Costa Rica sí puede ser una opción ajustar su meta de inflación.
“De acuerdo a lo observado, creo que el país tiene espacio para tener metas de inflación más bajas, sin embargo, también debería procurarse por transmisiones de política monetaria en cuanto a la tasa, más efectiva, más exigente. Mejorar en ese aspecto (ayudaría a) tener un verdadero beneficio para la economía no solo con la inflación, sino con el crecimiento económico”, comentó Quesada.
A Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central durante el período 2018-2022, también le parece razonable “explorar” una revisión de la meta de inflación hacia la baja, dado que las tasas de inflación de los principales socios comerciales han disminuido a niveles cercanos al 2% y el indicador en Costa Rica también ha disminuido sistemáticamente.
“Ahora que estamos en un período postpandémico es razonable que el Banco Central se replantee su meta de inflación y que abra un proceso de consulta pública para, eventualmente, mover la meta de inflación. En mi criterio, debería moverla hacia la baja en línea con la inflación promedio de sus socios comerciales. Tal vez una meta del 2% sea razonable (con un rango de tolerancia de ±1 punto porcentual)”, comentó el exjerarca del Central.
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Róger Madrigal, por su parte, mencionó que el Banco Central todavía no está listo para anunciar un cambio en la meta de inflación, pero aseguró que es un tema que está bajo análisis y que el mundo, en estos momentos, va hacia menos inflaciones.
“Tal vez no hacerla con una inflación empírica sino con una inflación meta de otros países. Nosotros lo que habíamos hecho fue comparar la meta de Costa Rica con la inflación observada en los países de los socios comerciales. Una idea podría ser (ver) qué metas tienen otros países (que tienen este esquema), dado que de manera reciente nos parecemos a un país que tiene metas de inflación”, comentó el presidente del BCCR.
En general, las metas de inflación se ponen en un nivel que no sea ni suficientemente bajo como para que arriesgue entrar a un ciclo deflacionario ni muy alto para que implique las consecuencias negativas que conlleva la inflación. Normalmente, las metas de inflación se fijan en niveles bajos pero no iguales a cero o negativos.
— Rodrigo Cubero, presidente del Banco Central durante el período 2018-2022
¿Qué implicaría mover la meta eventualmente?
“(Si se mueve la meta), yo estaría diciendo que yo me estoy acomodando al resultado y no que el resultado se está dando por mis acciones”, expuso la gerenta general de Acobo Puesto de Bolsa.
Además, abriría espacio para cuestionamientos de si la inflación responde efectivamente a lo que se está haciendo en cuanto a política monetaria o si más bien obedece a condiciones externas, como precios de los commodities, dinamismo del comercio internacional, inflaciones en otros países.
“Eso llevaría a cuestionarse mucho, inclusive, el papel de cómo se trabaja el tema de la independencia y la política monetaria”, dijo Rodríguez.
Para Naranjo, bajar la meta de inflación sería un “error” en momentos en que la economía doméstica se desacelera. “Acciones en esa línea conducirían a menos crecimiento de la producción y más desempleo”, mencionó.
En tanto, el gerente general de INS Valores piensa que en una eventual línea donde el BCCR cambie su meta de inflación a niveles inferiores al actual ocasionaría una expectativa de que el país tiene una estructura económica que permite generar a futuro “menos inflaciones”.
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La evolución de la meta
En el 2008 se comunicó por primera vez un valor central para la meta de inflación con un rango de tolerancia de ± 1 p. p. Se partió de un valor de 8%, que en julio de 2009 se revisó hacia la baja (5%), con lo que se aprovechó la coyuntura internacional de inflaciones bajas.
La meta de inflación se mantuvo en 5% por los siguientes cuatro años, hasta que en enero de 2014 se ajustó a la baja en 1 p. p., dice la nota técnica Adopción del esquema de meta de inflación en Costa Rica, redactada por Evelyn Muñoz, disponible y publicada en el sitio web del BCCR.
Desde enero de 2016, la meta se ubica en el valor de largo plazo de 3%, como tasa interanual, y el Banco Central está analizando, desde el 2019 (al menos), si debe, o no, modificarla.