En los últimos cinco meses, el rendimiento de los títulos soberanos costarricenses ha registrado bajas, con un mayor énfasis en el mediano (5 años) y largo plazo (30 años) de la curva.
Esta tendencia, además, es replicada en el mercado internacional, dado que la incertidumbre está desempeñando un rol importante en medio de la búsqueda de indicadores económicos más alentadores.
A nivel local, parte de la explicación del descenso entre el cierre del 2015 y mayo de este 2016, está en que las bajas tasas internacionales hacen que los bonos nacionales sean atractivos.
Sumado a esto, el mercado maneja una expectativa de que el Ministerio de Hacienda no tendrá que aumentar las tasas de interés, razón por la que asume el riesgo de adquirir y demandar valores en los mercados primario y secundario.
Comportamiento del último añoAl cambiar el punto de partida y hacer la comparación de cómo estaba el rendimiento de los bonos hace un año, el resultado apunta a que las tasas estaban en un punto más bajo a nivel general, es decir, en todos los plazos de la curva.
La diferencia es más prominente a 30 años, que, actualmente, tiene un rendimiento de 7,8%, pero hace un año era 0,83 puntos más baja.
El déficit fiscal y la falta de acuerdo político para atender el tema conllevan a un deterioro del perfil de riesgo del país (algo que ya se ha visto con las bajas en las calificaciones de riesgo, por parte de Moody’s y Standard & Poor’s), explicó Paul Ziritt, gerente de estrategia de inversiones de Aldesa.
Esta es la principal razón por la que los rendimientos que el mercado exige en la actualidad son más altos que los se pedían hace un año.
“El rendimiento de los bonos soberanos refleja el costo del dinero en el tiempo, indicado por los bonos del Tesoro americano más la prima de riesgo asociada al perfil del emisor, en este caso Costa Rica, por lo que si el riesgo del emisor aumenta el rendimiento exigido por el mercado también aumenta”, añadió Ziritt.
La perspectiva en un plazo cercano dependerá de si existe o no un avance en la atención del déficit fiscal, sea por la vía de los impuestos o recorte de gastos.
Si esto sucede, el efecto será una reducción de los rendimientos en todos los plazos y, en relación inversa, un aumento en los precios de los bonos.
Este comportamiento es consistente con la tendencia que siguió el mercado internacional.
En el panorama externo, existe antipatía con el riesgo, producto de una economía global no tan favorable desde finales del 2015.
Las dudas sobre el comportamiento de países como China y las políticas monetarias aplicadas por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y los bancos centrales de Europa, Japón e Inglaterra, generan dudas en el mercado internacional.
Al cierre del año pasado, los inversionistas internacionales se refugiaron en activos que representaban una mayor seguridad, bajando, por ende, el precio de los bonos de más riesgo.
Esto tuvo un efecto en Costa Rica, que al igual que con otros bonos externos, terminó el 2015 con rendimientos más altos que los de mediados de ese año.